Estados Unidos es el país con mayor número de casos y muertes atribuidas al coronavirus de todo el mundo. Si bien su población supera los 328 millones de personas, los más de 4,6 millones de contagiados y las cerca de 156.000 muertes en el país norteamericano no son una anécdota.
Estos datos, que no hacen más que crecer, ante un virus que se ha visto descontrolado en estados como el de Florida, Californio o Texas, parecen captar la atención de la gran parte de la población y de la clase política estadounidense. Pero no así de su presidente, Donald Trump. “Gran parte de nuestro país está muy bien”, escribía el domingo pasado el magnate norteamericano en su cuenta personal de Twitter.

Trump ha intentado virar la atención mediática a una nueva batalla en la guerra fría que desde que llegó a la Casa Blanca libra con China.
TikTok es el último objetivo del presidente norteamericano. El pasado lunes en la Casa Blanca, Trump dijo que la red social se cerraría en Estados Unidos el 15 de septiembre a menos que Microsoft u otra empresa “muy estadounidense” lo comprara.

También aseguró que EEUU debería recibir dinero a cambio de permitir que se concretara el trato, sin explicar cómo funcionaría. “Una parte muy sustancial de ese precio tendrá que ingresar al Tesoro de Estados Unidos, porque estamos haciendo posible que este acuerdo se lleve a cabo”, dijo.

TikTok, aplicación que forma parte de la empresa ByteDance, puede ser china, pero los estadounidenses lo han aceptado como propio. Un total de 30 millones de usuarios norteamericanos se han descargado la aplicación. Mientras que Facebook es para compartir fotos de bebé, Twitter es para despotricar contra los políticos e Instagram para compartir lo popular que eres, TikTok combina simplicidad e infantilismo, pero ha llegado a más de 700 millones de usuarios: un foro donde puedes bailar, sincronizar chistes, capturar travesuras de animales y compartir. La relación ente TikTok y China se remonta a 2016 cuando el gigante tecnológico chino ByteDance decidió expandirse a través de la compra de Muscial.ly, una aplicación estadounidense que fue incorporada en las operaciones de TikTok.

Para la Administración Trump, la aplicación supone un riesgo hacia la privacidad de los datos de los usuarios en su país y, por tanto, un peligro para la seguridad nacional, ya que, para ellos, implica tener expuesta información que el Gobierno chino, a través de ByteDance, podría utilizar.
Teniendo en cuenta las preocupaciones por la seguridad nacional, Trump puede tener derecho a aprobar un plan para mitigar los riesgos que pueden representar TikTok, pero como asegura para el New York Times Daniel Price, exasesor de Economía del presidente George W. Bush, esta decisión sobre la plataforma china “solo es un ejemplo del estilo indisciplinado e impulsivo de toma de decisiones del presidente, tan desconcertante para amigos y enemigos”.

Washington ya presentó un proyecto de ley en marzo que prohibiría a los empleados del Gobierno usar la red social y el Pentágono ya le ha dicho al personal militar que elimine la aplicación de sus teléfonos. Quizás, TikTok (y, para el caso, todas las empresas de tecnología de recopilación de datos) presente una amenaza para nuestra privacidad y seguridad.
Por su parte, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, aseguró que los usuarios de la red social corren el riesgo de que sus datos terminen en “manos del Partido Comunista chino”. Y aunque la aplicación ha insistido en numerosas ocasiones en que los datos que recopilan se almacenan fuera de Pekín, existe la posibilidad de que el Gobierno de Xi Jinping obligue, según las leyes locales, a ByteDance a entregar datos sobre sus usuarios. La Ley de Seguridad Nacional de China de 2017 obliga a cualquier organización o ciudadano a “apoyar, ayudar y cooperar con el trabajo de inteligencia estatal”. El director general de ByteDance, Zhang Yimig ha insistido en que su empresa nunca ha entregado información sobre estadounidenses a las autoridades chinas.
El temor es que TikTok convierta su poderoso vacío en una red llena de información en imágenes y detalles de los estadounidenses desprevenidos para alimentar el apetito de Pekín. La amplia recopilación de datos de China sobre su propia población ha aumentado aún más los temores de su voluntad por recopilar dicha información del extranjero par sus propios fines. TikTok no solo sería un símbolo del ascenso y penetraciones China en Estados Unidos, sino significa un nuevo combate en la guerra entre Washington y Pekín.
No solo la preocupación por la posible intromisión de China en los datos de estadounidenses ha hecho que Trump quiera prohibir la aplicación. TikTok se ha convertido en un símbolo del nuevo desafío que una China, cada vez más habilitada para la tecnología, presenta a la hegemonía estadounidense en el sector tecnológico. Actualmente, internet es administrado por corporaciones estadounidenses como Alphabet, Amazon y Facebook, y TikTok es la primera compañía china en abrirse paso realmente hacia la conciencia global, algo que por ejemplo Alibaba o Baidu no habían conseguido hacer.
El ascenso de Trump y su feroz grandilocuencia cambiaron el rol de Pekín de un socio, aunque problemático, a un enemigo que roba secretos. El presidente chino ha mostrado su fuerza en asuntos exteriores, mientras que ha intensificado el control estatal con nuevas tecnológicas, desde las recolecciones de datos hasta el reconocimiento facial, así como la represión en Xijiang y Hong Kong.
La dictadura china bloquea Facebook y Twitter y no permite que su gente decida lo que quiere decir, publicar o mirar.
La motivación para bloquear TikTok de Estados Unidos es muy diferentes, pero lleva al mismo lugar, donde el Estado determina lo que podemos y no podemos hacer en internet.