Hombres armados sospechosos de ser yihadistas decapitaron a unos 20 hombres y adolescentes que participaban en una ceremonia de iniciación en el norte de Mozambique

Un ataque yihadista en Mozambique cuesta la vida a 20 personas

AFP/ADRIEN BARBIER - Después de años de ataques yihadista, el norte de Mozambique sigue bajo asedio

La masacre tuvo lugar a principios de esta semana en la región norte de Cabo Delgado. La Policía mozambiqueña encontró el lunes los cuerpos mutilados de al menos cinco adultos y 15 adolescentes dispersos en un bosque del distrito de Muidumbe. 

"La Policía fue alertada por los residentes locales que encontraron los cuerpos en el bosque", dijo un funcionario del distrito vecino de Mueda, según recoge Le Figaro. "Eran jóvenes que habían venido a participar en una ceremonia de iniciación, rodeados de sus mayores", declaró el funcionario pidiendo su anonimato. 

La zona es objetivo de los yihadistas que operan en la región. Han atacado, saqueado e incendiado varias aldeas en las regiones de Muidumbe de Magaia, Nchinga, Namacunde, Março, Muatide y Muambula.

Al menos 5 adultos y 15 adolescentes fueron decapitados por presuntos yihadistas. El ataque tuvo lugar mientras las víctimas participaban en una ceremonia de iniciación. Hasta ahora no se ha hecho ninguna declaración oficial por parte de las autoridades, pero algunos observadores dicen estar sorprendidos por este ataque atribuido a los insurgentes islamistas afiliados a la Provincia Centroafricana del Estado Islámico (ISCAP). 

En esta foto de archivo tomada el 24 de agosto de 2019 una casa destruida en la aldea atacada de Aldeia da Paz en las afueras de Macomia

La región de Cabo Delgado es predominantemente musulmana, pero en la zona de Makonde, donde tuvo lugar la masacre, la población es predominantemente cristiana. 

En esta provincia rica en hidrocarburos, situada en la frontera con Tanzania, es donde han estado operando durante los últimos tres años. Los insurgentes islamistas que operan en la zona ya han atacado, saqueado y quemado varios pueblos de la zona. 

Llevan activos en la región de Cabo Delgado durante los últimos tres años, atacando pueblos y aldeas con el objetivo de sembrar el terror y establecer un califato. Según la ONG estadounidense Armed Conflict Location & Event Data group, estos yihadistas han causado al menos 2.000 muertes y el desplazamiento de más de 400.000 personas desde 2017.

Por lo tanto, sería un acto para matar, aterrorizar y no para reclutar como ya ha ocurrido. A principios de abril, por ejemplo, 52 jóvenes de la misma provincia fueron fusilados o decapitados. Se habían negado a unirse a las filas de los islamistas. 

Otras aldeas han sido asaltadas, saqueadas e incendiadas desde la llegada de estos yihadistas en 2017. Los atacantes secuestraron a un número indeterminado de niños en la zona Nchinga. Las redadas también tienen el propósito de reclutar por la fuerza a jóvenes de las aldeas para que se unan a las filas yihadistas.

En esta foto del folleto proporcionado por el Programa Mundial de Alimentos el martes 22 de septiembre de 2020, la gente espera para recoger los paquetes de alimentos en la provincia de Cabo Delgado, Mozambique

Los ataques en las aldeas de Muidumbe, como recoge el medio RFI, podrían ser una represalia por la ofensiva de las fuerzas de defensa y seguridad a principios de la semana pasada contra la base principal terrorista, un complejo de campamentos conocido como “Base Siria” en el distrito de Mocimboa da Praia.

Más de 400.000 personas han huido de la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, según estimaciones por parte del Gobierno la semana pasada. Tras haber huido de los continuos ataques de los grupos armados y de la acción militar de las fuerzas mozambiqueñas, los desplazados se enfrentan ahora a graves riesgos para la salud. La violencia yihadista en la provincia de Cabo Delgado ha puesto también en peligro las cosechas obligando a miles de agricultores a huir debido a los ataques terroristas según recoge Médicos Sin Fronteras. 

Los combates, que comenzaron en octubre de 2017, se han seguido intensificando, obligando a huir a casi una quinta parte de la población de la provincia y destruyendo el acceso a la atención de la salud y otros servicios públicos. MSF tuvo que suspender sus actividades médicas en Mocimboa da Praia en marzo de 2020 y de nuevo en mayo en Macomia tras un ataque de los insurgentes en el que el centro de salud en el que trabajaba MSF fue saqueado e incendiado. Se estima que más de 20 centros de salud locales fueron destruidos en el conflicto.

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