Los motivos de Turquía para enviar extremistas a Libia procedentes del norte de Siria

“El despliegue de mercenarios de Ankara en Libia tiene como objetivo poner fin al despliegue de extremistas en el norte de Siria”, ha asegurado el exembajador de la Unión Europea en Turquía y Libia, el italiano Marc Pierini, que actualmente es analista del centro de estudio Carnegie. “La decisión del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de enviar miles de mercenarios a Libia, tiene como objetivo vaciar el norte de Siria de extremistas, especialmente de aquellos que se oponen a las políticas de Ankara en el país”, ha detallado, en unas declaraciones recogidas por el medio local Libya Review.
Esto significaría que Turquía estaría tratando de “eliminar” todos los obstáculos restantes para lograr un control efectivo sobre la franja norte del territorio sirio, fijada como su principal objetivo en su lucha contra los kurdos, agrupados en la milicia llamada Unidades de Protección Popular (YPG), el brazo del Partido de los trabajadores del Kurdistán (PKK), al que considera una organización terrorista. Tras tres ofensivas lanzadas en 2017, 2018 y 2019 apoyadas por los rebeldes sirios, englobados en el Ejército Nacional Sirio (SNA), el 27 de febrero de este año comenzó la última hasta el momento, denominada ‘Escudo de Primavera’, para responder al ataque que sufrió el pasado 27 de febrero que causó la muerte de 34 soldados turcos en la provincia de Idlib.

En este tiempo, Turquía ha conseguido dominar amplias áreas del norte de Siria en las que ha comenzado a “establecer gobiernos locales e infraestructura institucional supervisada por oficiales militares y civiles turcos”, según explica el analista Semih Idiz en Al-Monitor, todo ello apoyado por los más de 10.000 soldados que ha desplegado Ankara y los 7.000 camiones militares y vehículos blindados que ha enviado a Idlib. Además, cabe recordar, que se introdujo recientemente la lira turca en las zonas bajo su control. “Todas las señales indican que Turquía se está preparando para permanecer en partes de la región que controla a largo plazo”, asegura el citado experto. Por ello, la transferencia de los extremistas del norte sirio a Libia cuadraría como el siguiente paso lógico para avanzar en sus planes de dominación total de dicho territorio.
Pero este movimiento no solo le beneficia en Siria, sino también en el país norteafricano, donde está tratando de implementar una agenda similar basada en sus intereses sobre los recursos energéticos libios y del Mediterráneo oriental. Para ello, necesita que su aliado, el Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), liderado por el primer ministro Fayez Sarraj, gane la guerra civil libia, abierta desde el año 2011, en la que se enfrenta al Ejército de Liberación Nacional (LNA, por sus siglas en inglés), comandado por el mariscal Jalifa Haftar. Desde que este último bando lanzara una ofensiva contra la capital del país, Trípoli, el pasado mes de abril, la nación euroasiática ha intensificado su presencia en Libia en apoyo de su socio, el GNA, con el envío de más de 15.300 mercenarios, en su mayoría sirios.

También ha desplegado tropas de su Ejército en algunas instalaciones militares del país, como Al-Watiya, que fue bombardeada hace unos días, así como una red de aviones no tripulados que contrarrestan los ataques de la facción rival. Del mismo modo, ha instalado “una formidable variedad de misiles de defensa aérea en el oeste del país”, avanzando significativamente “en el establecimiento de una burbuja de defensa aérea”, como explican desde el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés). Actualmente, su centro de operaciones se ubica en un buque de guerra de la Armada turca que se encuentra en el mar Mediterráneo frente a las costas libias. Este despliegue de fuerza militar le ha permitido a Turquía recientemente anunciar la victoria militar del GNA sobre Trípoli, tras lograr una serie de avances importantes en el resto del país, frenando a los efectivos de Haftar.
Según ha informado el SOHR, de los 15.300 milicianos que ha transferido Turquía a Libia, 300 tienen edades comprendidas entre los 16 y los 18 años. La organización con sede en Londres también ha documentado que 459 mercenarios ya han muerto en combate, incluyendo 30 menores de edad. Asimismo, ha registrado el regreso de 5.250 a Siria, a los que ya les habría expirado el contrato.

El diplomático italiano también ha alertado de que es “preocupante” que “esos extremistas puedan intentar cruzar a Europa, lo que representa una amenaza real para la UE”. En esta línea, el SOHR recoge que al menos 400 reclutas ya han logrado entrar en territorio comunitario a través de Italia, a través de operaciones de contrabando y con la ayuda de las mafias migratorias.