La Oficina Central de Investigaciones Judiciales (BCIJ) logró frustrar esta madrugada un atentado terrorista inminente mediante la desarticulación de una célula terrorista extremista que tenía su base de operaciones en Tánger.
La BCIJ pudo materializar esta operación gracias a la información suministrada por la Dirección General de la Vigilancia del Territorio (DGST), la cual tenía que ver con un comando radical formado por cinco personas de entre 22 y 28 años que habían jurado lealtad a la entidad yihadista Daesh.
Según una nota oficial de la BCIJ, difundida por la agencia de noticias oficial marroquí MAP, se pudo detener a este grupo, vinculado con la ideología radical “takfiri”. El desmantelamiento de esta célula terrorista se engloba en la incansable labor que desarrolla la DGST de cara a evitar ataques de entidades peligrosas que amenazan al reino alauí.

Los miembros del grupo tenían un proyecto terrorista "con extensiones transnacionales", como indicó la nota oficial de la BCIJ. Tras la detención, los sospechosos quedaron a disposición judicial bajo la supervisión de la fiscalía encargada de los casos de terrorismo, con el fin de investigar las conexiones locales e internacionales de esta célula.
El operativo llevado a cabo por las fuerzas especiales de la división antiterrorista permitió la detención de este grupo y de su líder, quien opuso una resistencia violenta, lo que obligó a lanzar bombas sonoras de advertencia y a la intervención contundente de las fuerzas de seguridad.
Los registros y la inspección técnica revelaron la existencia de una botella y frascos de diversos volúmenes que contenían ácido nítrico y líquidos químicos sospechosos, así como clavos y cables eléctricos y seis bombonas de gas presuntamente utilizadas en la fabricación de explosivos artesanales, como se señaló en el comunicado.

Durante la operación de intervención en el domicilio del jefe de esta célula terrorista, las fuerzas de seguridad preservaron la integridad de los miembros de la familia del acusado y de los vecinos de la zona protegiendo a los allí presentes ante una posible explosión.
La célula terrorista también se dedicaba al reclutamiento de posibles nuevos miembros y a establecer contactos internacionales con otros grupos. El líder de la célula terrorista podría haber contactado con destacados dirigentes de Daesh en el Sahel y en regiones subsaharianas de cara a asegurar ingresos financieros y suministro de armas.
En la operación policial se procedió a la incautación de un gran "estandarte" con el emblema Daesh y de uniformes paramilitares, así como de diverso armamento y equipos informáticos, además de impresos y retratos del dirigente del grupo yihadista Daesh en la región sahelo-sahariana, Abu Walid al-Saharaui, muerto el pasado agosto en un bombardeo aéreo francés.