Viena acapara todas las miradas mientras Israel teme un nuevo acuerdo con Irán
Desde que Estados Unidos abandonó el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) la tensión con Irán no ha hecho otra cosa que aumentar. A esa acción orquestada por el entonces presidente Donald Trump, le siguieron una gran cantidad de acciones – como el enriquecimiento de uranio por parte de Irán – que han derivado en una situación muy compleja y por la que ahora deben sentarse a negociar y acercar posturas para alcanzar un acuerdo. No obstante, hasta el momento ninguna de las partes ha mostrado la más mínima intención de dar su brazo a torcer. Ni Irán respeta el acuerdo firmado en 2015, ni Estados Unidos ha levantado las sanciones impuestas.
“Van por buen camino”, es el mensaje que mandan desde el Gobierno iraní respecto al comienzo de las conversaciones con el resto de los países signatarios del Plan de Acción Integral Conjunto. Aunque también ha querido ser prudente y no dar por hecho ningún tipo de acuerdo ya que los contactos acaban de comenzar y aún queda mucho camino por recorrer: “se han logrado progresos, pero ello no implica resolver disputas”, decía el portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Said Jatib Zadé. Ha querido dejar claro el motivo por el que se encuentran reunidos en Viena – desde el punto de vista iraní, que puede variar bastante de la realidad, todo sea dicho – y es “para la retirada de las sanciones estadounidenses y el retorno de Estados Unidos a sus obligaciones bajo el acuerdo nuclear”, dejando a un lado las actividades que está llevando a cabo su país que, por supuesto, los norteamericanos quieren frenar.
El papel de la Unión Europea se antoja esencial en esta negociación como actor mediador entre las partes. La preocupación desde Bruselas por alcanzar un nuevo acuerdo y, sobre todo, que pueda tener un importante recorrido en el futuro, es máxima. Consideran un escalón fundamental de la estabilidad mundial el regreso al JCPOA o, en su defecto, la creación de un nuevo tratado. Por eso, Enrique Mora, 'número dos' del Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, está presente en la mesa de diálogo y se está encargando de coordinar las conversaciones. Por su parte, el propio Borrell ha intensificado en los últimos días los contactos con Washington para acelerar estos trámites.
Irán ya ha anunciado la retirada de sus compromisos sobre varios de los puntos del acuerdo, lo que ha provocado el temor en el resto de los firmantes de un posible colapso del pacto que se está fraguando estos días en Viena. Sin embargo, Teherán mantiene que, si Estados Unidos retira las sanciones, no tendrán ningún problema para retomar el camino marcado por el acuerdo de 2015, mientras que los de Joe Biden piden que sean ellos los que cesen el enriquecimiento de uranio, como el del último lote enriquecido al 60%, para después retirar las sanciones y volver al JCPOA. Es decir, por esa parte, ambos países piden que sea el otro el que dé el primer paso y el bloqueo se mantiene.
Precisamente ese bloqueo puede tener ciertos países beneficiados. Israel teme que su aliado estadounidense alcance un acuerdo con Irán ya que no supondría ningún avance respecto al momento en el que se produjo su salida del acuerdo en el año 2018. Por ese motivo los israelíes han optado por tomar una vía de presión diplomática, y la semana que viene enviará a la capital de Estados Unidos al consejero de seguridad nacional, Meir Ben Sabbat; al jefe de las Fuerzas Armadas, general Avi Kochavi, y al director del Mosad, Yossi Cohen, para que se reúnan con sus homólogos estadounidenses. La posición de mero espectador que tienen en esta negociación inquieta al Gobierno de Israel que no ve con buenos ojos un acuerdo que, muy a su pesar, creen que se va a producir próximamente.
Uno de los motivos por los que desde Irán pretenden acelerar esas negociaciones es la convocatoria de elecciones para el próximo mes de junio en Teherán. Alcanzar un acuerdo antes de que se celebren los comicios impulsaría al actual Gobierno de cara a la reelección. Se espera que los contactos continúen durante las próximas fechas de cara a lograr el objetivo de reestablecer la estabilidad entre los países del Plan de Acción Integral Conjunto, pero también la de todo el mundo, que mira de reojo todo lo que está sucediendo durante los últimos días en Viena.
