La guerra de Yemen se ha convertido en la mayor crisis humanitaria del planeta. 23,4 millones de yemeníes -cerca del 75% de la población total- necesitan asistencia de emergencia, de acuerdo con cifras de Naciones Unidas. Tan solo el año pasado, el conflicto que comenzó en 2014 dejó más de 2.500 civiles muertos o heridos y obligó a 300.000 ciudadanos a dejar sus hogares para huir del horror de la guerra. En total, desde 2015, la cifra de desplazados ha ascendido a 4,3 millones.
A pesar de los esfuerzos de la ONU y de otros organismos internacionales para lograr la paz en el país y poner fin a años de violencia, la guerra de Yemen se ha enquistado y no se vislumbra un cese de las hostilidades.

Sin embargo, dentro de la dramática situación que vive actualmente todo Yemen, hay ciertos lugares del país donde la guerra está teniendo un impacto mayor. Una de estas ciudades es Taiz, el tercer centro urbano más grande del país. La localidad, ubicada en el suroeste del país, lleva resistiendo a un duro asedio por parte los rebeldes hutíes desde 2015.
Los ciudadanos de Taiz llevan casi siete años sufriendo constantes cortes de suministros como electricidad o agua. Debido al bloqueo de carreteras, faltan medicamentos y comida, lo que lleva a los civiles a salir de la ciudad a pie o sobre animales como burros para adquirir los bienes en otros lugares. Pero esto no es una tarea fácil. Los ciudadanos de Taiz deben cargar a sus espaldas todo el material que necesiten mientras transitan por las montañas que rodean la ciudad. Las pocas carreteras que siguen abiertas están en muy malas condiciones y a menudo son escenario de accidentes de tráfico mortales.

La población de Taiz necesita ayuda internacional para que se ponga fin a este inhumano asedio que agrava la crisis humanitaria yemení. Con el objetivo de concienciar sobre esta cuestión y dar voz a periodistas y activistas de la ciudad, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Yemen ha organizado una conferencia virtual sobre el asedio a la que ha invitado a medios de comunicación internacionales para que informen sobre una de las mayores catástrofes humanitarias de nuestro tiempo.
Antes de dar paso a los ponentes, el periodista italo-libanés Talal Khrais mostró varias fotos actuales de la ciudad donde aparecían civiles -incluidos niños-, pero también hombres armados apuntando a los ciudadanos. “La situación es trágica. Las imágenes nos dan una idea del sufrimiento”, apunta Kharis.

El primero en intervenir ha sido el fotoperiodista yemení Ahmed Basha, quien narra la odisea que supone salir de la ciudad. “Antes del asedio, bastaba con 5 minutos para salir de Taiz, ahora se tarda más de 6 horas, lo mismo que para moverse de un barrio a otro”, explica. Por este motivo, hay familias que llevan viviendo separadas siete años, incluso dentro de la ciudad.
Pero para Basha y los ciudadanos de Taiz la mayor preocupación son las minas terrestres. “La ciudad está llena de miles de minas”, asegura el fotoperiodista yemení. Este tipo de armas fáciles de camuflar se encuentran incluso cerca de las casas. Por este motivo, la mayoría de los muertos por minas terrestres en el país son ciudadanos de Taiz.

Los hutíes las instalaron cuando comenzaron a asediar la ciudad en 2015. Pero ¿por qué Taiz es tan importante para el grupo rebelde respaldado por Irán? De acuerdo con Aeda Hameed, participante en la conferencia, los hutíes quieren “castigar” Taiz porque es una ciudad que alberga culturas y puntos de vista políticos diferentes. “Los hutíes tiene mucho miedo a la diversidad”, asegura.
Basha hizo referencia a la pluralidad de la Taiz, recordando que la resistencia de la ciudad se creó “porque es diversa étnica y religiosamente”. “El asedio quería presionar la ciudad y la resistencia”.
Por otro lado, Ahmed Al-Sharabi, otro de los participantes, destacó los motivos políticos de los hutíes detrás del asedio de Taiz. “Los hutíes consideran que, si la gente puede entrar y salir de la ciudad libremente, perderán el control. Es decir, la reapertura de las carreteras significa para los hutíes el fin de su control”, señala Al-Sharabi.
El grupo rebelde comenzó cerrando las carreteras principales y desconectando a Taiz de sus ciudades vecinas. Primero se bloqueó el este y el oeste, y posteriormente, el norte. En 2016 permitieron que los ciudadanos salieran, pero solo a pie o con animales. Hoy en día, esta es la única vía para conseguir bienes básicos. En ese mismo año, el agua dejó de llegar a la ciudad, algo que, en palabras de Basha, representa “un crimen contra Taiz”.

El doctor Mansoor Alwaziy ha narrado la crítica situación sanitaria de la ciudad. Los hospitales, incluidos los centros oncológicos, han sido bombardeados. Tras la huida de los hutíes de Taiz algunos se han podido reconstruir, pero Alwaziy insiste en que todavía faltan medicamentos y tratamientos. El doctor también ha narrado la crítica situación durante la pandemia de COVID-19, que agravó el panorama sanitario de Taiz.
En la conferencia también han participado activistas de la ciudad, como la abogada Eshraq Almaqtari, quien también es portavoz de la Comisión Nacional Yemení para la Investigación de Violaciones de Derechos Humanos (NCIAVHR). Almaqtari ha insistido en la grave situación de los hospitales de la ciudad, muchos de ellos destruidos. La abogada también destaca los bombardeos indiscriminados contra barrios residenciales. Asimismo, recordó que Taíz es el punto de Yemen con más minas terrestres, armas que incluso se encuentran en zonas agrícolas, lo que ha llevado a grandes pérdidas económicas.

Abeer Abdullah, activista y también periodista, denuncia que se han convertido en un objetivo de los hutíes, junto con los equipos de rescate.
El periodista Mohammed Alhoribe se ha encargado de narrar el panorama económico de la ciudad. De acuerdo con Alhoribe, los daños se estiman en billones de dólares. El periodista también ha remarcado que los combates internos finalizaron en 2018, por lo que la situación actual es “muy estable”. “Las fuerzas militares del Gobierno yemení están plenamente comprometidas con el acuerdo de alto el fuego”, subraya.
A principios de junio, las partes del conflicto acordaron una prorroga de dos meses sobre la tregua anunciada en abril impulsada por la ONU. Dentro de este acuerdo, el Gobierno yemení ha insistido en el fin al bloqueo de Taiz.

“Abrir carreteras, garantizar la libertad de movimiento de los ciudadanos y levantar el asedio a las ciudades, especialmente a la ciudad de Taiz, se encuentran entre los temas básicos que el Gobierno pone al frente de sus prioridades”, afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Yemen. No obstante, de acuerdo con el Gobierno yemení, los hutíes no se han tomado en serio esta petición y continúan con su brutal asedio sobre la ciudad.
El periodista de Taiz, Mohammed Al-Rumim, también ha participado en el simposio y posteriormente ha dialogado con Atalayar sobre la situación en la ciudad.
¿Qué hacen -o intentan hacer- las autoridades de Taiz para lidiar con este brutal asedio?
En 2017 se formó una unidad militar. Actualmente la ciudad cuenta con 7 brigadas militares registradas en el Ministerio de Defensa y en el Ejército yemení. Defienden Taiz pero carecen de armamento suficiente.

¿Cómo los hutíes lograron aislar la ciudad durante todos estos años? ¿Por qué las fuerzas yemeníes no pueden liberar la ciudad?
Los hutíes no están dentro de la ciudad, sino alrededor. En 2015 entraron, pero fueron expulsados después de batallas con las fuerzas de la resistencia y con el Ejército yemení. Una vez fuera de la ciudad, bloquearon las principales carreteras que conectan la ciudad con Saná o Hodeidah, además de plantar minas terrestres. El Ejército yemení trata de desbloquear las carreteras, pero están minadas.
¿Por qué esta ciudad es tan importante para los hutíes?
Taiz tiene una gran relevancia porque la revolución de 2011 empezó aquí, posteriormente se expandió a otras regiones. Taiz es una ciudad cultural, que apoya la educación, dos cosas a las que se oponen los hutíes. Los hutíes no creen en la democracia, en la pluralidad de opiniones o en los derechos humanos.

¿Cree que la ONU u otras organizaciones internacionales podrán presionar lo suficiente a los hutíes para que cesen el bloqueo?
La ONU, al igual que otras instituciones, debe ser respaldada por los países occidentales, especialmente Estados Unidos, quienes deben aumentar la presión sobre los hutíes.
Taiz es una de las mayores ciudades de Yemen. La mayoría de la población cuenta con educación básica, los ciudadanos están políticamente comprometidos, les gustaría crear un país civil, una sociedad civil, lejos de las armas, de la corrupción y de la injusticia.