Era la una de la madrugada en Bolivia, las siete en España, cuando el candidato a las elecciones presidenciales por el Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, comparecía para celebrar los resultados obtenido en los comicios de este domingo.
“Hemos recuperado la democracia y hemos recuperado la esperanza!”, dijo Arce en su aparición. “Vamos a construir la unidad”, aseguró el que fuera ministro de Economía gran parte de los 14 años que estuvo Evo Morales en el poder.
Ante la presión de políticos y ciudadanos, la cadena de televisión Unitel y Bolivisión hicieron pública la encuesta de Cismori que daba un 52,4% de los votos al candidato del partido de Morales, frente al 31,5% que habría conseguido Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana, seguido de Luis Fernando Camacho de Creemos, con el 14,1%.
Arce, quien celebró en La Paz su triunfo, obtuvo más del 40%, lo que no hace necesaria una segunda vuelta.
“Aún no tenemos cómputo oficial, pero por los datos con los que contamos, el Sr. Arce y el Sr. Choquehuanca han ganado la elección. Felicito a los ganadores y les pido gobernar pensando en Bolivia y en la democracia”, escribía Jeanine Añez, la presidenta interina desde hace un año.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, destacó que la jornada de votación concluyó de manera "pacífica y participativa", que era lo que necesitaba el país "para afianzar su democracia".
La elección, dos veces pospuesta debido a la pandemia de coronavirus, fue la primera en 20 años en no presentar a Morales, el primer líder indígena del país. "Hemos vuelto millones, ahora vamos a devolver la dignidad y la libertad al pueblo", tuiteó Morales, desde Buenos Aires.

El país sudamericano fue a las urnas para repetir los comicios que hace un año fueron anulados por denuncias de fraude. Las elecciones del 20 de octubre de 2019 sumieron a Bolivia en una crisis política. Evo Morales, ese día, buscaba un cuarto mandato, pero la coyuntura era diferente a la de comicios anteriores: por primera vez desde 2006 existía la posibilidad de llegar a una segunda vuelta con el candidato Carlos Mesa. Durante el conteo rápido, la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) fue cortada cuando la diferencia entre los dos candidatos era de siete puntos a favor del líder indígena, con el 83% de las actas computadas. No fue hasta 24 horas después cuando se completó el TREP y dio, de manera ajustada, una victoria a Morales.
Estos hechos provocaron denuncias de fraude y un estallido social violento que desencadenaron la renuncia de Morales a la Presidencia, denunciando que era víctima de un golpe de Estado, dejando al país con un vacío de poder, hasta que Jeanine Añez asumió a los dos días el Gobierno de forma interina.
Cabe recordar que Morales llegaba a estas elecciones con su legitimidad algo erosionada tras la derrota sufrida en el referéndum el 21 de febrero de 2016 cuando su propuesta de un cambio en la Constitución para permitir la elección indefinida de un candidato fue derrotada.
El Gobierno pidió la realización de una auditoría de la Organización de Estados Americanos que encontró pruebas de fraude.

Desde entonces, Añez ha ocupado el Palacio Quemado y le ha tocado gestionar la pandemia de la COVID-19 tomando ciertas decisiones polémicas como el cierre de fronteras a los bolivianos retornados de otros países de Latinoamérica.
Esta vez, Morales no pudo participar en los comicios y desde Argentina instó a la calma y dijo que “el resultado de las elecciones debe ser respetado por todos”. También prometió regresar a Bolivia, donde está siendo investigado por “violación y tráfico”.
La Misión de Observación Electoral de la OEA expresó su reconocimiento al "pueblo boliviano por la actitud cívica al acudir masiva y pacíficamente a ejercer su derecho al voto".
"En este contexto en el que el cómputo avanza con lentitud, reiteramos nuestro llamado para que, tanto la ciudadanía como los diferentes actores políticos, esperen con paciencia los datos oficiales. Los próximos días serán cruciales para el futuro de Bolivia", señaló. En el mismo sentido, la delegación de la Unión Europa (UE) felicitó "al pueblo boliviano por haber protagonizado una jornada electoral participativa y en paz" e hizo un llamado a que se preserve la calma mientras se conocen los resultados, para evitar que se desvirtúe el proceso electoral.
Con algunos retrasados en las aperturas de algunas mesas en los nueve departamentos del país, se reportaron largas filas de votantes, debido a las medidas de seguridad por la pandemia, que hizo el procedimiento fuera algo más lento. Unos 7,3 millones de bolivianos estaban llamados a las urnas donde el voto es obligatorio, para decidir entre cinco candidaturas a presidente, vicepresidente, senadores y diputados.