Ahmed Tarouzi aseguró en su declaración ante el juez Santiago Pedraz que el jefe polisario disponía las órdenes, aunque no pudo certificar que practicase las torturas personalmente

Un testigo declara ante el juez que Brahim Ghali estuvo presente donde se producían las presuntas torturas del Frente Polisario

photo_camera PHOTO/REUTERS - Brahim Ghali, secretario general del Frente Polisario

El activista Ahmed Tarouzi compareció este martes en la Audiencia Nacional para declarar ante el juez Santiago Pedraz por el caso de las presuntas torturas practicadas por el Frente Polisario en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, Argelia, y señaló que las sufrió en primera persona y que, además, el jefe polisario Brahim Ghali estuvo presente en alguna ocasión en las dependencias donde se ejecutaban estos castigos dando órdenes. 

Según fuentes judiciales en torno a informaciones de medios como el diario La Razón o la agencia Europa Press, Tarouzi indicó haber sido víctima de torturas en la localidad argelina de Tinduf practicadas por el Frente Polisario, bajo las órdenes de Ghali. Aunque el testigo manifestó que no presenció el hecho de que el dirigente polisario investigado ejecutase en persona las torturas. 

Ahmed Tarouzi afirmó haber sido secuestrado y torturado por el Frente Polisario durante once años y que esos castigos físicos consistían en “arrancar los dientes y las muelas” a los prisioneros, según lo difundido por medios. Según fuentes judiciales, identificó a sus torturadores, con la presencia de Ghali, aunque el dirigente del Frente Polisario no torturaba, sino que daba las órdenes, como publicaron La Razón y Europa Press. 

Interrogado sobre quién torturaba, Tarouzi contestó que presenció acciones de diversos miembros del Frente Polisario y tres generales argelinos, según señalaron fuentes judiciales consultadas por Europa Press. 

Brahim Ghali, secretario general del Frente Polisario

Sigue así en curso el proceso que se desarrolla en la Audiencia Nacional, en el juzgado del que es titular Santiago Pedraz, por el cual se investiga a Brahim Ghali por presuntos delitos de torturas, detención ilegal y genocidio tras las querellas presentadas por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) y el activista saharaui Fadel Breica. Una segunda persona propuesta debía comparecer también como testigo de los supuestos delitos tras compartir cárcel con Breica, pero por no ha podido testificar todavía por problemas con el visado. 

ASADEDH solicitó la declaración de hasta tres personas porque ellos mismos habrían estado "secuestrados" supuestamente durante años por el Frente Polisario siendo testigos en primera línea del "exterminio" y torturas denunciadas en la querella interpuesta contra Ghali, otros 23 responsables polisarios de seguridad y cuatro miembros de los servicios de Inteligencia de Argelia.

Por su parte, la defensa de Ghali preguntó por dónde habrían tenido lugar las torturas, a lo cual Tarouzi respondió que en una nave. Entonces, la abogada cuestionó si había luz natural o de bombillas y focos que le cegaran. Tarouzi aseguró que, aunque la luz le diera en la cara, podía verlos y oírlos, según lo publicado por la agencia Europa Press. 

El procedimiento judicial prosigue después de que la Audiencia Nacional decidiese citar a declarar a Brahim Ghali tras conocerse su presencia en España, donde entró el pasado mes de abril para ser tratado en un hospital de Logroño debido a importantes problemas respiratorios. Marruecos pidió explicaciones a España por la falta de información precisa y de cooperación ante la presencia del líder polisario en territorio español y el Gobierno de Pedro Sánchez se limitó a señalar que se había permitido la entrada de Ghali por motivos humanitarios. La contestación no satisfizo al reino alauí y llegaron las reprimendas por parte del Ministerio de Exteriores marroquí tras considerar que no había recibido colaboración por parte de un país considerado vecino y aliado. 

Campamento de refugiados de Boudjdour en Tinduf, al sur de Argelia

Esta situación fue el detonante de una crisis diplomática entre ambas naciones que continuó con otros episodios como la entrada de miles de inmigrantes de manera ilegal por la frontera de Ceuta o la exclusión de España de la Operación Paso del Estrecho que articula el regreso de ciudadanos marroquíes a su país en pleno periodo estival. 

Al conocerse la situación de Ghali en España, la Audiencia Nacional le citó para declarar de manera telemática el 1 de junio, aunque finalmente no se le aplicaron medidas cautelares y pudo salir de territorio español para viajar a Argelia, donde fue hospitalizado para seguir siendo tratado médicamente. En el país argelino, aliado del Frente Polisario, recibió la visita incluso del presidente del país norteafricano, Abdelmadjid Tebboune, y del jefe del Ejército Said Chengriha. 

Posteriormente, también se instó judicialmente a pedir más información e investigar cómo se permitió el ingreso de Brahim Ghali en España y con qué documentación. Una cuestión sobre la que se ha pedido una aclaración también.

Como telón de fondo de este encontronazo político entre Marruecos y España subyace el problema de la cuestión del Sáhara Occidental. El reino alauí echa en falta un apoyo claro español en torno a su propuesta para solventar el conflicto saharaui, basada en una amplia autonomía para la región bajo soberanía marroquí. Opción que ha recibido destacados apoyos en el escenario internacional; sobre todo, a raíz del soporte otorgado por el pasado Gobierno de Estados Unidos de Donald Trump y del actual Ejecutivo de Joe Biden. También se produjeron importantes anuncios como la apertura de Consulados de países tan relevantes como la propia nación estadounidense o Emiratos Árabes Unidos en enclaves estratégicos como Dajla y El Aaiún; todo lo cual ha servido de impulso para la estrategia del Reino. 

En contraposición, la propuesta del Frente Polisario sobre un referéndum de independencia saharaui no cuenta con mucho apoyo internacional, destacando dentro del mismo el de Argelia, rival en diversas cuestiones en el norte de África de Marruecos.

Ahora llega una nueva etapa en la que se trata de mejorar las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos con la llegada del nuevo ministro de Exteriores español, José Manuel Albares. Diplomático señalado como una persona que puede llevar a cabo esta tarea de cara a recomponer los vínculos políticos entre ambas naciones vecinas del Mediterráneo.