Alex Erquicia
Pie de foto: Hasta siete personas murieron y otras 181 resultaron heridas durante las protestas del domingo. REUTERS/UMIT BEKTAS
Casi tres meses después del derrocamiento del presidente Omar al-Bashir, la oposición sudanesa no cesa en su exigencia del traspaso del poder, en manos de la junta militar, a una autoridad civil. El último domingo de junio decenas de miles de sudaneses salieron a las calles del país, convocados por las Fuerzas de la Libertad y el Cambio y las denominadas "marchas del millón", en la que se reunieron a un gran número de personas, presionando a la junta militar para que entregue el poder a un Gobierno civil “sin condiciones previas ni dilaciones". El rechazo a la gobernante junta militar de Abdel Fattah al-Burhan persiste.
La jornada de protestas del domingo, convocadas por la oposición, contó con multitudinarias marchas en las calles de la capital y otras ciudades. Hasta siete personas murieron y otras 181 resultaron heridas durante las protestas del domingo. Las manifestaciones comenzaron a las 13.00, hora local, a pesar de las altas temperaturas, que rondan los 40 grados, y prosiguieron a lo largo de la tarde, especialmente numerosas en Jartum, Jartum Norte y Umm Durman. La desconfianza en el Consejo Militar de Transición (CMT) es absoluta mientras la oposición está aglutinada en las Fuerzas de la Libertad y el Cambio (Forces for Freedom and Change o FFC, en inglés).
Pie de foto: Mapa de los lugares de protesta en Sudán. AFP/AFP
El Comité Central de Médicos, que agrupa a sindicatos opositores del sector y que ha informado de las víctimas en las protestas desde el comienzo el pasado diciembre de la revuelta popular en Sudán, señaló que hay muchos heridos en estado crítico por disparos de "las milicias del Consejo Militar Transitorio", en referencia a la junta militar que detenta el poder desde el pasado 11 de abril.
Al ponerse el sol, la mayor parte de los manifestantes se habían retirado de las calles, tal y como constató Efe, después de un día calificado de "histórico" por la oposición, que destacó que las marchas habían sido multitudinarias y pacíficas, con el fin de conseguir los "objetivos revolucionarios".
Las protestas, descritas desde Sudán como las más grandes en la historia del país, coincidieron con el trigésimo aniversario del golpe de Estado islamista de 1989, que derrocó al último Gobierno electo y elevó al poder a Al-Bashir. "Los observadores están de acuerdo en que las protestas del domingo no tienen precedentes en la historia de Sudán en términos de participación popular, no solo en la capital, Jartum, sino en todo Sudán", recogía el medio local Sudan Tribune.
Las manifestaciones del domingo fueron las primeras desde que, debido a la represión de los manifestantes, las fuerzas de seguridad el 3 de junio mataron a más de 100 personas, durante la sangrienta dispersión, cuando el Consejo Militar de Transición (CMT) dio la orden de desalojar y cargar contra los sudaneses que se congregaban de forma pacífica por el cambio y el inicio real de la transición. Ese día colapsó el diálogo entre los grupos y partidos opositores al dictador y los generales a los que demandan que entreguen el poder a un gobierno transitorio integrado por civiles. La revuelta popular dio comienzo en Sudán el pasado mes de diciembre y culminó el 11 de abril con el derrocamiento de Al-Bashir a manos del Ejército.
"Los niveles de movilización actuales en Sudán son asombrosos y pueden ser más altos que el 6 de abril, especialmente en las ciudades provinciales. La masacre del 3 de junio, el apagón de internet, la detención de activistas no solo no lograron matar la resolución revolucionaria, sino que la reforzaron", dijo en su Twitter Jean-Baptiste Gallopin, investigador y candidato a doctorado por la Universidad de Yale.
Pie de foto: Manifestación masiva contra los generales gobernantes en la capital, Jartum, el 30 de junio de 2019. AFP/AHMED MUSTAFA
"El pueblo sudanés está hablando con una sola voz, diciéndole al mundo que no aceptarán el gobierno militar. El CMT no tiene legitimidad. La comunidad internacional necesita cambiar su táctica. El tiempo para las negociaciones entre el CMT y el FFC ha pasado. El CMT necesita renunciar ahora", añadió Jean-Baptiste Gallopin.
La junta militar ha desconectado internet, que a día de hoy está disponible solo en algunos hoteles y otros pocos puntos del país haciendo que la información dentro del país sea escasa. Las demandas del pueblo para que la junta militar que gobierna Sudán traspase el poder a uno civil no parece que se vayan a detener. Los manifestantes volverán a salir a las calles y exigir un cambio real y global como lo vienen haciendo al demostrar que están determinados a decidir el futuro de su país por sí mismos.
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