Las tropas leales al primer ministro Mohammed Hussein Roble se reúnen frente a la residencia de su rival político, el presidente Mohammed Abdullahi, un día después de que anunciara que suspendería al primer ministro

Soldados leales al primer ministro de Somalia se concentran frente al palacio presidencial

photo_camera REUTERS/FEISAL OMAR - Militares somalíes que apoyan al primer ministro Mohamed Hussein Roble montan en sus camionetas mientras se reúnen en la aldea de Siigale en el distrito de Hodan de Mogadiscio, Somalia 27 de diciembre de 2021

Cientos de soldados del Ejército somalí se han reunido este martes frente al palacio presidencial, residencia del presidente Mohammed Abdullahi, también conocido como Farmajo, quien anunció este lunes su deseo de suspender al primer ministro Mohammed Hussein Roble. Los soldados, leales al primer ministro, han querido demostrar la fuerza con la que cuenta el político somalí. Por su parte, Hussein Roble ha calificado este plan de suspenderlo como “un intento de golpe de Estado contra el gobierno, la Constitución y las leyes del país”.

Las fuerzas de seguridad no se habían posicionado antes, pero la concentración frente al palacio presidencial ha generado temores de un posible enfrentamiento entre los dos rivales políticos. Esta rivalidad entre Mohammed y Roble por las acusaciones cruzadas de corrupción hacen aumentar la tensión de cara a las elecciones, peligrando que se retrasen aún más los comicios.

Mohamed Abdullahi Mohamed

Mohammed acusó a Roble de robar tierras que eran propiedad del Ejército Nacional Somalia e interferir con una investigación del Ministerio de Defensa, motivos por lo que el presidente ha anunciado la destitución del primer ministro. Como respuesta a estas declaraciones, Roble ha afirmado que la acción del presidente era inconstitucional y que tenía como objetivo descarrilar las elecciones.

Con ello, el primer ministro ordenó que las fuerzas de seguridad comenzarían a recibir ordenes suyas y no del presidente Mohammed. “Ordeno a todas las fuerzas nacionales somalíes que trabajen bajo el liderazgo de la oficina del primer ministro a partir de hoy”, ha declarado Roble durante un comunicado de prensa. Esto ha provocado una división interna entre las tropas nacionales que han tomado partido a la hora de posicionarse a favor o en contra tanto de Mohamed como de Roble.

Hussein Roble

Las hostilidades entre ambos políticos han hecho retrasar continuamente las elecciones generales del país, que comenzaron el 1 de noviembre y que supuestamente debían haber acabado este 24 de diciembre. Sin embargo, de los 275 diputados que tenían que haber sido electos, solamente se han elegido a 24 de ellos. Es por ello por lo que se ha pronunciado el Consejo de Candidatos Presidenciales, pidiendo al presidente Mohammed que dimita “lo antes posible para poner fin a la crisis política”.

El fin de semana pasado, el presidente Mohammed decidió retirar a Roble la tarea de organizar las elecciones, reclamado la creación de un nuevo comité para “corregir” los problemas. Instó a realizar una conferencia consultiva para que encontrar “un líder competente” que lleve a cabo el proceso electoral. Roble, por su parte, destacó que el presidente no quiere celebrar unas “elecciones creíbles” en el país y se postuló en un comunicado afirmando que "el primer ministro está decidido a no dejarse disuadir por nadie en el cumplimiento de sus deberes nacionales en orden de liderar al país a elecciones que allanarán el camino a una transferencia pacífica del poder".

Mogadiscio Somalia

Las hostilidades en este país del Cuerno de África han trascendido más allá de sus fronteras. Estados Unidos se ha posicionado esta misma semana anunciando que su ejército está preparado para actuar contra quienes obstruyen el camino hacia la paz en Somalia. “El intento de suspensión del señor Roble es alarmante y apoyamos sus esfuerzos por conseguir unas elecciones rápidas y creíbles”, ha expresado en un tuit la Ofician de Asuntos Africanos del Departamento de Estados Unidos.

En otro orden de cosas, esta disputa entre ambos políticos pasa factura al desarrollo del país y muy especialmente a la lucha contra la insurgencia de Al-Shabbaab, un grupo vinculado a Al Qaeda, que todavía amenaza con la seguridad y la paz de Somalia.

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