Protestas callejeras en Gaza desafían el poder de Hamás

Aumenta la tensión en las calles de la Franja de Gaza debido al creciente descontento de la población gazatí que amenaza con transformarse en un conflicto interno que Hamás, quien gobierna el enclave desde 2007, no espera.
El hartazgo es total. Durante la última semana, las protestas han ido ganando terreno, en lo que analistas consideran “un reflejo de la frustración generalizada que existe contra el movimiento islamista”, no solo por el manejo del conflicto, sino también por el control total de la ayuda que llega del extranjero, pues los ciudadanos gazatíes consideran que no está siendo repartida como se debería.
Al frente de las manifestaciones, se encuentran los clanes y tribus históricamente influyentes dentro de la Franja, quienes han declarado públicamente su oposición a la organización terrorista Hamás a la que consideran los culpables de todos los males recientes de los gazatíes.

“Fuera, fuera Hamás, fuera”
Aunque estos grupos no fueron quienes iniciaron las protestas. El malestar surgió días antes con las marchas espontáneas en Beit Lahia, Shujaiya, Jabalia y Deir al-Balah donde residentes y demás gazatíes de otras regiones de la Franja corearon “Fuera, fuera Hamás, fuera” y “El pueblo quiere derrocar a Hamás”.
Estas manifestaciones marcan un hito en Gaza, ya que no se trata de movimientos aislados, sino que son protestas generalizadas, que surgen tras los escombros y los más de 50.000 asesinados, hasta el momento, desde que empezara el conflicto, según el Ministerio de la Salud de Gaza. Ante esto, Hamás ha contestado, consciente de que la influencia de los clanes en la sociedad gazatí es muy potente, que son movimientos proisraelíes que buscan la desestabilidad de la Franja.

Sin embargo, esta estrategia es muy poco convincente puesto que Israel no necesita de estos pretextos para combatir con Hamás con quien llevan luchando desde los atentados del 7 de octubre de 2023.
La frustración es absoluta. Expertos y analistas israelíes señalan que esas acusaciones de Hamás a los protestantes es un símbolo de debilidad dentro del enclave palestino y un mero intento por seguir manteniendo el poder y el control de Gaza.
Además, testimonios de manifestantes, como el cirujano Mahmoud Haj Ahmed y el abogado Mohammed Atallah, reflejan las pretensiones de la población gazatí de detener el conflicto y permitir a nuevas voces alzarse en el poder para que Gaza pueda ser reconstruida en todos los ámbitos, y se construya un Estado cuyos valores sean los contrarios a caos y represión.

El hambre y la ayuda humanitaria
El agotamiento ha llegado a su límite. La pésima distribución de los alimentos y ayuda humanitaria que procede de organizaciones externas y otros países ha tocado fondo en el cansancio de la población gazatí.
Desde que se permitiera la entrada de esta ayuda, Hamás ha buscado centralizar y reforzar su poder de cohesión con un reparto que, al parecer, no era equitativo.
En este contexto, y con los líderes de Hamás siendo constantemente asesinados, uno tras otro; los líderes de los clanes y las tribus han estado repartiendo la ayuda entre los gazatíes de forma paralela e independiente de Hamás. La primera consecuencia de esto es que muchas organizaciones internacionales están rechazando trabajar con Hamás en materia de envío de ayuda humanitaria, lo que debilita aún más la situación de la organización dentro de Gaza.
Los líderes de Hamás, como Bassem Naim, insisten en que se trata de actos propiciados por agentes externos que buscan debilitar a la organización en un momento en el que el conflicto parece llegar a su fin.
No obstante, este discurso no es comprado por la población gazatí que lo único que ve es como Hamás no es capaz de llegar a acuerdos mientras cada vez más personas pasan hambre y fallecen debido a la falta de medicamentos, centros médicos y electricidad.

Israel y la ruptura del alto el fuego
Como buen estratega, Israel ha aprovechado el momento de debilidad de Hamás para intensificar su incursión militar en Gaza, con el pretexto de la desaparición de la policía de Hamás tras el cese del alto el fuego anunciado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en marzo de 2025.
A su vez, facciones rivales de Hamás como Fatah, han respondido al clamor de la población gazatí, uniéndose a ellos y buscando capitalizar esta crisis con más poder dentro de la Franja. Sin embargo, expertos como Mohamed Abu Saqr, el objetivo de Israel es presionar hasta asfixiar a Hamás para que haga el mayor número de concesiones posible, especialmente, en cuanto a la liberación de los 59 rehenes (de los cuales Israel cree que 21 siguen vivos), el desarme de Hamás y exilio de todos sus líderes.
Aunque Hamás no se rendirá hasta que Israel cumpla con las condiciones de alto al fuego permanente y la retirada de tropas israelíes en el territorio palestino.