Más de 11 millones de personas atendidas en un año de pandemia en 121 países

Gloria tiene 41 años vive en la calle Sepúlveda del Cercado de Arequipa (México). Perdió su trabajo por la pandemia y era el único sustento de su hogar. Al salir a realizar trabajos de limpieza se contagió ella y luego contagió a sus hijos. Trata de salir adelante con la ayuda de los vecinos y de los misioneros salesianos. También Linda, de Ciudad del Cabo, recibe alimentos de los misioneros. "Hasta entones hemos sobrevivido con raciones de pan y té negro", dice la mujer. En Togo, en Filipinas, en Perú, en India... y así hasta 121 países, los misioneros salesianos pusieron en marcha programas de distribución de alimentos y kits de higiene. "Hemos llegado a más de 11 millones de personas vulnerables con nuestras iniciativas en todo el mundo", explica Eusebio Muñoz, director de Misiones Salesianas.

"Salvar vidas fue nuestra motivación desde que comenzó la crisis del coronavirus y los proyectos han sido miles en 121 países, de los 134 en los que estamos presentes", añade Muñoz. En Mbuji Maji (República Democrática del Congo) se pusieron varios puntos de agua para que la población pudiera lavarse las manos. "Aquí la gente no tiene ni agua", contaba Mario Pérez en los primeros meses de pandemia. La Red de Casas Don Bosco en Venezuela ha repartido más de 700 comidas diarias. Más de 2,5 millones de personas en India han podido comer gracias a los kits de alimentación y raciones preparadas que se han distribuido. En Lesoto se han repartido más de 2.400 "paquetes de supervivencia con alimentos y kits de higiene". Los gimnasios de varios centros educativos salesianos en América Latina se han convertido en estos meses en almacenes de alimentos que se han distribuido a miles de familias vulnerables.
En Myanmar, 500 familias han comido gracias a los repartos de comida que han realizado las comunidades salesianas. En India, al menos un millón de personas han recibido alimentos. Los menores de la calle, como en Etiopía, han sido recogidos para que pasaran el confinamiento en lugares seguros. También en Togo o en Costa de Marfil, se ha trabajado para apoyar a los niños en riesgo de exclusión. En Filipinas, los misioneros salesianos y jóvenes de los centros educativos salesianos repartieron Equipos de Protección Personal a los trabajadores en primera línea y consiguieron diseñar ventiladores para los pacientes graves. En Perú, han visitado a las personas que viven en el basurero. Don Bosco Radio Ghana ha realizado programas de sensibilización sobre cómo afecta la enfermedad y cómo no contagiarse. En Zambia, Zimbaue, Malawi, Namibia, Sierra Leona... también se han centrado en sensibilizar a la población.
La solidaridad salesiana en todo el mundo ha enviado más de 6 millones de euros para iniciativas contra el coronavirus, pero aún se necesitan más de 2 millones de euros.
Pero los retos de 2021 son muchos. Misiones Salesianas, junto a los misioneros, se enfrentan a uno de los mayores desafíos: conseguir que los niños, niñas y jóvenes vuelvan a la escuela. "La educación de los niños y niñas sigue siendo nuestra prioridad y no vamos a permitir que 24 millones de menores abandonen sus estudios", añade el director de la organización.
Los jóvenes son otra de las prioridades. No se puede permitir perder una generación de jóvenes. Muchos de ellos han visto cómo sus futuros se han roto. Pero hay que conseguir que sigan soñando, que busquen un nuevo camino o que no pierdan la esperanza para alcanzar el que buscaban. Los misioneros salesianos han estado a su lado todo este tiempo. Es el caso de Mica que, desde Argentina, no pierde la ilusión de acabar sus estudios y poder ayudar a su familia. También el de Grace, en Ghana, que quiere ser electricista, o el de Joseph, en Bangladesh, que sueña con convertirse en un gran chef. Belén desea ser profesora, Brithany confía en poder graduarse para ir a la Universidad, Kent quiere ser médico para ayudar a otros... Y Boniface, Rebecca, Thakur, Gloria, Shalima, Sadum, Huynh... Y muchísimos otros jóvenes que tienen sus sueños intactos a pesar de las dificultades.
La seguridad alimentaria es otro gran reto ya que la pandemia aumentará la cifra de personas que viven en la pobreza en 150 millones. Los misioneros salesianos han comenzado en diversos países como Mongolia, Filipinas o Uganda proyectos agrícolas para ayudar a las personas a cultivar sus propios alimentos. Se reparten semillas y herramientas y también se les ofrece conocimientos agrícolas. En algunos casos, incluso los terrenos de la misión se han convertido en auténticas zonas de cultivo.
Tras un año de pandemia, desde Misiones Salesianas se quiere dar al mundo la dosis de esperanza que necesita con la campaña ‘Sigamos Adelante’ y se pide que "no dejar a nadie atrás" sea una realidad.