Aviones italianos, ingleses y turcos han aterrizado en Trípoli y Misurata en los últimos días

Turquía y Europa se preparan para una posible operación militar contra el grupo Wagner en Libia

PHOTO/ARCHIVO - El presidente turco Recep Tayyip Erdogan

La presidencia turca envío el pasado lunes un memorando al Parlamento para extender así las misiones turcas en Libia durante al menos 18 meses más, algo clave en su reciente intención de actuar contra los Wagner, mercenarios rusos instalados según la ONU y EEUU en el centro, sur y este de Libia.

A esto hay que sumarle la creciente presencia europea en el oeste de Libia, y es que en estos últimos días, aviones británicos aterrizaron en Misurata y Trípoli, que se suman al importante movimiento de aeronaves militares de carga italianas en esta esta zona del país. Por lo que no se descarta que todo esto tenga como objetivo preparar una operación militar para expulsar a los Wagner de Libia, ahora que la situación rusa, con la guerra que desde hace cuatro meses libra en Ucrania, ha emporado.

El jefe del Estado Mayor general del Gobierno de Dbeibé, Muhammad al-Haddad, criticó duramente la presencia de este grupo mercenario, al que calificó de “ocupantes extranjeros”, algo que según él dificultaría la carrera que están librando para construir un estado sólido, y que de lo contrario seguirán siendo “esclavos protegiendo a los ocupantes extranjeros”.

Hafter

Según el memorando firmado por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, la intención de Turquía “es proteger los intereses nacionales en el marco del derecho internacional y tomar todas las precauciones necesarias contra los riesgos de seguridad que emanan de los grupos armados ilegales en Libia, así como contra otros potenciales problemas como las migraciones masivas, brindar la ayuda humanitaria que necesita el pueblo libio y otorgar el apoyo necesario al gobierno legítimo en Libia”.

La moción fue aprobada gracias al apoyo del Partido Justicia y Desarrollo y del Partido del Movimiento Nacionalista. En contra se posicionó el Partido Republicano del pueblo, el grupo prokurdo y el Buen Partido.

Pero la situación en Libia no es sencilla, desde que en febrero de 2011 los intentos del país para crecer y construir un sistema democrático fuerte se vieran truncados por los diferentes conflictos armados que fragmentaron la estructura administrativa del país.

Las Naciones Unidas reconocen al Gobierno de Acuerdo Nacional emanado del Parlamento y reconocido también internacionalmente. La otra facción la encabeza el mariscal de campo Khalifa Haftar, que dirige al Ejército Nacional Libio, quien comenzó en el 2019 una ofensiva militar para apoderarse de Trípoli.

De hecho, Haftar ha sido clave en la influencia de Rusia en Libia gracias a su buena relación, algo que se consolidó aún más con la entrada de los Wagner en territorio libio. Este grupo, a pesar de no ser reconocido por el gobierno ruso, quien niega cualquier tipo de acción militar directa en Libia, cuenta con un potencial militar muy importante y es pieza clave de los movimientos orquestados por el presidente ruso, Vladimir Putin, en este país.

Debido a esta consolidación, los rusos exigieron un diálogo con Estados Unidos sobre Libia, algo que desde Washington se rechazó en varias ocasiones, llamando únicamente a la retirada de sus mercenarios de Libia. Es evidente que las fuerzas rusas no se han retirado, y es que para el gobierno de Putin esta región es considerada un enclave de influencia muy importante para Occidente, por lo que su presencia estratégica en el Mediterráneo es de gran interés para la administración rusa.

Grupo Wagner

Diferentes informes han corroborado que los mercenarios controlan lugares de gran peso estratégico, como la región de la media luna, con un valor energético muy alto. Algo que aumenta el interés europeo en controlar esta región y poder así contrarrestar los cierres de suministro que la invasión de Rusia a Ucrania está provocando.

Todo ello ha provocado que el sector petrolero libio sufra las consecuencias, con un debilitamiento muy importante de la economía del país, debido al cierre de puertos y campos petroleros, algo en lo que, según los observadores internacionales, Haftar puede estar detrás, y es que con estos cierres Rusia puede presionar aún más a Europa y EEUU en lo que a materia energética se refiere.

Occidente parece preparado para operar militarmente en Libia y liberarlo así de los Wagner, más aún después de los últimos movimientos de Haftar. Esto supondría un golpe estratégico en la lucha por el petróleo y el gas que se está librando entre Rusia y Europa.

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