Los familiares de Raja Makawi aseguran que la palabra fracaso no entra dentro del vocabulario de la embajadora. Su amor por el saber es la vía para alcanzar la ambición. Gracias a esto, se convirtió en la primera mujer en obtener un doctorado estatal en derecho privado en 1997.
Posee una personalidad única y grandes conocimientos en vertientes psicológicas, sociales, académicas y profesionales. Hace tres años se presentó con entusiasmo su cargo como embajadora de Mohamed VI, rey de Marruecos, en El Vaticano. Makawi aboga por el cuidado de las iglesias y santuarios religiosos no musulmanes y personifica el respeto a todas las religiones.
Su discurso está lleno de mensajes tolerantes y defensores de la armonía entre las diversas creencias religiosas. El establecimiento de instituciones para el diálogo intercultural bajo la protección del monarca, son una muestra de que el país africano siempre se ha encargado de proteger a los judíos y cristianos marroquíes emigrantes.
La labor de Makawi se caracteriza por difundir visiones y valores adquiridos a lo largo de su vida y trayectoria profesional. Estos le han permitido trasladar el pensamiento de Marruecos a Occidente, especialmente en la capital del cristianismo. Su papel pionero ha sorprendido al mundo y es considerado como una mano amiga en tiempos de adversidad.
El papa Francisco, tras su visita a Marruecos en 2019, decidió otorgarle al arzobispo de Rabat el rango de cardenal. Este puesto es el más alto en la jerarquía de la Santa Sede. En los Estados islámicos no hay a penas ciudadanos cristianos, por lo que la decisión del Papa fue vista como una muestra de aprecio y respeto por Mohamed VI.
Durante las Lecciones de Ramadán Hassani del año 2003, tuvo lugar un acontecimiento histórico ya que era la primera vez que una mujer recibía una lección religiosa ante Mohamed VI. Esa mujer era Raja Makawi. Marruecos puso de manifiesto la importancia que posee la mujer dentro del territorio.
Al-Arab, agencia de comunicación árabe, considera que esta presencia femenina sirve como “mensaje epistemológico, jurídico y orientador en el abordaje de textos religiosos y temas jurisprudenciales como un intento de comprensión y esclarecimiento desde otros ángulos y disciplinas”.
La embajadora, como miembro del Consejo Científico Supremo, defiende que la tendencia al extremismo es algo excepcional que no surge dentro del marco del Reino. Muchos jóvenes no son conocedores de normas jurídicas y valores morales, por lo que se contaminan de informaciones no fidedignas.
Hay una necesidad urgente de formar a dichas generaciones dentro de los valores de tolerancia, respeto y aceptación del prójimo. “La respuesta del legislador en la Constitución fue contundente, contrarrestando las tendencias a cuestionar los valores de convivencia […] y la búsqueda incesante de fanatismos y extremismos”.
En agradecimiento a su trayectoria, Makawi forma parte del grupo de científicas pioneras que asumen la labor de acabar con los desequilibrios sociales y religiosos. Su foco se centra fundamentalmente en temas de familia y derechos de las mujeres y niños marginados.
El campo de la medicina es otra de las muchas preocupaciones de la diplomática. Junto a varios equipos médicos, peleó para que Marruecos, África y el mundo árabe en general, dispusiesen de una unidad de leyes sanitarias. Obras como “Niños marginados: sus problemas y derechos”, recogen algunas de sus aspiraciones, preocupaciones e intereses.
El secreto del éxito radica en la fuerte personalidad que posee y la buena gestión académica, profesional y personal. La revista Newsweek la eligió como una de las mujeres más influyentes al formar parte de la Comisión Permanente Independiente de Derechos Humanos de la Organización de Cooperación Islámica.
A sus 63 años, es madre de cuatro hijos, todos ellos trabajadores del sector médico y administrativo. Muy pocas veces se ve sobrepasada por una situación que escapa fuera de su control. La representante marroquí concibe las relaciones bilaterales como lazos igualitarios de cooperación en los que todas las partes buscan la paz.