El primer ministro israelí ha rechazado formalmente los cargos de corrupción por los que se le imputa a 43 días de las elecciones

Netanyahu se declara inocente de los cargos de corrupción en la reanudación del juicio

AFP/JACK GUEZ - El primer ministro de Israel y líder del Likud, Benjamin Netanyahu

Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, se ha declarado inocente este lunes de todos los cargos de corrupción por los que se le acusa. Lo ha hecho en la que ha sido su segunda comparecencia ante el tribunal tras varios aplazamientos a causa de la pandemia de la COVID-19. 

La llegada al edificio del popularmente conocido como “Bibi” ha estado marcada por el amplio despliegue de seguridad ante la concentración formada en su contra a las puertas del juzgado. Decenas de manifestantes se han personado a las puertas del tribunal con pancartas “Bibi, vete” “Bibi a la cárcel”. “Hemos trabajado duro para que sea juzgado. Hemos venido a asegurarnos que no huye. Le acompañaremos hasta que entre en prisión”, manifestaba uno de los concentrados en unas declaraciones ofrecidas a la agencia alemana de noticias DPA.  

Por su parte, Netanyahu había pedido a todos sus seguidores que no llevasen a cabo concentraciones y respetasen las medidas impuestas para luchar contra la pandemia. El primer ministro ha comparecido junto a otros imputados del caso y su testimonio ha sido tan escueto como rotundo: “Confirmo la respuesta presentada por mis abogados”. Algo muy diferente al primer día de juicio en el que lanzó duras declaraciones contra los fiscales, investigadores y medios de comunicación. Otra cosa es lo que afirma fuera de los tribunales. El pasado domingo, sin ir más lejos, volvió a denunciar “casos fabricados y falsos en mi contra. Todos entienden que se trata de un intento transparente de hacer caer al primer ministro fuerte de la derecha”. 

Netanyahu se convirtió el pasado mayo de 2020 en el primer jefe del Ejecutivo en ser sometido a un juicio por corrupción mientras ocupa el cargo, tras ser imputado en noviembre de 2019 por Avichai Mandelblit, fiscal general del Estado, después de varios meses de investigación en torno a varios casos. Uno de los más graves es el 4000, en el que deberá hacer frente a cargos por soborno, violación de la confianza y fraude por impulsar determinadas regulaciones que favorecían al accionista mayoritario del grupo Bezeq, Shaul Elovitch. A cambio, este ofrecía una cobertura favorable del portal Walla

Atalayar_Manifestaciones Netanyahu

Cabe destacar también los casos 1000 y 2000. En el primero de ellos, Netanyahu será imputado por fraude y violación de la confianza por recibir regalos ilícitos por un valor cercano a los 700.00 shekels (alrededor de 183.000 euros). En el 2000, el primer ministro será imputado por los mismos delitos, pero en esta ocasión por llegar a un acuerdo con “Yedioth Ahronoth” con el objetivo de debilitar al medio de comunicación de la competencia, “Israel Hayom”, a cambio de una cobertura más favorable a “Bibi” en el primer diario. 

No obstante, los abogados del, de momento, primer ministro de Israel, consideran que el actual proceso constituye una violación de la Ley Básica con rango constitucional, ya que no existe un permiso escrito por parte del fiscal Mandelblit, requisito indispensable para la apertura de la investigación a Netanyahu. Mientras tanto, el fiscal general del Estado mantiene que la investigación, a pesar de no hacerse por escrito, sí que fue autorizada. El presidente del Parlamento y hombre de confianza de Netanyahu, Yariv Levin, había solicitado un nuevo aplazamiento del juicio hasta después de los comicios que tendrán lugar el próximo martes 23 de marzo. Unas elecciones que se convertirán en las cuartas celebradas en apenas dos años y que, según señalan las cuentas, poco se verán afectadas por el resultado del juicio en el que se ve inmerso el primer ministro. 

Lo que sí parece será determinante es el juicio que haga la población israelí en torno a la crisis provocada por la COVID-19, los plazos de vacunación y la fecha de la vuelta a la tan ansiada normalidad. Bien es cierto que ningún sondeo pone en duda que, dentro de un mes y medio, el partido de Netanyahu, Likud, será el más votado. No sólo por la buena gestión de la pandemia, llevando a su país a ser uno de los más avanzados en todo el mundo en cuanto a inmunidad. La división del bloque centrista Azul y Blanco, causada por la decisión de su líder Benny Gantz de formar un Gobierno de rotación con el actual primer ministro tras los comicios del 2 de marzo de 2020, rompiendo su principal promesa electoral, ponen más de cara aún la nueva victoria de Benjamin Netanyahu. 

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