Un ensordecedor estruendo de aplausos y cacerolazos estalló al mediodía de este domingo en todo Perú cuando los peruanos escucharon las palabras "renuncia irrevocable" en boca del presidente transitorio Manuel Merino, cuya figura provocó las protestas más masivas que se recuerdan en los últimos 20 años.
Desde sus ventanas, los peruanos volvieron a protagonizar una sonora cacerolada, esta vez de fiesta y no de protesta como todas las anteriores que se habían repetido religiosamente a diario desde el lunes, cuando Merino asumió el poder tras la polémica destitución en el Congreso de Martín Vizcarra. Sin embargo, fue una alegría pasajera y fugaz que terminó dejando un regusto amargo y agridulce, pues en esa celebración faltaban Jack Pintado e Inti Sotelo, los dos jóvenes fallecidos a causa de la cruda represión de la Policía Nacional hacia la multitudinaria marcha del sábado.
Pronto estos dos chicos de 22 y 24 años, respectivamente, se volvieron en una suerte de mártires de la "generación del bicentenario", esa a la que le habían dicho que salir a las calles a marchar y protestar no servía de nada, que solo generaba caos y no beneficiaba a la economía. No obstante, esa misma generación, esa que se comunica por Twitter, Instagram y TikTok y aparentemente parece rehuir de la actualidad política del país, ha descubierto que juntarse en la calle sirve para cambiar cosas.
Lo ha hecho tras ver por esas mismas redes sociales cómo otros jóvenes de su misma generación lograban cambio al manifestarse contundentemente en Chile, Ecuador y Bolivia. "Acabamos de despertar y somos la juventud, la generación Z los que hemos salido a luchar por lo que merecemos como país, para que no nos sigan robando, usurpando y haciendo lo que quieran con nosotros", aseguró a Efe Jenny Fernández, una joven junto a miles de jóvenes a celebrar la renuncia de Merino y reclamar justicia por los dos fallecidos.
Ya con Merino fuera del poder, nada impidió a los miles de manifestantes volver al centro de Lima y llegar frente al Congreso, el gran objetivo de todas las marchas de esta semana que fue impedido ante la dura represión y violencia policial. Frente al rascacielos de la Corte Superior Justicia de Lima, la zona cero de los enfrentamientos de la Policía contra los manifestantes, se instauró un pequeño altar hacia las dos víctimas mortales con sus fotos y ofrendas de flores de color blanco que coparon la reja del edificio.
Esa era la primera parada para seguir mostrando la indignación contra el Gobierno y especialmente al Congreso al grito de "Merino asesino" y con pancartas como "Perú está de luto" y "no murieron, los asesinaron".
Después la población se concentró frente a la plaza del Congreso, resguardado por dos líneas de policías que esta vez sí dieron lugar a una protesta pacífica. Allí la indignación se dirigió hacia los 105 congresistas que el lunes votaron a favor de la destitución de Vizcarra y permitieron que, a falta de cinco meses para las elecciones, el opositor Merino, de Acción Popular, asumiese el poder ejecutivo e instaurase un Gobierno de transición de corte derechista, conservador y autoritario.
Frente a todos ellos se levantó la "generación del bicentenario", concienciada con que, a puertas de que Perú celebre los 200 años de su independencia, la democracia del país no vuelva a las pasadas épocas oscuras que se vivieron en durante el mandato del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000). "Como madre estoy indignada, porque también tengo hijos. Quiero que se larguen todos. Se han metido con la generación equivocada. Estoy muy feliz con estos jóvenes porque son el futuro de nuestro país", manifestó a Efe la barrendera Isabel Cortez, presidenta del Sindicato de Trabajadores de Limpieza de Lima.
En esta concentración frente al Parlamento, la indumentaria más repetida era la camiseta de la selección peruana de fútbol, en una señal clara de que el pueblo en las calles representa legítimamente al país y no los políticos que urdieron la cuestionada maniobra de derrocar a Vizcarra. Esa fue la gota que colmó el vaso para una ciudadanía hastiada de su clase política, especialmente en los últimos años, cuando desde las elecciones generales de 2016 el poder ejecutivo y el legislativo quedaron bajo signos políticos distintos, en una crisis y choque de poderes que ha desgastado enormemente al país.
"Yo quiero que los congresistas que han votado por la vacancia (destitución) se vayan todos, que nadie vote por esos partidos que han traicionado al país", aseguró a Efe Rosa Muñoz, que desde las 9:00 estaba en el centro de Lima esperando la renuncia de Merino. Muñoz, que estaba en primera línea de la concentración delante de la Policía, señaló que "Perú es un país luchador, pujante, con mucha riqueza, pero también un país con muchos corruptos que tenemos que sacar del poder, y eso es lo que vamos a hacer". "Luchamos con las manos limpias y sin violencia. Gracias a los jóvenes estamos aquí en las calles y vamos a estar vigilantes estos días hasta que nos solucionen el problema. Vamos a seguir en la lucha, siempre de pie y nunca de rodillas", concluyó Muñoz.
En todo momento, ante la atenta mirada de los policías, la concentración lució por su pacifismo, con arengas y canciones como el "Contigo Perú", el himno oficioso que se canta en los partidos de la selección peruana y también otras más movidas como "Las Torres", de Los Nosequien y Los Nosecuantos. Mientras, en el Congreso, se buscaba una solución apresurada para arreglar el desaguisado que los mismos partidos de la oposición armaron con la censura a Vizcarra, y en ese baile de nombres tomó fuerza Rocío Silva Santisteban, unas de las pocos congresistas que votaron en contra de destituir al presidente Vizcarra.
Manuel Merino anunció este domingo su dimisión "irrevocable" a la Presidencia de Perú e instó a la "paz y la unidad", un paso que abre camino a la solución de la grave y profunda crisis política que afronta el país desde que asumió el poder hace una semana. Merino anunció su dimisión en un mensaje televisado a la Nación, apenas minutos después de que el Congreso exhortara al mandatario a renunciar mientras convocaba a un pleno extraordinario para encontrar una salida constitucional a la crisis y hallar un sucesor al presidente dimisionario.
El anuncio fue recibido con algarabía y aplausos en las calles, donde miles de ciudadanos proseguían con las protestas para pedir la salida de Merino, quien asumió el Poder Ejecutivo después de que el Parlamento destituyera el lunes pasado al mandatario Martín Vizcarra en una maniobra cuya legitimidad fue ampliamente cuestionada.
Merino leyó un comunicado en el que aparentemente no había ningún atisbo de autocrítica por los sucesos de los últimos días, particularmente por los violentos incidentes que en la noche del sábado dejaron dos muertos y decenas de heridos y desaparecidos en las protestas contra su presencia en el poder. El dimisionario mandatario se limitó a expresar sus condolencias a los familiares de los fallecidos y a los ciudadanos que ejercieron "su derecho a manifestarse", al tiempo que indicó que los sucesos serán debidamente investigados.
Merino, que era el presidente del Congreso, también se defendió por haber asumido el poder tras la destitución de Martín Vizcarra, algo que hizo según "el mandato constitucional" y "con responsabilidad, humildad y honor". El Congreso de Perú destituyó el pasado lunes a Vizcarra, con 105 votos a favor, tras debatir la llamada "moción de vacancia" impulsada contra el mandatario por acusaciones de que cometió actos de corrupción cuando era gobernador de la provincia sureña de Moquegua (2011-2014).
"Desde antes que se produjera la vacancia, hubo voces que pretendieron confundir al país con que se estaba buscando sacar al presidente para postergar las elecciones y que un grupo con mi participación busque perpetuarse en el país. Soy demócrata, respeto las leyes y este es un Gobierno de transición. Nuestro primer objetivo es garantizar las elecciones transparentes y limpias. Nada ni nadie puede impedirlas", dijo. Merino subrayó además que "ninguna salida de esta crisis" se debe realizar fuera del marco constitucional y señaló que hasta que eso se produzca "no puede haber un vacío de poder", por lo que indicó que todos los ministros de su Gobierno, pese a que hace horas que anunciaron su renuncia "continuarán en sus cargos hasta que la incertidumbre se pueda resolver".
El comunicado de Merino llegó después de que el Congreso de Perú anunciara el inicio de un proceso de censura en su contra, que se llevaría a cabo si no presentaba su carta de renuncia en forma inmediata. El titular del Parlamento, Luis Valdez, informó a la prensa que de ese pedido de los legisladores, fruto de la violenta represión de la manifestación del sábado que ha dejado dos fallecidos y alrededor de un centenar de heridos.
Además, anunció que antes de las 18 horas se realizará un pleno extraordinario para evaluar a los nuevos integrantes de la mesa directiva del Congreso, que en virtud de la Constitución incluirá a la persona que ocupará la Presidencia de la República en lugar de Merino. Esa persona, anunció Valdez, "aún no se ha designado ni elegido".