Los países de América Latina y El Caribe presentan una desigualdad cada vez mayor, donde la brecha entre las personas de mayor riqueza y los más pobres ha aumentado como consecuencia de una gran diferencia en los ingresos entre su población. Dentro de esta región, México se ha visto particularmente afectado por la concentración de los ingresos, y por la situación de violencia que vive el país.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) elabora un informe titulado ‘Atrapados: Alta Desigualdad y Bajo Crecimiento en América Latina y el Caribe’. Dicho documento señala que el 77% de la sociedad latinoamericana considera “que sus países son gobernados en interés de unos pocos grupos poderosos y no por el bien de todos”. Debido a esta situación de descontento “la gente se siente frustrada, no solo por la injusticia en los resultados sino también en los procesos”.
El informe del PNUD posiciona a México como uno de los países con mayor desigualdad, apoyándose en la evidencia de que solo un 10% de la población concentra el 59% de los ingresos de la nación y, más preocupante aún, el 1% agrupa el 29% de los ingresos.
Esta situación evidencia el nivel de pobreza multidimensional medio al que se enfrenta la nación mexicana, que consigue mantener un índice de desarrollo humano medio.

El PNUD apunta que el principal problema se encuentra en el reparto de poder en estos países, ya que “en manos de unos pocos que defienden el interés privado en lugar del bien común es uno de los factores que conectan la alta desigualdad y el bajo crecimiento, ya que a menudo resulta en políticas distorsionadas, miopes e ineficientes, y en instituciones débiles”.
En este aspecto las empresas cumplen un papel determinante por su influencia económica en el país y la población “señala a las grandes empresas como el grupo poderoso más influyente”, según el informe.
Según el medio El Financiero, el presidente del Grupo Bursamétrica, Ernesto O’Farril, señala que la desigualdad mexicana es el resultado de un bajo crecimiento y falta de inversión, “si no hay crecimiento, no hay inversión y no hay empleos suficientes, y tienes como resultado que se amplíe la pobreza”, además advirtió el problema seguirá existiendo “mientras sigan las circunstancias iguales, donde no regrese la confianza porque no se respeta el Estado de derecho”.

El problema de desigualdad se vincula estrechamente con la violencia que se vive en el territorio. “América Latina y el Caribe es la región más violenta del mundo”, apunta el informe, además, explica que la desigualdad “fomenta la violencia criminal, política y social”, dando así lugar a un menor crecimiento económico, este es el caso de México.
La nación mexicana mantiene altos niveles de violencia, sin embargo, la violencia homicida varía según los estados, llegando a registrarse ciudades con tasas de homicidio por encima de 200 muertes por cada 100.000 habitantes.

Además, se ha mostrado la preocupación por el aumento de violencia en lo referido al crimen organizado “debido a la inestabilidad y la subsiguiente escisión de las organizaciones narcotraficantes mexicanas y sus enfrentamientos entre sí y con las autoridades estatales tras los cambios en el entorno político, la tasa de homicidio del país se triplicó en 10 años”, según el medio El Universal.
Coordinador América Latina: José Antonio Sierra.