El agotamiento del combustible en la única central eléctrica de la Franja de Gaza ha dejado en la oscuridad a miles de palestinos.
En un comunicado público este domingo, Zafer Milhen, jefe de la Autoridad Palestina de Energía y Recursos Naturales (PNERA), dijo que la única planta de energía de la Franja de Gaza dejaría de funcionar si no se importa combustibles a través de los cruces controlados por Israel, advirtiendo de las graves consecuencias en sectores vitales.

A pesar de esta advertencia, este martes la central dejó de funcionar. Fuentes palestinas, según recoge el diario Al-Ain, confirmaron que la estación había dejado de funcionar por completo, días después de su funcionamiento parcial. Este apagón supone un aumento del déficit eléctrico del sector a más del 75%, lo que podría paralizar todos los aspectos de la vida en la Franja.
La declaración de la PNERA asegura que el cierre del cruce de Kerem Shalon, que es el cruce fronterizo comercial entre Israel y Gaza, es la causa por la que no se ha permitido el ingreso de combustible industrial para hacer funcionar la única central eléctrica de Gaza desde el 12 de agosto.
Durante los últimos días, la electricidad de Gaza estuvo funcionando a un ritmo de ocho horas, seguidas de ocho horas de desconexión.
El Centro Palestino de Derechos Humanos expresó su preocupación por las consecuencias de detener el funcionamiento de la central eléctrica en todos los servicios básicos para los residentes de la Franja de Gaza, sobre todo en los servicios de salud, instalaciones industriales, comerciales y agrícolas.

Como recoge Al Ain, el portavoz del Ministerio de Salud palestino en la Franja de Gaza, Ashraf al-Qidra, mostró su preocupación ante “las peligrosas repercusiones en la vida de los recién nacidos y los pacientes de cuidados intensivos”.
El 11 de agosto, Israel cerró la intersección de Karem Shalon después de que militantes en el enclave palestino lanzaran globos incendiarios en territorio israelí.
En los últimos días, el cruce de ataques entre las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) y jóvenes palestinos militantes de Hamás han provocado hasta 30 incendios.