Lo que debería haber sido visto como una proeza diplomática, tras los numerosos reveses que ha sufrido en la escena internacional, se ha torcido, causando hilaridad e indignación. El discurso del presidente argelino desde la tribuna de las Naciones Unidas durante la 78ª sesión de la Asamblea General es una mancha negra contra el país

¿Tebboune engañado por sus asesores en la ONU?

AFP/ANGELA WEISS - El presidente argelino Abdelmadjid Tebboune se dirige a la 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas en la sede de la ONU en Nueva York el 19 de septiembre de 2023
photo_camera AFP/ANGELA WEISS - El presidente argelino Abdelmadjid Tebboune se dirige a la 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas en la sede de la ONU en Nueva York el 19 de septiembre de 2023

El discurso de treinta minutos de Abdelmadjid Tebboune estuvo dominado por la cifra de 1.300 millones. Esta cifra se refiere a la producción “diaria” de agua desalinizada de aquí a finales de 2024. Una enormidad que provocó la hilaridad, el asombro y la indignación de muchos argelinos, que se sintieron avergonzados de que su país estuviera tan poco representado en este gran acontecimiento mundial.

Mientras los medios de comunicación argelinos -impresos, audiovisuales e incluso electrónicos- guardaban silencio sobre esta escandalosa afirmación, en todas las redes sociales no faltaron las burlas a la ignorancia del presidente y sus consejeros, pero también “a la pedantería, a la fatuidad, a la petulancia y sobre todo a la burlesca”, como dijo un observador informado.

¿No se daba cuenta el presidente argelino de la magnitud de la cifra de 1.300 millones de producción diaria? “¿No sabía que, si se divide este volumen por los 40 millones de habitantes de Argelia, se obtienen 32,5 m3 diarios por habitante (incluidos los bebés)? Sabiendo que una familia de cuatro miembros en Europa consume 150 m3 al año”, señala un experto. “Esto secará el Mediterráneo en unos meses”, añade otro con ironía. Esto no tiene precedentes en la historia de las Naciones Unidas. Que un jefe de Estado haga semejante anuncio, hinchando el pecho y pensando que puede impresionar al mundo con lo que él cree que es un logro, es sencillamente alucinante.

Hace unos meses, Tebboune anunció la misma cifra en una reunión con representantes de la prensa argelina. En el tráiler que se desplazaba por la parte inferior de las pantallas de televisión, lo que se pensó que era un error garrafal se corrigió rápidamente suprimiendo la palabra “diario”. Pero parece que el presidente no ha sido informado. Ya que está repitiendo lo mismo, pero aún más gravemente, a escala internacional. Lo que plantea algunas preguntas muy legítimas.

¿Será que el presidente argelino, un enardecido, es tan ignorante que no se da cuenta de la magnitud de las cifras que expone? ¿Sería tan descuidado como para no comprobar o hacer comprobar por sus asesores un discurso de tal importancia? ¿Podrían haber manipulado a sus asesores para engañarle y hacerle pronunciar el discurso de su vida? ¿Serían sus asesores tan mediocres como para repetir una ineptitud señalada y corregida no hace mucho?

Estas preguntas no sólo se refieren a este disparate sobre la desalinización del agua de mar. Todo el discurso está plagado de contradicciones e incoherencias que revelan la mala posición de Argelia en la escena internacional desde la llegada del dúo Tebboune-Chengriha al timón del país.

Entre las incoherencias observadas en el discurso del presidente argelino figura la ausencia de toda referencia al conflicto armado en Ucrania. Mientras desarrollaba un discurso que quería ser apaciguador y transmitir signos de paz, ocultó el sufrimiento del pueblo ucraniano, víctima de la agresión rusa que ha dejado su país en ruinas y a millones de sus habitantes sumidos en el exilio.

En su discurso, Tebboune afirmó ser el portavoz de árabes y africanos. Sin embargo, desde su investidura al frente del Estado argelino, su país está enfrentado a muchos países. Además de la tensión con el vecino Marruecos, que ha llegado hasta la ruptura de relaciones diplomáticas y el cierre del espacio aéreo, Argelia está enfrentada con sus vecinos inmediatos, Francia y España, y con sus “hermanos” árabes Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. Las cosas tampoco van mejor en el lado africano. Los nigerianos rechazan su mediación en su crisis interna, y los países miembros de la CEDEAO rechazan su injerencia en la misma crisis.

Tebboune también cometerá una injusticia con la historia y con las fraternales relaciones argelino-marroquíes al ser el único orador que mencione la partición del territorio de este rey, que desde esta misma tribuna de las Naciones Unidas en 1957 abogó por la independencia y la soberanía de Argelia.

Abdelmadjid Tebboune llegó a Nueva York para marcar la presencia de Argelia en la 78ª sesión de la Asamblea General de la ONU y llevársela a casa como un logro de su diplomacia, pero se encontró en medio de un escándalo que reveló lo que muchos observadores pensaban de él. No tenía ni madera ni estatura de jefe de Estado. Lo que se confirmaba regularmente en sus apariciones públicas en Argelia se ha confirmado ahora en la escena internacional. Esto basta para que los que no quieren que sea reelegido para un segundo mandato al frente del país convenzan a los pocos que se resisten a aceptar su mediocridad para dominarle mejor.

Antes de intentar labrarse un traje en el extranjero para darse una mejor imagen, Tebboune habría hecho mejor en invertir en su país reconciliándose con un pueblo que apenas le eligió y a cuyos hijos ha encarcelado a cientos y obligado al exilio a miles. En definitiva, a un año del final de su mandato, impuesto al pueblo argelino el 12 de diciembre de 2019 por el difunto Ahmed Gaïd Salah, jefe del Ejército argelino, Abdelmadjid Tebboune ha escrito las páginas más negras de la Argelia independiente. 

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