La negociación sobre el Brexit se extiende unos días más
El único acuerdo es que no hay acuerdo. Por ahora. En una declaración conjunta de la presidenta de la Comisión Europea y el primer ministro británico, los dos líderes han señalado que “es responsable hacer un esfuerzo adicional, a pesar de que los plazos se hayan incumplido constantemente”.
Durante el encuentro del miércoles, se fijó el día de hoy como la fecha límite para valorar si las posiciones estaban tan alejadas que era mejor que el Brexit se produjese sin acuerdo o si, por el contrario, merecía la pena hacer un último esfuerzo. Por ahora sólo se ha conseguido una base de acuerdo respecto al Protocolo sobre la frontera de Irlanda e Irlanda del Norte.
La pesca es uno de los principales puntos de fricción. Ambos equipos chocan en este tema pese a la poca importancia real que tiene, por ejemplo, para la economía británica. Sin embargo, tanto en Londres como en París es un tema sensible en clave nacional, y de ahí que la situación se encuentre enquistada.
Los otros dos puntos que están en disputa, en realidad serían uno mismo, y tienen que ver con la confianza. Bruselas está preocupada porque Londres pueda jugar con deslealtad a la hora de no cumplir con la igualdad de condiciones y favorecer a sus empresas pese a la posibilidad de acceder al Mercado Único. Y también, como hacer cumplir a Reino Unido en caso de que no se aplique esta igualdad de condiciones en aspectos como los derechos laborales o el respeto por el medio ambiente. Algo curioso cuando, precisamente, el mínimo que se ha marcado Reino Unido para 2030 es superior al de la propia Comisión Europea.
Durante el pasado EUCO, la postura de algunos líderes fue clara, “nos estamos preparando para el no acuerdo”, y es que, a día de hoy, es el escenario más probable. Pese a que en Reino Unido la situación política para afrontar un Brexit duro es mejor que en años anteriores, dada la victoria contundente de los tories en las pasadas elecciones, preocupa el impacto que puede tener esta falta de acuerdo sobre una economía que trata de recuperarse de la crisis que ha provocado la pandemia. Dada la incertidumbre en los mercados, a la espera de si las vacunas empiezan o no a llegar, encarar una salida tan tortuosa como ésta puede tener unas consecuencias que en Londres no se vislumbraban hace apenas un año.
En cualquier caso, los equipos seguirán trabajando durante la próxima semana para buscar un acercamiento en alguno de esos puntos que arroje algo de esperanzas sobre un acuerdo antes de que suene la bocina y la presencia de Reino Unido en la Unión Europea, no sea más que un tiempo pasado.
