La OTAN espera impaciente una nueva década

La OTAN busca dar un paso para salir del atolladero en que se ha instalado en el seno de la organización en el año de su 70.º aniversario. El organismo espera que la entrada en una nueva década le sirva para recuperar la unidad entre sus miembros, la confianza y la influencia en muchas cuestiones que copan la política internacional de manera en la que pueda garantizar la seguridad común de los aliados.
La Alianza celebra una cumbre los días 3 y 4 de diciembre en Londres marcada por la evidente ruptura en las relaciones transatlánticas y la tensión entre los países miembros, especialmente Estados Unidos, Francia y Turquía. La cumbre para conmemorar el 70 aniversario del fundacional Tratado de Washington viene precedida por la agudizada tensión causada por las divergencias internas y con la multilateralidad puesto en duda como nunca antes desde 1949.
Estos desacuerdos, que se han solapado con fuerza especialmente en los últimos años, se hicieron palpables de nuevo por la parte europeo cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que la OTAN está "en estado de muerte cerebral" en una reciente entrevista en el periódico The Economist, donde también expresó dudas sobre el compromiso con la seguridad colectiva, conocido como el Artículo 5, es el pilar de la organización (recoge que un ataque contra uno de los aliados se considerará un ataque contra todos los aliados). Con la canciller alemana Angela Merkel de paulatina retirada, Macron tiene el sueño de establecerse como el líder de facto de la organización y de abanderar su despertar de ese estado en el que asegura se encuentra la Alianza Atlántica.
Pero Berlín, ejerciendo el papel de oposición a París y defendiendo su liderazgo en el seno de la organización y la Unión Europea, ha visto en el deseo de Macron un desaire que ha vuelto a golpear el eje franco alemán e ilustra las ambiciones de liderar del presidente francés. "No he visto las relaciones franco-alemanas en un momento tan bajo en mucho tiempo", dijo Claudia Major, analista de seguridad del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP, por sus siglas en alemán). "Rara vez he visto tanta amargura y malentendidos", dijo en declaraciones a The New York Times.
Como respuesta a las palabras de Macron, Berlín pidió recientemente la creación de un comité de expertos para revitalizar el "debate político" y "desarrollar una visión en común", como medida para "recobrar la confianza" entre los aliados. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que abandera las relaciones entre los aliados, avaló el plan de reforzar la dimensión política de la Alianza reconociendo las dificultades por las que pasa la organización.
La invasión unilateral de Turquía, país aliado, en Siria, propulsado por la repentina retirada de las tropas de EEUU del conflicto, han sido otro motivo de tensión dentro de la OTAN. El rechazo de algunos miembros de la Alianza a la ofensiva turca y la negativa de la Alianza de calificar a las milicias kurdas YPG, que Ankara combate en el noreste de Siria, como una amenaza para el país eurasiático, ha vuelto a poner la relación OTAN-Turquía bajo mucha presión. Además ha ahondado el malestar que ha causado este año el cierre de la compra por parte de Turquía del sistema antimisiles ruso S-400. Según los turcos los S-400 no están siendo integrados en los sistemas de defensa de la OTAN y por tanto no constituyen una amenaza para la Alianza.
Mientras la organización todavía se tambalea de la inestabilidad que sigue produciendo EEUU bajo la Administración de Donald Trump. La aireada crítica del presidente de EEUU, Donald Trump, por la alta aportación económica de su país a la organización en comparación a la de otros aliados ha dominado la actitud del presidente de EEUU. Trump ha salido victorioso en este caso al haber logrado que los aliados europeos se comprometieran en añadir 100.000 millones de euros en gastos de defensa entre 2016 y finales del año que viene. Stoltenberg aseguraba esta semana que la OTAN ha gastado los últimos dos años en discusiones financieras sobre qué país aporta más o menos, sin tener clara la estrategia general. Por ello pidió un cambio de actitud para iniciar una conversación de fondo sobre la relación entre los aliados.
El encuentro de líderes en Londres dará buena cuenta de algunos de los puntos calientes, o asuntos pendiente, en la actualidad: el terrorismo y el Sahel son para Macron la prioridad actual y el enemigo común de la OTAN. "¿Rusia?, China? No lo creo. El enemigo común es el terrorismo que nos ha golpeado en cada uno de nuestros países, los grupos terroristas contra los que los militares franceses luchan en el Sahel", dijo Macron al reclamar un refuerzo de la presencia en el Sahel y apelar a sus aliados a estar "a la altura de sus responsabilidades militares y operacionales".
Otros asuntos de vital importancia es lograr una solución política para Siria y para Libia, que amenaza con convertirse también en una guerra subsidiaria según Merkel, especialmente dado que la OTAN llevó a cabo una intervención militar en el país en 2011.
Imaginar una Europa sin paraguas de seguridad americano es una realidad que se va estableciendo cada vez más en la Alianza Atlántica, reconocerlo es la actitud realista. Pero las actitudes desafiantes de Washington junto a las de Macron, y los rumores que desde Bruselas que la Unión Europea quiere desarrollar una Europa de la defensa, le llevaron a Stoltenberg a decir esta semana que "la UE no puede reemplazar a la OTAN. La seguridad europea recae en la unidad transatlántica".
Hay quién defiende que la OTAN está más integrada que nunca, "pero la negativa alemana, británica y polaca a entender el significado de Trump, a prepararse para lo que podrían ser las consecuencias de su segundo mandato o de un demócrata aislacionista, es en realidad un comportamiento peligroso, de cabeza en la arena", escribe Anne Applebaum, columnista y experta en temas transatlánticos.
Mientras la OTAN avanza en algunas cuestiones. Los ministros de Exteriores de la OTAN acordaron, en una reunión previa a la cumbre, el espacio como nuevo ámbito operacional, al igual que la tierra, el mar, el aire y el ciberespacio. Stoltenberg aseguró que el objetivo no es "poner armas en el espacio", sino proporcionar "capacidades y servicios" como las comunicaciones por satélite.
Todo ello refleja la tensión que ha crecido de manera cuantificable en la organización ante la cita en Londres que parece servirá para más para recalibrar posiciones y presentar nuevas intenciones que para celebrar su 70º aniversario. "Los funcionarios de la OTAN están luchando para llegar a un acuerdo sobre una declaración conjunta, algo menos que un comunicado formal, celebrando el aniversario y volviendo a comprometer a los miembros de la OTAN con más gastos militares", escribe Steven Erlanger, en su reciente artículo Merkel y Macron se enfrentan públicamente por la OTAN
Antes de la cumbre en Londres, Macron se reunirá en una reunión de coordinación el 3 de diciembre con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, Boris Johnson. Además mantendrá en un primer momento una reunión bilateral con el presidente Trump. Esa misma tarde, irá a la recepción ofrecida en el Palacio de Buckingham por la reina Isabel II de Inglaterra a los jefes de Estado y de Gobierno que acudirán el miércoles al 70º aniversario de la OTAN, y al encuentro similar que organiza Johnson después en su residencia oficial, Downing Street.
Muchos asuntos han dividido en estos 70 años a la Alianza, desde la crisis del canal de Suez en 1956 a la guerra de Irak en 2003. Garantizar que la OTAN seguirá siendo un pilar de estabilidad en los próximos años es el objetivo del secretario general, que lo consiga, o no, dependerá de la voluntad de los Estados miembros.