Mohamed VI vela por el prestigio internacional de Marruecos

- Los diez pilares de la diplomacia cherifiana del rey alauí
- Los cuatro credos de la diplomacia del rey Mohamed VI
- Estas son las siete principales facetas de la diplomacia real de Marruecos
En el marco del Foro Maroc Diplomatique Sáhara en su 4ª edición, organizado en Dajla, Omar Hilale, embajador representante permanente de Marruecos en la ONU, arrojó luz sobre las especificidades de la diplomacia real cherifiana sofisticada.
Marruecos se distingue por una historia milenaria portadora de símbolos institucionales culturales, políticos y diplomáticos que ha posicionado a Marruecos en la escena internacional desde los albores del Estado nación marroquí.
El rey Mohamed VI, desde su subida al trono, ha invertido en este legado histórico, así como ha trabajado duro para preservar sus tradiciones diplomáticas; adaptándose con los desafíos contemporáneos de su época; y conciliando los valores universales del siglo XXI. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, es un gran conocedor de su historia y de la diplomacia cherifiana.
En el día a día de la ejecución de la estrategia de la diplomacia marroquí se encuentra el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita.

La hoja de ruta de la diplomacia real trazada por el rey Mohamed VI, 9 meses después de ascender al trono, celebrando la Jornada Nacional de la Diplomacia Marroquí, queda pertinente y de actualidad un cuarto de siglo después; porque las instrucciones de un rey visionario van en armonía con los retos del siglo XXI. Es un monarca diplomático por excelencia y artesano de compromiso con los diferentes aliados; lo que posiciona a Marruecos en el camino hacia el desarrollo económico, el progreso social y el prestigio internacional.
Los diez pilares de la diplomacia cherifiana del rey alauí
La diplomacia de soberano marroquí se ha desarrollado desde un cuarto siglo sobre bases fundamentales que demuestran la fuerza y la especificidad de la diplomacia marroquí. Estos principios cardinales que marcan la diplomacia del rey Mohamed VI se traducen en diez pilares de la diplomacia marroquí:
- La santidad de la causa nacional, la integridad territorial del Reino que ha sido desde siempre una prioridad suprema y el prisma que condiciona sus relaciones a nivel regional e internacional sea cual sea el precio o los sacrificios que asumir.
- La fuerza de los principios que privilegian el valor del diálogo, la apertura con los actores internacionales y el acercamiento con los bloques a nivel geopolítico.
- La independencia decisional del Reino; Marruecos es valiente y audaz cuando se trata de una negociación multilateral sobre las cuestiones globales como la problemática de la inmigración, el desarrollo sostenible, la preservación de la biodiversidad oceánica o la reforma de las instituciones internacionales y el Consejo de Seguridad. Lo cual permite al país tener la apreciación de los amigos y los celos de los enemigos.
- La visión intuitiva, proactiva, pragmática y lejos de toda precipitación ante los desafíos mundiales aumenta la relación de la monarquía de Marruecos con su modernidad democrática y su posición geoestratégica.
- La transparencia con los socios bilaterales e internacionales y la valentía de asumir sus posturas y decisiones.
- La resiliencia ante todos los cambios regionales e internacionales; lo que permite a Marruecos adaptarse y acompañar a otros países que enfrentan estos retos.
- La ambición de posicionar el Reino entre los países escuchados e influyentes en gestión en el Consejo de las Naciones Unidas; así como visibilizarlo en el mapa geopolítico del mundo a nivel regional y continental.
- El respeto de la Carta de las Naciones Unidas, del derecho internacional, del multilateralismo para la puesta en marcha de los tres fundamentos: las Naciones Unidas, la paz, el desarrollo y los derechos humanos.
- Su compromiso por la paz y la seguridad internacional; así como el reglamento pacífico de las disputas y el apoyo de las causas justas y la coexistencia con otros pueblos.
- La proactividad con una diplomacia convencida de la eficacia de la discreción para las situaciones de conflictos.
Los cuatro credos de la diplomacia del rey Mohamed VI
El Sáhara marroquí ha encabezado las prioridades del rey Mohamed VI, desde el primer día de su reinado, con un seguimiento cotidiano, una visión estratégica, un interés constante y unas iniciativas que han impactado muchísimo la gestión de la cuestión nacional.
No es solamente una cuestión de integridad territorial, sino que una causa existencial justa para el Reino. El resultado fue el reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara por grandes países como Estados Unidos, Francia, España, así como decenas de países africanos, árabes, asiáticos y latinos de los que muchos han abierto sus consulados en las ciudades de Dajla y El Aiún.

Muchos países de los cuatro continentes, la mayoría de la Unión Europea, han expresado su apoyo a la iniciativa marroquí sobre la autonomía del Sáhara bajo la soberanía marroquí. Este apoyo internacional creciente a la causa nacional viene en paralelo con la disminución de la hipótesis de los separatistas. Son 38 países los que han dejado de reconocer el Frente Polisario, sólo en los veinticinco años de reinado de Mohamed VI. Estas realizaciones de la diplomacia real han sido guiadas por cuatro credos fundamentales:
La firmeza: para cualquiera tentativa que puede obstaculizar la recuperación de la integridad territorial o una contestación u oposición a la soberanía de Marruecos sobre las provincias del Sáhara. Lo cual ha llevado a la conclusión histórica del que fuera secretario general de la ONU, Kofi Annan, siendo la inaplicabilidad de plan de arreglo, y enterrar definitivamente el referéndum.
La firmeza real ha impuesto también el respeto de la exclusividad del rol de las Naciones Unidas; frustrando todas las tentativas de absolver la responsabilidad de Argelia en este diferendo o sustraerla de las mesas redondas y los procesos comunes.
La valentía diplomática: de cuyos momentos fuertes destaca la aceptación de negociar una solución política mutuamente admitida para la disputa del Sáhara; defendiendo sus provincias del sur con una gran dosis de valentía al discutir con las otras partes a fin de mantener la paz y cerrar definitivamente este dossier.
Otro acto histórico que ha marcado la trayectoria de esta causa es la iniciativa marroquí de la autonomía en el marco de la regionalización del sistema centralizado, considerada como la solución más creíble, única y realista para la cuestión del Sáhara y un esfuerzo reconocido por el Consejo de Seguridad desde 2007.
El regreso del reino marroquí a su familia africana en 2017 es otro logro de la valentía de la diplomacia real; tras ser un tema tabú durante tres décadas. La reintegración en la Unión Africana representa un símbolo identitario, una pertenencia institucional y una fidelidad a los principios fundadores de la Unión Panafricana iniciada por Mohamed V en la conferencia de Casablanca 1961.

La clarificación: el discurso real del 20 de agosto 2022 ha marcado un antes y después en la diplomacia real cuestionando la posición de los países socios ante la causa nacional. El soberano les ha advertido claramente que el dossier del Sáhara es el prisma con el cual Marruecos considera su entorno internacional; lo que refleja la sinceridad de los aliados y la eficiencia de las asociaciones establecidas.
En el discurso del 49º aniversario de la Marcha Verde ha clarificado esto sin ninguna ambigüedad cuestionando las Naciones Unidas sobre su responsabilidad a fin de cerrar esta cuestión que ha durado mucho; en paralelo ha advertido los países europeos de que los compromisos jurídicos de Marruecos no serán nunca en contra de la integridad nacional del país.
La sabiduría real: como marca de la diplomacia durante este cuarto siglo que ha permitido contener la hostilidad del vecino argelino y neutralizar su adversidad; preservando el derecho de proteger los ciudadanos saharauis cada vez que su seguridad está amenazada. Mantener la mano tendida hacia el vecino argelino es un hecho que ha ganado la admiración y la apreciación de los actores internacionales; además de la toma de decisiones responsables frente a las crisis mundiales.
La diplomacia real es plural por excelencia, su repercusión internacional despertó celos y está comprometida porque tiene convicciones profundas arraigadas en su larga historia y se implica en todas las cuestiones globales porque ambiciona ser un actor de la solución y nunca un factor de conflicto. Marruecos es un país escuchado porque lleva mensajes de la colaboración, respetado porque está comprometido con los valores universales y solicitado porque es un experto en la construcción de puentes entre los Estados.
Asimismo, asume su responsabilidad internacional en facilitar procesos multilaterales complejos y negociar las resoluciones propuestas y las declaraciones de jefes de Estados y gobiernos en las Naciones Unidas.

Estas son las siete principales facetas de la diplomacia real de Marruecos
La diplomacia espiritual: Mohamed VI, en calidad de Comendador de los Creyentes, ha construido una diplomacia espiritual transnacional y multidimensional dirigida a promover el islam moderado basado en la cultura de la paz, del diálogo cultural e interreligioso, la coexistencia armoniosa entre los pueblos, así como pretender enfrentar los desafíos contemporáneos como el extremismo violento, la radicalización, el racismo y la difusión del odio.
La puesta en marcha de esta estrategia es la responsabilidad del Instituto Mohamed VI para la formación de los imanes morchidat y morchidin (guías religiosos) creado en 2015. Esta institución real ha permitido prodigar una formación humanista a favor de cientos de imanes para África, Europa y Asia. La Fundación Mohamed VI de ulemas africanos creada también en 2015 amplía el islam marroquí moderado, así como favorece una red de jefes religiosos a través del continente.
La diplomacia de la solidaridad con el pueblo palestino: la cuestión palestina está en el centro de la visión del rey Mohamed VI. El Comité Al-Quds presidido por el Soberano lleva una acción política incansable que pretende la preservación del estatuto jurídico de Al-Quds a través también de la agencia Bayt mal Al-Quds, la institución social humanitaria afiliada al Comité.

En este sentido, Marruecos despliega iniciativas humanitarias y servicios sociales a favor de los habitantes de Al-Quds, lo que es otro símbolo elocuente de está diplomacia de solidaridad con el pueblo palestino.
El rey Mohamed VI realizó un llamamiento en marzo de 2019: “Creemos que es importante preservar la Ciudad Santa de Jerusalén / Al-Quds Acharif como patrimonio común de la humanidad y, sobre todo, para los seguidores de las tres religiones monoteístas, como lugar de encuentro y símbolo de coexistencia pacífica, donde se cultivan el respeto mutuo y el diálogo”.
Diplomacia de derechos humanos: los grandes logros realizados en el campo de los derechos humanos bajo el reinado de Mohamed VI construye irreversiblemente la imagen de un reino democrático arraigado al Estado de derecho abierto a la modernidad y respetuoso de los principios de derechos humanos. Gracias a su visión audaz en materia de derechos humanos.
La acción del soberano alauí permite al reino marroquí ser citado como modelo a nivel internacional en términos de la Justicia transicional, la instancia de equidad y reconciliación, el código de la familia y el derecho económico y social.
Todos estos logros han permitido al reino marroquí tener repercusión internacional y una gran credibilidad a nivel de la protección y la promoción de los derechos humanos.
Las ciudades marroquíes han dado su nombre a los acuerdos universales como:
- El Foro Mundial de Derechos Humanos en Marrakech 2014 marcado por el mensaje histórico del Rey sobre la protección y promoción de los derechos humanos en los países en vía de desarrollo.
- El plan de acción de Rabat de 2012 para la prohibición de la llamada al odio racial o religioso.
- La declaración de Marrakech sobre el derecho de las minorías religiosas adaptado en 2006.
- El plan de acción adoptado en Fez 2017 sobre el rol y la responsabilidad de los líderes religiosos en la prevención de la invitación a la violencia a nivel mundial derivado del plan de acción de las Naciones Unidas.
- El pacto Mundial de la Inmigración de Marrakech 2018.

En paralelo, Marruecos ha puesto en marcha un enfoque multidimensional y proactivo a nivel de las Naciones Unidas; así como ha iniciado en julio 2019 la resolución histórica de la Junta Directiva, primera de su tipo en denunciar el discurso del odio, para celebrar el 28 de junio de 2021 el Día Nacional de la Lucha contra el Discurso del Odio.
La presidencia de Marruecos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU constituye una historia de éxito que se agrega a los logros de la diplomacia marroquí y un gran reconocimiento internacional de las reformas y las iniciativas lanzadas por el rey Mohamed VI.
La diplomacia de la vecindad europea: en conformidad con las orientaciones reales, Marruecos ha conseguido entablar una relación mutuamente benéfica con Europa; posicionando el Reino en el corazón del partenariado europeo con su vecindad en el sur del Mediterráneo.
Es una relación serena y sin tabúes, multidimensional y basada sobre los intereses mutuos, los valores compartidos, un marco jurídico evolutivo y un mecanismo de gobernanta confiado. No hay un dominio donde la relación con la Unión Europea no es pertinente en términos políticos, económicos, comerciales, humanos.
La diplomacia del mantenimiento de la paz: desde su ascenso al trono, el Rey ha reforzado el compromiso de las Fuerzas Armadas Reales bajo la bandera de las Naciones Unidas al servicio de la seguridad y la paz internacional. Los soldados marroquíes contribuyen al cumplimiento de la noble misión de la ONU gracias a la diplomacia de los cascos azules que ha permitido al Reino tener un respeto a nivel internacional y una presencia eficaz en caso urgente en África y su influencia en la Secretaría General de los Naciones Unidas.
La diplomacia humanitaria: fundamentada en los valores de inclusión y solidaridad reflejando la historia de Marruecos hacía las poblaciones de vulnerables en todas partes del mundo. Esta diplomacia simboliza el “soft power” y la posición de la monarquía hacia los pueblos de los países en situaciones de sufrimiento, guerras, crisis o desastres naturales.

A veces se lanza antes de las Naciones Unidas como en 2011 en la frontera tunecina-libia y siria-jordana durante la primavera árabe traducida por un financiamiento parcial o total desde los fondos personales del Rey; como la operación humanitaria para Gaza en Ramadán. Entre sus grandes actos, la construcción de 19 hospitales en 14 países en los cuatro continentes y la apertura establecimientos y puentes humanitarios a varias zonas de crisis a través de ayudas de medicamentos enviados a países africanos durante la pandemia y la contribución financiera regularmente para la ayuda humanitaria de la ONU y la política nacional de inmigración.
La diplomacia de la cooperación Sur-Sur: el rey de Marruecos está completamente convencido de la relevancia de esta cooperación con el sur integrada en su estrategia real que aspira a realizar el desarrollo económico del continente africano. Mohamed VI ha efectuado 50 viajes a lo largo del continente africano a fin de explorar el mercado de los países; marcando una era de oro de la diplomacia económica real.
Se distingue por el contenido solidario con los países del sur gracias a una visión real geopolítica pionera, basada en los principios de solidaridad, compartir las experiencias de codesarrollo humano y coinversión.
En este sentido, Marruecos ha financiado centenares de proyectos y programas de cooperación y formación en los dominios económicos sociales y medioambientales; dando prioridad a la inversión en la educación y el capital humano tanto en los países africanos como de fuera del continente.
En el marco del mismo espíritu de solidaridad, se inscribe la iniciativa real del Corredor Atlántico en favor de los Estados de Sahel, dónde la ciudad de Dajla, con su puerto, será el corazón de África.