Naruhito, un historiador llamado a modernizar una monarquía milenaria

Antonio Hermosín Gandul/EFE

Historiador de formación y proclive a saltarse la tradición y el rígido protocolo imperial, el próximo emperador de Japón, Naruhito, está a llamado a avanzar en la modernización de la monarquía reinante más antigua del mundo.

Naruhito, de 59 años, se convertirá en el emperador nipón número 126 al ascender al Trono de Crisantemo el día 1 de mayo 2019, cuando va a heredar el cargo tras la abdicación de su padre, Akihito, así como su legado al adaptar una institución milenaria al Japón contemporáneo.

Su biografía diverge del guión prefijado para los príncipes herederos, por hechos como ser criado por su madre Michiko en lugar de por el personal del Palacio Imperial o estudiar en el extranjero en vez de limitarse a las universidades reservadas para la élite nipona.

Como su padre, decidió casarse con una plebeya, la princesa Masako. Durante la depresión que ésta atraviesa desde hace más de dos décadas, Naruhito la ha defendido y apoyado constantemente frente a las críticas procedentes de algunos sectores de la sociedad nipona, e incluso llegó a señalar al entorno de la Familia Imperial por sus problemas de salud.

Futuros emperadores cosmopolitas 

Los expertos en la Familia Imperial destacan el hecho de que tanto Naruhito como Masako hayan vivido y estudiado en el extranjero como uno de los principales factores diferenciales frente a sus predecesores, y que podrían determinar su forma de desempeñar el cargo.

Esto les otorga "una gran base" para "adaptarse a una sociedad nipona cambiante donde cada vez hay más inmigrantes y más diversidad cultural", y para ser capaces de "unir al pueblo aunque existan valores diferentes", según explica a Efe el periodista Kazuo Okubo.

Naruhito cursó estudios post-universitarios en Oxford (Reino Unido) para investigar viaductos medievales, etapa descrita por él mismo como "una de las mejores de su vida" y durante la cual era asiduo de los debates académicos y frecuentaba los pubs locales.

Heterodoxa trayectoria académica

El príncipe heredero estudió Historia y Humanidades en la Universidad tokiota de Gakushuin, una elección "difícil" y "poco habitual" en la Familia Imperial, donde sólo Naruhito y su tío, el príncipe Mikasa, eligieron esta rama de estudios, según el historiador y periodista Eiichi Miyashiro.

"Estudiar Historia significa indagar en la identidad del propio emperador y en sus raíces, y esto puede ser incómodo para él", señala este experto, quien también cree que su papel como emperador se basará "en sus conocimientos históricos" y en la "perspectiva macroscópica" que se adopta en este campo.

Debido a sus conocimientos sobre el transporte por viaductos y la gestión de recursos hídricos, Naruhito fue nombrado en 2015 presidente honorario del panel de asesoramiento sobre Agua y Saneamiento de la Secretaría General de Naciones Unidas, y participado en diversos eventos internacionales.

¿Otro emperador cercano al pueblo?

Muchas expectativas sobre el nuevo emperador se centran en si mantendrá la cercanía al pueblo que marcó el reinado de Akihito, así como una intensa actividad diplomática que le llevó a visitar numerosos países acompañado de la emperatriz.

Debido al estado de salud de su mujer, es previsible que Naruhito tenga una agenda exterior "más reducida" que la de sus padres, o que opte por "adaptarla y realizar visitas oficiales sin Masako", según el antes citado Okubo.

También se espera que incida en el pacifismo y en la defensa de la Constitución nipona característicos de su padre, lo que le podría acarrear quebraderos de cabeza al primer ministro, Shinzo Abe, partidario de reformar el artículo de la Carta Magna que limita las competencias nacionales en materia militar.

Descrito por quienes le conocen en persona como sincero y considerado hacia todo su entorno, Naruhito también ha mostrado su interés sobre problemas sociales y medioambientales como el envejecimiento demográfico, la pobreza infantil o el cambio climático.

El futuro incierto de la familia imperial

El nuevo emperador también tendrá que afrontar durante su mandato la delicada cuestión de su futura sucesión -asunto que ha sido objeto de debate político en Japón-, y de la supervivencia a largo plazo de la menguante Familia Imperial nipona.

Naruhito y Masako solo tienen una hija, Aiko, de 17 años, que no puede acceder al trono ya que la normativa que rige la Casa Imperial impide que lo hagan las mujeres, por lo que los siguientes en la línea sucesoria serían Akishino (hermano menor de Naruhito) y su hijo Hisahito, de 12 años, único nieto varón de Akihito.

En una declaración realizada hace casi un año, con motivo de la celebración de sus bodas de plata, Naruhito destacó la importancia de respetar las tradiciones de la familia imperial y al mismo tiempo "responder a los cambios en la sociedad".

Vínculo sentimental con España 

Naruhito y Masako se conocieron en una recepción organizada en 1986 por los emperadores -cuando Akihito era aún príncipe heredero- en el palacio de Togu, con motivo de la visita de la princesa Elena de España para inaugurar la primera magna exposición de pinturas de El Greco en Tokio.

Además de este curioso vínculo con la monarquía española, enmarcado en las buenas relaciones que han mantenido durante las últimas décadas la Casa Real española y la Familia Imperial, Naruhito ha visitado España en seis ocasiones (cuatro de ellas con carácter oficial).

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