Pie de foto: El jefe de policía de Dallas ha indicado que el sospechoso declaró que quería "matar a policías blancos" durante la negociación que mantuvo la policía con él
El sospechoso francotirador que habría acabado con la vida de cinco policías en Dallas durante una manifestación contra las muertes de negros a manos de la policía, identificado como Micah Johnson por los medios de EEUU, es un militar estadounidense retirado, según explicó al equipo negociador de la policía.
El hombre de 25 años explicó a los negociadores policiales que quería "matar a policías blancos" y que estaba "cabreado por las recientes muertes de negros a manos de la policía". Además, explicó que no pertenecía a ningún grupo.
Johnson fue abatido por la policía después de haberse atrincherado en un edificio tras disparar a los agentes en la manifestación. Cinco agentes de policía han sido asesinados por francotiradores y otros siete han sido heridos durante una manifestación contra esas muertes. Otras tres personas están detenidas.
Repunta la tensión racial
El tiroteo de Dallas llega 48 horas después de que dos ciudadanos negros fueran tiroteados por dos policías blancos en Luisiana y Minnesota. Estos últimos episodios con tintes de violencia racial han desencadenado nuevas tensiones en EEUU y protestas a lo largo y ancho del país. Nueva York, Los Ángeles, Chicago o Phoenix han sido algunas de las ciudades estadounidenses que han albergado marchas pacíficas contra la brutalidad policial.
La mecha se prendió hace dos años cuando un policía de Ferguson (Misuri) mató a Michael Brown a tiros. Un hecho que provocó protestas generalizadas de la comunidad negra contra la violencia policial.
Según las autoridades, 509 personas han sido abatidas por la policía en Estados Unidos en lo que va de año, de las cuales un 25% de ellas eran afroamericanas. Un porcentaje extremadamente alto teniendo en cuenta que la comunidad negra representa sólo el 12% del total de la población.
Cinco agentes muertos en Dallas en una protesta contra la represión policial
La muerte de dos afroamericanos en menos de 48 horas ha reavivado las tensiones raciales en EEUU. La protesta de Dallas se ha teñido de sangre después de que varios francotiradores abrieran fuego contra policías. Tres sospechosos han sido detenidos y un cuarto que permanecía atrincherado se ha suicidado
La tensión racial recrudece en Estados Unidos. Varios francotiradores han matado este jueves a cinco agentes de policía -cuatro patrulleros y un guardia de tráfico- y ha herido a otras seis personas durante una protesta en Dallas contra la brutalidad policial que sufre la comunidad afroamericana. Tres sospechosos han sido detenidos por el tiroteo y un cuarto se ha suicidado horas después. Se trata del peor ataque perpetrado contra la Policía de Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Según la Policía de Dallas, varios francotiradores abrieron fuego desde "posiciones elevadas" contra diez agentes durante una manifestación pacífica que se estaba celebrando en la ciudad en memoria de dos afroamericanos que fueron abatidos sin motivo aparente a manos de policías blancos en las últimas 48 horas en Luisiana y Minnesota, respectivamente.
El jefe de la Policía de Dallas, David Brown, ha señalado en comparecencia de prensa que de los seis heridos hay varios que se encuentran en situación "crítica". En cuanto a los autores del ataque, Brown ha asegurado que tres sospechosos de la emboscada han sido arrestados y un cuarto que se había atrincherado en un garage de un instituto de Formación Profesional, próximo al lugar de los disparos, se suicidó pocas horas después tras protagonizar un intercambio de disparos con los agentes que le rodearon. La policía no descarta que haya más implicados en el tiroteo.
Los francotiradores prepararon un ataque "coordinado", según la policía, para atentar contra el "máximo número posible de agentes". El jefe de la Policía de Dallas también ha explicado que los sospechosos habían amenazado con activar varias bombas repartidas por la ciudad, aunque por el momento no se ha encontrado ningún artefacto.
Dallas está tomada por la policía. Pese a que la alerta ha terminado, las fuerzas de seguridad han pedido a la población que no se acerque a la zona donde se ha registrado la matanza. Las autoridades de aviación han restringido temporalmente los vuelos sobre la ciudad texana.El presidente estadounidense, Barack Obama, que se encientra en Varsovia para participar en la cumbre de la OTAN, ya ha sido puesto al corriente de la situación.
Repunta la tensión racial
El tiroteo de Dallas llega 48 horas después de que dos ciudadanos negros fueran tiroteados por dos policías blancos en Luisiana y Minnesota. Estos últimos episodios con tintes de violencia racial han desencadenado nuevas tensiones en EEUU y protestas a lo largo y ancho del país. Nueva York, Los Ángeles, Chicago o Phoenix han sido algunas de las ciudades estadounidenses que han albergado marchas pacificas contra la brutalidad policial.
La mecha se prendió hace dos años cuando un policía de Ferguson (Misuri) mató a Michael Brown a tiros. Un hecho que provocó protestas generalizadas de la comunidad negra contra la violencia policial.
Según las autoridades, 509 personas han sido abatidas por la policía en Estados Unidos en lo que va de año, de las cuales un 25% de ellas eran afroamericanas. Un porcentaje extremadamente alto teniendo en cuenta que la comunidad negra representa sólo el 12% del total de la población.