Daesh aumenta su presencia en África en el último año

Turquía detiene a 18 miembros de Daesh

photo_camera AFP/FADEL SENNA - Sospechosos de estar afiliados al grupo Daesh, en una prisión en la ciudad siria nororiental de Hasakeh el 26 de octubre de 2019

La lucha contra Daesh sigue vigente en todo el mundo. La presencia del grupo yihadista se extiende cada día por más países radicalizando a personas de manera clandestina para aumentar las filas de su Ejército.

Turquía está siendo este 2020 uno de los países que más dispositivos ha desplegado para investigar y detener a miembros de Daesh, en los primeros cuatro meses del 2020 han capturado un total de 354 militantes del grupo.

Este mismo lunes, la agencia oficial Anadolu anunciaba que las autoridades de Ankara han detenido a 18 ciudadanos extranjeros acusados de pertenecer al grupo yihadista Daesh.

La Fiscalía emitió una orden de detención contra 20 personas y las fuerzas de seguridad continúan la operación para detener a otros dos supuestos miembros. Se trata de 18 sospechosos de nacionalidad iraquí y dos de nacionalidad siria que estarían vinculados con la organización en Siria.

Los detenidos, según informa EFE, fueron trasladados a la sede policial de lucha contra el terrorismo de Ankara, donde fueron interrogados.

Aunque el último atentado de Daesh en Turquía se produjo en la Nochevieja de 2016, el país juega un papel geoestratégico de retaguardia del grupo terrorista, tanto para el reclutamiento y la recaudación de fondos como para el traslado de miembros europeos o asiáticos al frente en Siria.

El pasado viernes la Embajada de Estados Unidos en Turquía suspendió la atención consular al público por indicios de "ataques terroristas y secuestros" de ciudadanos estadounidenses y otros extranjeros en Estambul y otras ciudades del país.

Atentado Daesh Turquía
La amenaza de Daesh persiste un año después de la muerte de Al-Baghdadi

El 26 de octubre de 2019 el líder de Daesh, Abu Bakr al-Baghdadi, se inmoló al verse acorralado por efectivos estadounidenses en el noroeste de Siria, donde estaba escondido. Meses antes, el califato había dejado de existir, pero, como ocurrió con Al-Qaeda tras la muerte de Osama bin Laden en mayo de 2011, la amenaza del Estado Islámico no ha desaparecido.

El grupo terrorista tardó pocos días en designar a otro sucesor en un intento de demostrar que su pérdida no suponía un golpe fatal para la organización. El 31 de octubre  se anunciaba a Abú Ibrahim al-Hashimi al-Quraishi como nuevo sucesor del grupo terrorista que, en su mejor momento, llegó a controlar una amplia zona de Siria e Irak.

Pero al margen de su nombre, y que al llamarse Al-Quraishi se supone que desciende directamente del profeta Mahoma (lo que le permitió ser nombrado ‘califa’), poco se sabía sobre la verdadera identidad del nuevo líder.

Los expertos apuntaron que podría tratarse de Amir Muhamad Said Abdelrahman al-Mawla, también conocido como Hajji Abdulá. Sobre su persona pesaba una recompensa de cinco millones de dólares como “terrorista buscado por parte de Estados Unidos” por su papel en el secuestro, asesinato y tráfico de mujeres yazidíes en el noroeste de Irak. 

Dicha recompensa fue elevada a diez millones en marzo, cuando Washington llegó a la conclusión de que Al-Mawla era el nuevo líder de Daesh. No obstante, esta recompensa dista mucho de los 25 millones que se ofrecían por información sobre Al-Baghdadi.

En su oferta de recompensa, el Departamento de Estado asegura que ya era un "destacado líder" del grupo Al-Qaeda en Irak (AQI), y que "ascendió rápidamente en sus filas para asumir un puesto de liderazgo como 'número dos' de Al-Baghdadi”. 

Su ascenso en las filas de Daesh es meteórico, ya que a los pocos meses le nombraron responsable de la 'Sharía' en Mosul. Allí pasó a asumir varias funciones, entre ellas la de mediar en las disputas con otros grupos, nombrar a jueces e incluso dictar sentencias en varios casos. 

Estas fueron sus actividades hasta que se convirtió en 'número dos' del grupo en Mosul estando al tanto de sus actividades, secuestros, ejecuciones y asesinatos.

Casi un año después, el nuevo líder no ha dado la cara ni tampoco se ha dirigido a su legión de seguidores en todo el mundo en un mensaje de audio, contribuyendo así a acrecentar las especulaciones sobre su identidad y sobre su capacidad real de mando, si bien también podría ser una táctica para protegerse y evitar ponerle en el punto de mira de las fuerzas antiterroristas.

Mapa Daesh mundo
Llamamiento a nuevos ataques

Quien sí ha hablado en vísperas del aniversario de la muerte de Al-Baghdadi ha sido el portavoz del grupo, Abú Hamza al-Quaraishi, que publicó el 18 de octubre un mensaje de audio en el que llama a seguir cometiendo ataques y a asaltar prisiones para liberar a detenidos, como ya hizo el grupo en Afganistán el pasado verano.

El portavoz hizo mención especial a los milicianos en varios países de África, a los que instó a atentar contra los Gobiernos y las "empresas cruzadas" y a frenar las "campañas de cristianización en curso”.

Daesh está expandiendo sus redes por toda África haciéndose llamar con distintos nombres. Daesh en África Occidental (ISWA) opera en la cuenca del lago Chad y tiene desde 2019 bajo su paraguas a Daesh en el Gran Sáhara (ISGS), que opera en Burkina Faso, Mali y el oeste de Níger. Estos grupos terroristas han recrudecido sus acciones, como también lo ha hecho el Daesh en África Central (ISCA).

Esta última filial, creada en 2019, actúa principalmente en el este de República Democrática del Congo (RDC) y en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, pero el 14 de octubre perpetró un ataque en el sur de Tanzania con una veintena de muertos.

En cuanto a Siria e Irak, donde se forjó Daesh, el grupo también ha intensificado en los últimos meses sus acciones. En el primer país, vuelve a operar en zonas liberadas mientras que en el segundo está sabiendo aprovechar la complicada coyuntura política, económica y social. El grupo terrorista sigue activo también en Afganistán, Somalia y Yemen.

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