La situación de inestabilidad en Níger se acelera rápidamente. El pasado miércoles, el presidente Mohamed Bazoum fue derrocado por un golpe militar que toda la comunidad internacional se apresuró a condenar. Hoy, el país se enfrenta a las sanciones de los países de África Occidental y a las tensiones con Francia, de la que el Gobierno de Bazoum era un estrecho aliado.
La CEDEAO sanciona a Níger y le da un ultimátum
El domingo, la CEDEAO impuso sanciones a Níger y advirtió a los golpistas de que disponían de siete días para restituir a Mohamed Bazoum, ya derrocado. La CEDEAO y la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA) declararon que se cerrarían las fronteras con Níger, se prohibirían los vuelos comerciales, se paralizarían las transacciones financieras, se congelarían los activos nacionales y se retiraría la ayuda. Además, se prohibirá viajar a los militares implicados en el golpe y se congelarán sus bienes personales.
El primer ministro nigerino, Ouhoumoudou Mahamadou, que se encontraba en el extranjero en el momento del golpe y no ha podido regresar a Níger, declaró a RFI que las sanciones serán desastrosas para el país. “Níger es un país continental, un país sin salida al mar. Así que cuando decimos que hay un embargo, que las fronteras terrestres y aéreas están cerradas, es extremadamente difícil para la gente. Y cuando eso va acompañado de sanciones financieras, en un país que ya tiene una situación financiera frágil, se puede entender el desastre que esta situación podría causar”, dijo el primer ministro.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, acogió con satisfacción la acción de la CEDEAO y afirmó en un comunicado: “Nos unimos a la CEDEAO y a los líderes regionales en el llamamiento a la liberación inmediata del presidente Mohamed Bazoum y su familia, y a la restitución de todas las funciones del Estado al gobierno legítimo y democráticamente elegido”.
Níger es el cuarto país del Sáhel que ha sufrido un golpe militar en los últimos años, después de Malí, Burkina Faso y Guinea. La CEDEAO ha impuesto sanciones similares en estos países, pero cada uno de ellos se ha visto afectado de forma diferente. Si bien es cierto que las sanciones han provocado impagos de la deuda, sobre todo en Malí, estas medidas han perjudicado sobre todo a la población civil y no a los gobernantes militares.
En Níger, el golpe militar ha sido condenado por los países vecinos y por una gran mayoría de la comunidad internacional, incluidos Estados Unidos, Naciones Unidas, la Unión Africana, la Unión Europea y Francia, con quien las tensiones han ido en aumento desde el fin de semana.

La tensión entre la junta y Francia aumenta
El domingo pasado, miles de personas se manifestaron ante la embajada de Francia en Niamey, capital de Níger, en apoyo del golpe militar. Según France24, algunos manifestantes insistieron en entrar en el edificio, mientras que otros arrancaron la placa en la que se leía "Embajada de Francia en Níger", antes de pisotearla en el asfalto y sustituirla por banderas rusas y nigerinas.
La falta de seguridad resultante de estas manifestaciones obligó a la policía francesa destacada en la Embajada a disparar granadas de gas lacrimógeno para dispersar a la multitud. Al día siguiente, la junta militar nigeriana acusó a Francia de querer “intervenir militarmente” para restaurar en el cargo al presidente Mohamed Bazoum. “En línea con su política de buscar vías y medios para intervenir militarmente en Níger, Francia, con la complicidad de algunos nigerinos, celebró una reunión en el cuartel general de la Guardia Nacional de Níger para obtener las autorizaciones políticas y militares necesarias”, decía el comunicado.

El presidente francés, Emmanuel Macron, se apresuró a responder a la amenaza, afirmando que “cualquiera que ataque a ciudadanos franceses, al ejército, a diplomáticos y a bases francesas verá cómo Francia toma represalias de forma inmediata e intratable”. Hoy, el Gobierno francés estima que hay entre 500 y 600 ciudadanos franceses en Níger. Se ha contactado con todos ellos y se han tomado medidas para garantizar su protección. El Elíseo también quiso recordar “la amistad entre los pueblos de Níger y Francia y el papel especial de Francia en la lucha contra el terrorismo y para el desarrollo económico y social de Níger”.
De hecho, Níger ha sido un aliado clave en las campañas occidentales contra los insurgentes vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico en el Sahel. Estados Unidos, Francia, Italia y Alemania tienen allí tropas que participan en entrenamientos militares y misiones de lucha contra los insurgentes islamistas.

Según Jeune Afrique, esta acusación de la junta se produce en un momento de creciente presión internacional sobre el ejército. El ultimátum fijado por la CEDEAO no excluye “el recurso a la fuerza” si no se respeta la vuelta a la orden exigida. Acogida con satisfacción por Francia, esta decisión ha aumentado las tensiones entre París y la junta, que recientemente suspendió las entregas de oro y uranio a Francia.

Níger, ¿una nueva puerta para Wagner?
Si bien el CEDEO agradece a las naciones que se han alineado con su posición, condena el apoyo prestado a la junta militar por gobiernos extranjeros y empresas militares privadas extranjeras. Esto es particularmente cierto en el caso de Wagner, cuyo jefe Evgueni Prigojine acogió el golpe como una buena noticia y ofreció los servicios de sus combatientes para restablecer el orden.
Desde hace varios años, África es el terreno privilegiado del grupo Wagner. En particular, ha apoyado a la gran mayoría de los golpistas de Malí, Burkina Faso, Guinea y ahora Níger, acentuando la propaganda antifrancesa. Miles de soldados franceses se han visto obligados a retirarse de los vecinos Malí y Burkina Faso tras los golpes, abriendo la puerta a una mayor influencia rusa en la región.

La semana pasada, Vladimir Putin rindió homenaje a los golpistas en la cumbre Rusia-África de los días 28 y 29 de julio, aunque no se trataron cuestiones militares ni la cuestión del grupo Wagner.