La autora del libro ‘Mujer de Frontera’ considera que “la muerte en el Mediterráneo está presente y que a la muerte se le hace frente con estrategias de vida”

Helena Maleno: “El concepto de refugiado no tiene en cuenta otras realidades como los desplazados climáticos o las víctimas de trata”

photo_camera PHOTO/ DIKOBRAZ - Imagen de la defensora de derechos humanos y activista Helena Maleno con su libro 'Mujer de Frontera. Defender el derecho a la vida no es un delito'

El siglo XX fue un siglo de transición marcado por la violencia y la barbarie. Ello se manifestó, sobre todo, durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. En ese siglo hubo también momentos de reflexión en los que conceptos como “verdad” o “justicia” se convirtieron en los protagonistas indiscutibles de una sociedad dispuesta a cambiar y a no olvidar. Durante la última década del siglo XX, activistas y algunos líderes políticos comenzaron a trabajar para combatir cualquier violación de derechos que se produjera en el mundo. Sin embargo, estos aires de cambio han sufrido algún que otro revés durante los últimos años, tal y como explica la defensora de derechos humanos, periodista e investigadora de los movimientos migratorios y la trata de seres humanos, Helena Maleno, en su libro ‘Mujer de Frontera’. 

La lucha por los derechos de las poblaciones migrantes que atravesaban Marruecos cambió la vida de Helena para siempre. Una tarde, mientras volvía a su casa después de recoger a su hija del colegio, le esperaban dos policías de paisano. La investigación contra Maleno se abrió en Marruecos a finales de 2017, tras una controvertido dossier enviado por la Policía española a su contraparte marroquí. Esta causa -que finalmente quedó archivada- puso en marcha u movimiento internacional que puso en evidencia hasta qué punto la criminalización de los derechos humanos existe en pleno siglo XXI. “El proceso de criminalización incluye un primer nivel de criminalización primaria, ligada a las normas, y un segundo nivel de criminalización secundaria en el que actúan los órganos de control –jueces, policía, etc.- en la selección de cuáles ilegalismos (violaciones de la normas penales) deben ser penalmente perseguidos y qué sujetos deben ser criminalizados”, indica un informe elaborado por Protection International (PI). 

A través de su libro ‘Mujer de Frontera’, Helena Maleno explica en primera persona cómo vivió este proceso y de qué manera ha transformado su vida y la de todos aquellos que la rodean. “La solidaridad se persigue como delito porque rompe un sistema que, en ocasiones, es necropolítico, es decir, un sistema de muerte que da dinero”, ha aseverado en una entrevista con Atalayar haciendo hincapié en que realmente los casos visibilizados son los de algunos defensores de derechos humanos, mientras que los derechos de las personas migrantes que realmente son perseguidas y criminalizadas quedan relegadas a un segundo plano.

Imagen de la defensora de derechos humanos y activista Helena Maleno con su libro 'Mujer de Frontera. Defender el derecho a la vida no es un delito'

Helena ha explicado a Atalayar que, para ella, escribir este libro ha sido un proceso “muy difícil” ya que contar todo este proceso en primera persona era algo que le “asustaba muchísimo”. “De hecho borraba párrafos y mantenía una lucha constante conmigo misma. Sin embargo, en un momento dado encontré la voz que tanto estaba buscando y decidí contarlo de esa manera. Y lo hice porque es necesario contarlo”, ha admitido. “He escrito este libro para que se entendiese cómo había cambiado mi forma de ser este proceso judicial y cómo la frontera ha impactado en mi cuerpo. Y no solo eso, sino que he intentado explicar como esta frontera ha impactado en el cuerpo de muchas de las personas con las que he ido compartiendo experiencias en el tiempo durante los últimos años”, ha incidido. 

“En estos momentos estoy pensando cuales serán mis próximos pasos. Las propias administraciones públicas deberían haber iniciado una investigación. Pero el problema es que en España no hay una cultura de reparación. Más allá de ello, también está todo el proceso de pedir justicia y sinceramente, necesito respirar y ver por donde seguir. Además, hay que tener en cuenta que yo no estoy sola. Mi lucha no es un caso individual y, como tal, nuestras estrategias aspiran a obtener una justicia colectiva que llegue a otras compañeras que también luchan en las fronteras”, ha afirmado. 

Al mismo tiempo que los conceptos de reparación simbólica y justicia protagonizan muchos de nuestros titulares, cientos de personas siguen sufriendo las consecuencias de la desigualdad a través de redes criminales. En el libro ‘Mujer de Frontera’, Helena habla de modelos donde la lucha contra la trata de personas está vinculada a los derechos humanos.  Durante la entrevista con Atalayar, la autora de este libro ha insistido en la necesidad de “diseñar una ley contra la trata que reconozca todas las formas de este fenómeno que existen, así como tener una policía que no esté vinculada al control migratorio con una formación en derechos humanos y unas víctimas que no dependan de la voluntad de las organizaciones sociales”, ha explicado. “Tiene que haber una forma de detección que sea más amplia, que implique a las administraciones publicas, y con una ley contra la trata que juegue un papel importante dentro del estado español”, ha defendido.  

Portada del libro 'Mujer de Frontera' escrito por la defensora de derechos humanos y activista Helena Maleno

En 2006, Louise Arbour, la por aquel entonces Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos dio las primeras pinceladas de lo que más tarde se convertiría en lo que hoy conocemos como justicia transicional. A su juicio, “la justicia transicional debe ayudar a convertir a las sociedades oprimidas en sociedades libres, haciendo frente a las injusticias del pasado a través de medidas que permitan lograr un futuro equitativo. Esa justicia debe ocuparse de los crímenes y abusos cometidos durante el conflicto que llevo a la transición, pero también tiene que ir más allá y hacer frente a las violaciones de derechos humanos que precedieron al conflicto y lo provocaron o contribuyeron a él”.  En gran parte de estos procesos no hay un hueco para los refugiados, condenándoles de cierto modo, al olvido. “Para empezar hay que analizar el concepto de refugiado”, ha señalado Maleno. “Es un concepto muy estrecho porque nace para una población europea después de la Segunda Guerra Mundial, es decir, es un concepto muy limitado que no tiene en cambio otras realidades como el desplazamiento por el cambio climático o las mujeres víctimas de la trata”. 

La defensora de derechos humanos y activista Helena Maleno

Por otro lado, la autora del libro ‘Mujer de Frontera’ considera que el concepto de refugiado ha sido utilizado por el sistema “para hacer una diferenciación entre migrantes económicos y refugiados”. “El derecho de asilo está diseñado, en ocasiones, para cribar y separar poblaciones y no tiene un enfoque de derechos humanos”, ha criticado. Asimismo, considera que “una cosa es la persecución del delito, de la que se tendría que encargar la Policía, y por otro en la reparación de los derechos víctima a víctima”. En este punto, Helena Maleno ha advertido de que, en muchas ocasiones, cuando los derechos de estas víctimas no son reparados vuelven a ser recaptadas por las redes criminales. 

“Hay que ser consciente de que como mujeres somos más perseguidas. Hay varias capas dentro de la persecución y la criminalización. Además, el ser mujer todavía se usa como una capa para perseguir la solidaridad. Si además eres mujer negra o estás en situación irregular la persecución es mayor. Ahí hay un montón de situaciones que hay que analizar y que solamente venceremos cuando apostemos por esa protección colectiva”, ha destacado Maleno en una entrevista con Atalayar. 

Para la autora del libro ‘Mujer de Frontera’, el concepto de apoyo mutuo y solidaridad “es necesario para sobrevivir frente a la muerte”.  Este año, en Europa hemos tenido que mirar a la muerte cara a cara con la aparición del coronavirus. No obstante, las comunidades migrantes se enfrentan a la muerte solo por el hecho de moverse o de cruzar una frontera. “La muerte está presente y a la muerte se le hace frente con estrategias de vida y de supervivencia. Es importantísimo ese sentido de comunidad y de familia, la de sangre y la que eliges, en ese camino tan duro que es el migratorio”, ha dicho. 

La valentía y la fortaleza que definen a Maleno son las mismas características que caracterizan a las miles y miles de personas que, en cierto momento de su vida, no tienen otra opción que huir de sus países. “Al fin y al cabo es una lucha por la vida”, ha señalado Maleno. “Algunas de las mujeres con las que he tenido la oportunidad de hablar dicen que no tienen derecho a migrar, pero que tampoco tienen derecho a no hacerlo. Es una apuesta constante por la vida, una vida que para ellas “es un combate” y en la que personas como ellas son “los soldados de la vida”. Tienen la habilidad de usar el lenguaje militar que siempre se ha utilizado para criminalizarles por huir de sus países como una forma de defender la vida. “Qué bonito, ¿no?”, ha concluido Maleno. 

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