Los negociadores en Viena sobre el acuerdo nuclear iraní, ya sean occidentales o iraníes, coinciden en que el curso de las conversaciones no será nada fácil, y así lo confirmaron numerosas declaraciones de algunos de los participantes. Estados Unidos debe declarar explícitamente qué sanciones está dispuesto a levantar para desbloquear las conversaciones y revivir el golpeado acuerdo nuclear de 2015, dijo el jueves el principal negociador de Irán, mientras la diplomacia lucha por salvar profundas diferencias después de tres rondas de reuniones en poco más de una semana.
En respuesta, Irán declarará los pasos que está dispuesto a tomar para reducir su actividad nuclear, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores, Abbas Arachi, al margen de la última ronda de negociaciones con las potencias mundiales en Viena. "Tienen que levantar" las sanciones contra nosotros, dijo Arachi a Press TV. "Sin la lista, no creo que podamos hacer ningún progreso".

El principal negociador nuclear, Abbas Arachi, indicó que "muchas dificultades aguardan esas conversaciones". También agregó en una entrevista de prensa: "Todos coinciden en la necesidad de realizar un trabajo serio y práctico para preparar una lista de las sanciones que Estados Unidos debe levantar y las medidas que Irán debe tomar".
Se espera que las reuniones del comité técnico finalicen el viernes, según anunció Mikhail Ulyanov, representante permanente de Rusia ante las organizaciones internacionales en Viena (aunque no se ha emitido una confirmación oficial al respecto). El embajador ruso también agregó que hoy se realizará una reunión entre los jefes de las delegaciones de los países presentes más uno con la delegación estadounidense (sin Irán).

Las reuniones han estado compuestas por el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, el vicesecretario general del Servicio de Acción Exterior de la UE, el diplomático español, Enrique Mora y en ella participarán representantes de China, Francia, Alemania, Rusia, Reino Unido e Irán. El bloque europeo juega un papel clave como mediador, con el objetivo de preservar un acuerdo que considera fundamental para la estabilidad y seguridad a nivel mundial. En Viena los trabajos políticos cuentan con la coordinación de Mora, quien ha intensificado los últimos días los contactos con todas las partes del acuerdo, además de con Washington.
Cuando Estados Unidos firmó el acuerdo original en 2015, hizo una distinción crítica entre el levantamiento de las sanciones preexistentes en el campo nuclear y las otras sanciones que mantendría en relación con las acciones iraníes relacionadas con el terrorismo, el programa de misiles balísticos, los derechos humanos y violaciones o delitos informáticos.

La posición de Washington se ha vuelto clara, por un lado, adhiriéndose a algunas de las sanciones impuestas por el expresidente Donald Trump. Sin embargo, estas no tienen nada que ver con las armas nucleares y, por lo tanto, no van a levantarse durante estas negociaciones. Cabe mencionar como ejemplo que la anterior Administración estadounidense impuso sanciones a los infiltrados y piratas informáticos apoyados por Irán el pasado septiembre, así como a tres jueces y tres subdirectores de la Organización de Energía Atómica de Irán involucrados en el programa de misiles balísticos.
Quizás el paso que ha complicado aún más la situación y exacerbado la dificultad de levantar algunas sanciones es la confusión heredada de la Administración Trump, la cual mezcló nucleares y no nucleares al cambiar sus nombres o describir muchas de esas sanciones relacionadas con el campo nuclear como vinculadas al terrorismo. Entonces, el expresidente no solo impuso sanciones a la Guardia Revolucionaria, sino al Banco Central, el Ministerio del Petróleo y la Compañía Nacional de Petróleo de Irán. En cuanto a la razón o el motivo que movió a Trump en esta dirección, su afirmación fue que estas instituciones transfirieron fondos a Hizbulá, milicias y otras organizaciones armadas similares.

Esto es solo la punta del iceberg de las complejas penalizaciones que se están negociando, las cuales llegan a la cifra de 1.500 que aún esperan estudio y clasificación. Por lo tanto, realizar una lista acordada de sanciones posteriores a 2016 que ambas partes consideren relacionadas con las actividades nucleares es complejo y entra en un largo camino de conversaciones diplomáticas y técnicas.
La decisión de estos días por parte de Irán de aumentar el enriquecimiento de uranio no es más que otra medida de presión para agilizar las negociaciones y provocar que Estados Unidos dé el primer paso levantando las sanciones impuestas al país persa. Mientras, las conversaciones se suceden la situación en Oriente Medio se complica, sobre todo, lo relativo a la relación entre Israel e Irán que cada vez es más tensa, perpetrando continuos ataques como el de la central de Natanz o el último contra un buque israelí que el Estado judío adjudica a la República Islámica.