Un nuevo informe del Instituto Superior de Planificación presentó datos sorprendentes sobre el número de mujeres solteras en Marruecos, revelando cambios importantes en el contexto de los cuantiosos cambios que se han producido en el sistema familiar marroquí en los últimos años. Los expertos vinculan las causas de este fenómeno, por un lado, con la fuga de las mujeres del cuidado de los hombres y, por otro, con el aumento de los costes del matrimonio y el desempleo. A medida que aumenta el número de personas solteras, la tasa de natalidad disminuye, lo que afecta a la pirámide de población.

Las cifras publicadas por las instituciones oficiales marroquíes muestran que la proporción de mujeres solteras entre las mujeres es elevada, lo que ha afectado a la tasa de fertilidad del país. En el informe anual “Las mujeres marroquíes en 2023”, presentado con motivo del Día Nacional de la Mujer, la delegación constató que la tasa de soltería entre las mujeres de 50 años ha aumentado progresivamente pasando del 6,7% de 2010 al 9,6 en 2014. Además, se encontró que en 2004 la tasa de mujeres solteras en las zonas urbanas (10,9%) era mayor que la tasa de mujeres solteras en las zonas rurales (7%).
La pobreza y la vulnerabilidad son factores que retrasan el matrimonio. El conocido fenómeno de la soledad en Marruecos está regulado por varios factores, el primero de ellos es económico. Esto se debe a que grandes grupos de jóvenes desempleados no pueden hacer frente a las cargas de la vida cotidiana, lo que impide que las personas alcancen sus objetivos financieros. Las tasas de fertilidad y las condiciones matrimoniales aumentaron después de un ligero descenso hace dos años, con un 40,7% todavía soltero en 2022, y la delegación afirmaba que la transición de Marruecos del matrimonio temprano al tardío se ha producido en mayor cantidad en áreas urbanas y rurales.

Para atajar el problema el Gobierno marroquí está trabajando de la mano de expertos del ámbito familiar como Mohamed Momen, sociólogo del Instituto Real de Formación Laboral, quien confirmó que algunos padres, que temen que sus hijas caigan en la trampa de la soltería, aprovechan cualquier oportunidad para casarlas a una edad temprana. Entre las principales soluciones que propone el Ejecutivo alauí es la de asignar presupuestos familiares para satisfacer las necesidades familiares de las parejas jóvenes.
Más del 60% de las mujeres marroquíes de entre 20 y 24 años son solteras, y más del 28% de las mujeres marroquíes de entre 30 y 34 años. Según el informe, el número de mujeres solteras en Marruecos supera los 8 millones, lo que equivale al 60% de las mujeres con la edad mínima para contraer matrimonio fijada en 18 años por la legislatura marroquí. El informe encontró que el número de mujeres solteras en Marruecos aumentó alrededor de un 4,6%, mientras que la proporción de hombres solteros aumentó un 2,6%.
Los jóvenes se niegan a casarse debido al alto coste de la vida y al desempleo. El matrimonio y las tradiciones nupciales pueden ser una carga para los jóvenes marroquíes que quieren casarse, y aquí nació la idea de las bodas de grupos comunitarios. El celibato se considera un grave problema social que amenaza a la sociedad marroquí. Porque este problema no sólo es la causa del aplazamiento de la edad para contraer matrimonio, sino también de la destrucción de los valores morales marroquíes.

Después de alcanzar un máximo histórico de 7 hijos por mujer en 1960, el número actual de hijos por mujer ha caído a 2,38. Los informes sugieren que la tasa de natalidad ha alcanzado su punto máximo. En el Marruecos de la década de los 60, la situación sociocultural era entonces favorable. Las mujeres se casaban a una edad temprana (edad promedio 17 años) y las tasas de anticonceptivos eran bajas, tan solo el 8% de la población tenía acceso a estos.
Para animar a los jóvenes a casarse, mujeres de todas las edades y procedencias se organizan reuniones en las oficinas de la Agencia Matrimonial Internacional ubicada en Rabat. La agencia, que trabajaba en colaboración con casi 100 organizaciones similares en países occidentales, se creó hace 10 años para ayudar a encontrar parejas para mujeres marroquíes que quisieran casarse con extranjeros.

El matrimonio y las tradiciones nupciales pueden ser una carga para los jóvenes marroquíes que quieren casarse, y aquí nació la idea de las bodas de grupos comunitarios. Cada año, cuando se acerca una boda organizada por la asociación, se recibe una solicitud de matrimonio a través de un expediente presentado ante la asociación y se muestra el estado civil de los recién casados.
Argumentando que se necesitan dinero y esfuerzos a todos los niveles para acabar con el miedo a los matrimonios jóvenes, la comunidad Karama en Tánger está tratando de animar a los jóvenes a casarse para desalentar el celibato y el retraso del matrimonio. La idea de crear este servicio relacionado con el desarrollo de la situación de las mujeres en la comunidad surgió a raíz de su renuencia a casarse.