Un atentado talibán con una furgoneta repleta de explosivos dejó, al menos, 10 muertos y 42 heridos en la jornada de este jueves en Kabul, Afganistán, según cifras ofrecidas por el Ministerio de Salud Pública. El ataque iba dirigido, según los propios insurgentes, contra un destacamento de "invasores extranjeros" que se dirigía a un cuartel general del principal servicio de inteligencia afgano. Este ataque coincide con la práctica definición del acuerdo entre EEUU y los talibanes para la retirada de tropas de territorio afgano.
Nasrat Rahimi, portavoz del Ministerio de Interior de Afganistán, explicó que el atentado fue perpetrado sobre las 10:10 hora local (05.40 GMT) con una furgoneta cargada de explosivos en el área de Shashdarak, en el este de Kabul.
En este área de seguridad prioritaria de la capital afgana se hallan diversas dependencias gubernamentales; entre ellas una delegación clave de los servicios de inteligencia afganos, como es el Directorio Nacional de Seguridad.
El portavoz de la Policía de Kabul, Firdaws Faramarz, aseguró que la explosión provocó un número indeterminado de víctimas y "daños a varios coches en la carretera", sin aportar más detalles.

Los talibanes reivindicaron a través de sus medios de propaganda la autoría del ataque "contra un puesto de control del Directorio Nacional de Seguridad". “Un convoy de invasores extranjeros que se dirigían al Directorio" era el objetivo prioritario del atentado y en la explosión murieron 12 extranjeros y ocho soldados afganos, aseguró en su cuenta de Twitter el portavoz talibán Zabihullah Mujahid.
Ya el pasado lunes, la deflagración de otro vehículo pesado cargado de explosivos cerca del complejo residencial Green Village de Kabul, en el que suelen alojarse contratistas extranjeros, causó al menos 21 muertos y 119 heridos. Los talibanes reconocieron también en este caso la autoría de la ofensiva contra lo que denominaron "nido de invasores extranjeros".
Ese atentado en la capital afgana tuvo lugar el mismo día que el representante especial estadounidense para la Paz, Zalmay Khalilzad, presentó ante el Gobierno de Kabul el borrador del acuerdo de Estados Unidos con los talibanes tras varios meses de negociaciones en Qatar.

Los talibanes han venido imponiendo en las últimas fechas la retirada de tropas extranjeras de territorio afgano como exigencia previa indispensable para negociar una paz con el Ejecutivo del país asiático. En la última ronda de negociaciones llevada a cabo en Qatar entre delegaciones de los insurgentes y de EEUU se acordó una retirada parcial de tropas, que llegaría en número a los 5.000 efectivos, los cuales abandonarían suelo afgano. El propio Zalmay Khalilzad presentó los términos de este convenio al Gobierno del presidente Ashraf Ghani.
Por su parte, el Ejecutivo afgano manifestó su preocupación por las "consecuencias desagradables" que podría desatar ese acuerdo, que contempla la retirada de 5.000 soldados norteamericanos. Desde la Administración de Ghani se desconfía de la situación de inseguridad que se respira en la nación debido a los continuos atentados sufridos y reclaman que se sigan manteniendo tropas en Afganistán para asegurar la máxima protección contra ofensivas insurgentes.

Sigue por lo tanto el enconamiento de las posiciones entre insurgentes y el Gobierno afgano. Por un lado, los talibanes exigen la retirada de tropas extranjeras “invasoras” para poder entablar negociación el Ejecutivo para alcanzar la paz; y, mientras, por su parte, el Gobierno exhorta al mantenimiento de tropas al entender que hay una situación de inseguridad insostenible en el país.