El estallido de las Primaveras Árabes entre los años 2010 y 2012 produjo una serie de cambios revolucionarios que tenían como objetivo cambiar el orden establecido en favor de la lucha por la democracia y los derechos sociales de la población árabe. Estas revueltas provocaron la caída de Gobiernos como el tunecino presidido por Ben Alí o el régimen dictatorial en Egipto liderado por Hosni Mubarak. Del mismo modo, estos derrocamientos consiguieron evidenciar las grandes fortunas que poseían los dictadores de esta región oriental y que se consiguieron amasar a través de la corrupción.
Una década después, el paradero de estos capitales sigue en debate al no saber con certeza cuál es su ubicación. Al igual que algunas de estas riquezas se han conseguido devolver a los países de origen, otras siguen congeladas o en manos de los familiares de los mandatarios.
La polémica dictadura del tunecino Ben Alí ha estado marcada por una fuerte corrupción que consiguió salir a la luz con el estallido de las revueltas tunecinas contra el régimen, insurrecciones que más adelante provocaron la detonación de las Primaveras Árabes en el año 2011.
Después de su derrocamiento, Ben Alí huyó junto a su familia hasta Yeda, Arabia Saudí, donde permaneció hasta su muerte en el año 2019. En esta huida la esposa del presidente, Leila Trabelsi, sacó del banco 1,5 toneladas de oro. Tras la orden de detención emitida por la Interpol contra el dictador, Suiza anunció el congelamiento de las cuentas de Alí y su familia durante 10 años.

Tras esta actuación por parte de Suiza, Ben Alí se dispuso a renunciar a todos los bienes que poseía en el país alpino en favor del pueblo tunecino, según manifestó su abogado. Fuentes tunecinas afirman que la familia del dictador controlaba el 40% de la economía de su país.
Después de 10 años de congelamiento de cuentas, el pasado sábado Suiza transfirió por fin los 3,5 millones de dinares tunecinos relacionados con el expresidente, lo que equivaldría a 1,27 millones de dólares, al Banco Central de Túnez.
El actual presidente de Túnez, Kais Saied, afirmó este movimiento recalcando que “las autoridades suizas han transferido 3,5 millones de dinares tunecinos de activos relacionados con el expresidente Ben Alí al Banco Central de Túnez”.
Sin embargo, observadores internacionales han apuntado que la familia de Alí podría recuperar los millones almacenados en Suiza una vez que expire el plazo. Entre sus familiares, podrían beneficiarse su viuda, Leila Trabelsi y su hermano Belhassen. Según la ONG Public Eye, 36 personas más relacionadas con Alí podrían favorecerse de esta riqueza.
En Egipto, uno de los principales motores que propiciaron las protestas civiles fueron los sonados casos de corrupción llevados a cabo por el dictador Hosni Mubarak.
La presión ciudadana ejercida contra Mubarak consiguió que se convocaran las primeras elecciones democráticas en 2012, dando la victoria a los Hermanos Musulmanes. Declarado culpable de complicidad en el asesinato de manifestantes durante los levantamientos de la Primavera Árabe y acusado por cometer violaciones contra los derechos humanos, el 2 de junio de 2012 Mubarak fue condenado a cadena perpetua.

Sin embargo, Mubarak dedicó sus últimos 18 días en el poder a destinar su fortuna a cuentas que no podían ser rastreadas por las autoridades, estrategia que siguieron de cerca otros dictadores de Oriente Próximo para que su riqueza no pudiese ser incautada durante la transición. Según el diario británico The Guardian, durante los 30 años de régimen la familia del presidente egipcio habría amasado 70.000 millones de dólares, lo que equivaldría al 37% del PIB del país norteafricano.
Junto a esto, algunas fuentes indican que el dinero conseguido a través de la corrupción pudo superar los 1.000 millones de dólares. Mientras, más de la mitad de los 80 millones de habitantes en egipcio trataban de vivir con menos de dos dólares al día.
Este capital estaría guardado en bancos escoceses y en entidades financieras suizas como UBS y Crédit Suisse, bancos que anunciaron el congelamiento de los activos del expresidente y de su familia cuando la condena fue sentenciada.

El 17 de febrero de 2011 comenzaron en Libia unas protestas dirigidas a acabar con la larga dictadura de Gadafi y conseguir implantar un sistema democrático. Estas insurrecciones contra el dictador terminaron con el asesinato del mismo por milicianos del Consejo Nacional de Transición.
Durante más de 40 años, Muamar Gadafi fue dictador en Libia, país que posee ricas explotaciones de petróleo y gas. Durante su estancia en el poder, Gadafi consiguió amasar una gran fortuna que algunas fuentes sitúan en casi 180.000 millones de euros.

Este dinero se encontraba repartido entre varias cuentas abiertas en entidades belgas. Una investigación dirigida por el fiscal del Estado belga, Georges Gilkinet, reveló que “alrededor de 5.000 millones de euros, había desaparecido de bancos belgas.” Gilkinet añadió que “el Gobierno belga no cumplió con la resolución de la ONU que le obligaba a congelar las propiedades libias, en particular aquellas que pertenecían a Muamar Gadafi”.
En la actualidad, algunas investigaciones apuntan a que parte de su fortuna podría encontrarse en Sudáfrica y en Francia.