Emiratos intensifica sus programas de ayuda humanitaria en Yemen y el mar Rojo
Emiratos Árabes Unidos (EAU), por medio de su agencia humanitaria, la Media Luna Roja, está incrementando sus programas de asistencia en Yemen, país que sufre actualmente la mayor crisis humanitaria del mundo con 24 millones de personas en necesidad de ayuda humanitaria urgente. La organización ha distribuido 300 canastas de alimentos a 2.100 familias desplazadas en la gobernación de Al-Hudeida, según ha informado la agencia emiratí de prensa WAM. La directora de la Oficina de Derechos Humanos de la región, Fathia Al Ma’amari, ha agradecido al país del Golfo sus “grandes esfuerzos para llegar a los grupos necesitados y ayudar a aliviar su sufrimiento ocasionado por la crisis de hambre que golpea a la costa yemení del mar Rojo”.
En esta zona, Emiratos también ha lanzado en la última semana 32 proyectos de agua potable, para ayudar a los yemeníes a beneficiarse de la ayuda alimentaria, el alojamiento, los servicios sociales y el desarrollo sostenible”, de acuerdo con Middle East Online. Estos proyectos beneficiarán a más de 600.000 personas, según WAM, durante un periodo de tres años. En ellos, está incluido la restauración y excavación de 23 pozos de agua potable en aldeas remotas. La Media Luna roja también suministra electricidad a los pozos para bombear agua y proporcionales sistemas de energía solar.
La agencia humanitaria emiratí “tiene como objetivo restaurar, mantener y construir proyectos estratégicos de agua central en muchas áreas pobladas, que fueron bien recibidas por los residentes locales”, ha informado WAM.
Hace dos semanas, la Media Luna roja de Emiratos ya contribuyó a la restauración de 24 centros de pesca en la costa del mar Rojo de Yemen, un proyecto del que se beneficiaron 28.000 pescadores que proporcionan alimentos a más de 220.000 personas.
La situación en Yemen y la cuenca del mar Rojo ha empeorado en los últimos tiempos con el estallido de la pandemia del coronavirus. El sistema sanitario en el país asiático ya se había derrumbado antes de la llegada de la COVID-19, como consecuencia de una guerra abierta entre las milicias hutíes y el Gobierno de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, apoyado por la Coalición Árabe encabezada por Arabia Saudí.
