Zoran Milanović, candidato socialdemócrata, supera por una leve ventaja a la aspirante conservadora y actual presidenta, Kolinda Grabar-Kitarović

Una carrera ajustada y el escepticismo marcan los comicios en Croacia

photo_camera PHOTO/AFP - Zoran Milanović, candidato socialdemócrata, supera por una leve ventaja a la aspirante conservadora y actual presidenta, Kolinda Grabar-Kitarović

Los croatas votan este domingo en la segunda vuelta de las presidenciales que se celebraron el pasado diciembre y que ganó el ex primer ministro socialdemócrata, Zoran Milanović, con el 29,5% de los sufragios. Este candidato saca tres puntos (45%) en las últimas encuestas de opinión publicadas a su contrincante conservadora (42%) y actual presidenta del país, Kolinda Grabar-Kitarović. Además, se espera que estos comicios estén marcados por una baja participación debido al hartazgo de los votantes hacia la clase política. 

“No he seguido mucho las elecciones, pero creo que solo tenemos para elegir entre el mal menor y eso no me parece una opción razonable. Mi voto será nulo”, expone a ‘Atalayar’ la croata Sandra Kopčić, de 40 años, residente en Zagreb y estudiante de la Facultad de Filosofía. En la primera ronda de las elecciones presidenciales celebradas en diciembre la participación fue del 51%. “Parece que en esta ocasión el porcentaje del censo que acudirá a votar será parecido”, escribe por correo electrónico Robin-Ivan Capar, sociólogo de la consultora Spitzberg Partners LLC en Zagreb y analista del ‘think-tank’ European Council on Foreign Relations. 

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Aunque las encuestas están muy ajustadas para los dos candidatos, Capar advierte de que la actual presidenta, Grabar-Kitarović, cuenta con más recursos que Milanović para movilizar a su electorado gracias a la amplia red con la que cuenta su partido, la Unión Demócrata Croata, en el país. “Si Grabar-Kitarović consigue que la base de electores que se quedaron en casa en las primarias acudan en esta ocasión a las urnas, puede dar la sorpresa”, vaticina este analista. 

“Hay poco entusiasmo por las elecciones y más bien miedo a los resultados. Como votar no es obligatorio, hay mucha gente que opta por abstenerse. Pocos ciudadanos sienten que los políticos se preocupan realmente por los problemas del país”, explica la escritora y periodista de origen argentino Carmen Verlichak, que reside en Croacia. 

Grabar-Kitarović, de 51 años, ha protagonizado algunos gestos polémicos y ha coqueteado con ideas de ultraderecha. Antes de la primera vuelta de las elecciones, la actual presidenta rindió homenaje al criminal de guerra Slobodan Praljak, que se suicidó en La Haya tras ser condenado. Grabar-Kitarović afirmó que Praljak “luchó por la causa croata” en la guerra de Bosnia (1992-1995). 

De cara a su reelección como presidenta, Grabar-Kitarović ha llamado a la unidad nacional croata “como en 1990 durante la guerra patriótica” por la independencia. “Llamo a todos los que tienen cerca del corazón una Croacia fuerte, la familia croata, a la guerra patriótica, a los veteranos de guerra, a la Europa central a la que Croacia pertenece”, ha declarado la candidata en los últimos días, según recoge Efe. 

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Su contrincante, el jurista y diplomático de 53 años Zoran Milanović, se ha postulado como candidato con el mensaje de convertir a Croacia en un país europeo “normal” ante los guiños nacionalistas de Grabar-Kitarović. Milanović ha prometido trabajar por un país tolerante y sin odio, acabar con la corrupción y acercase a las naciones occidentales y progresistas, según recoge Efe. 

La mayor debilidad de Milanović es que es un político con una imagen desgastada, ya que en su anterior etapa como primer ministro (2011-2016) tuvo que hacer frente a la profunda crisis económica que atravesó el país. 

Para el analista Robin-Ivan Capar, ambos candidatos coinciden en que son pro-europeos y favorables a un acercamiento con los países occidentales. Sus principales diferencias son sus posiciones en política exterior. Milanović es favorable a retirar las tropas croatas de Afganistán, mientras que Grabar-Kitarović las dejaría ahí todo el tiempo que fuera necesario. El socialdemócrata es reacio a establecer relaciones con la Hungría del ultraconservador Víktor Orban pero Grabar-Kitarović lo considera un aliado. En materia económica, Milanović no quiere entrar en la moneda comunitaria, mientras que su oponente conservadora sí que lo haría. 

Los principales problemas con los que se va a encontrar uno de estos dos candidatos el lunes tras las elecciones es la necesidad de reformas estructurales de la Administración. “Es urgente mejorar la eficiencia de la judicatura y de las administraciones públicas. La falta de reformas es un lastre para el crecimiento económico y desarrollo social de Croacia”, asevera el sociólogo y analista croata Robin-Ivan Capar, que también advierte de que la corrupción aún sigue siendo muy alta. 

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Los altos impuestos y las limitaciones a la inversión privada también son un problema para el crecimiento económico del país, según señala Capar. “Todo esto ha provocado cierta desesperación en la sociedad croata que explica la decisión de muchos ciudadanos de emigrar, especialmente después de que el país entrase en la UE”, afirma Capar. De acuerdo con el último barómetro de opinión, el paro es la mayor preocupación de los ciudadanos (23,7%), seguido de la corrupción (18,2%), de las malas perspectivas económicas (14,6%), la emigración (7,6%) y la pobreza (5,3%). 

La gran incógnita de estos comicios es el voto de los indecisos, que alcanzan el 21% según las encuestas y que pueden decidir las elecciones, según recoge Efe. Esta segunda vuelta se celebra apenas cinco días después de la toma de Croacia de la presidencia de turno de la Unión Europea (UE). “La asunción de este puesto de representación tendrá poco impacto en esta cita. Ambos candidatos tienen una actitud positiva hacia la UE y los ciudadanos croatas también ven con buenos ojos la integración europea. Según el último Eurobarómetro de diciembre de 2019, hasta el 66% de la población piensa que el papel de Croacia en la UE es importante”, concluye el analista y sociólogo Robin-Ivan Capar. 

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