El futuro de las protestas palestinas contra Hamás

Hamás lleva gobernando la Franja de Gaza desde el año 2007 mediante la fuerza y la represión de cualquier voz opositora al régimen. Las Brigadas Qassam son la principal herramienta de represión con el cuerpo de seguridad secreto Al-Majd. Según Al Arab, “la legitimidad de Hamás se basa en la acción militar, no en la prestación de servicios”.
El pasado 25 de marzo, los ciudadanos palestinos en la Franja de Gaza salieron a manifestarse contra el movimiento islamista armado cantando lemas como “¡Váyanse, Hamás!” recorriendo desde el norte hasta el sur del territorio.
Desde ese entonces, los ciudadanos de la localidad de Beit Lahia al norte de Gaza han organizado varias marchas en las que, según Amnistía Internacional, han pedido el fin del genocidio, el desplazamiento de las personas empezado por Israel y el derrocamiento del régimen de Hamás.

Algo que llamó la atención del investigador Ethan Kaufman, es que, según un informe publicado por la Fundación Jamestown, los disidentes no buscaban específicamente el cese del conflicto contra Israel, sino que se levantaron como protesta por el fracaso a la hora de proteger a los civiles de las consecuencias del 7 de octubre de 2023.
A diferencia de otras disidencias anteriores, Hamás no ejerció la misma fuerza represiva debido a la muerte de miles de sus militantes en la guerra contra Israel. En consecuencia, las dimensiones de la manifestación fueron masivas. La estrategia que eligió el grupo para evitar que las protestas fuesen realmente efectivas fue la represión selectiva.
Se llevaron a cabo asesinatos y arrestos, como el de Uday Rubai, un joven activista al que le arrebataron la vida y se usó su cuerpo como medio de intimidación. O, por ejemplo, está el caso de Abdul Rahman Abu Samra, otro joven activista asesinado cuya familia llevó a cabo una venganza matando al policía de Hamás culpable.
Si bien no se han repetido protestas tan multitudinarias como la de marzo, Al Arab incidió en que se debe a que los esfuerzos de Hamás se han destinado más a la represión interna con el fin de seguir manteniendo el control a lo largo de la guerra.
No obstante, con el deterioro del movimiento islamista armado es posible que las futuras protestas tengan mejores resultados, o al menos, menos fuera represiva.

Testimonios de manifestantes agredidos
Amnistía Internacional manifestó en mayo su preocupación por la represión hacia los ciudadanos palestinos basada en amenazas, acoso, intimidación y otros medios por parte de las fuerzas de seguridad de Hamás contra disidentes.
En su reportaje han entrevistado a varios participantes y familiares de las protestas. “Describieron incidentes de participantes en protestas a quienes se había citado para interrogatorios (…) a quienes se había golpeado con palos, y en algunos casos a quienes se había amenazado con dispararles”, ha explicado el reportaje.

Los relatos de los entrevistados reflejan las severas restricciones de libertad que ejerce Hamás desde 2007. Son testimonios de amenazas, violencia y acusaciones de traición al pueblo por estar en contra de su Gobierno.
Según un entrevistado, los motivos de las manifestaciones fueron el llamamiento al cese del genocidio por parte de Israel, llamar al alto el fuego y la apertura de Gaza. Ya cuando comenzaron la gente también empezó a denunciar a Hamás.
Todos coinciden en que su única plegaria es la de vivir en su tierra en paz, “Tenemos derecho a vivir con dignidad. Comenzamos las marchas porque queremos una solución a nuestro sufrimiento”, expresó un residente de Al-Atatra, localdiad en Beit Lahia.