Atalayar
Pie de foto: La ONU alerta de una "emergencia humanitaria sin precedentes" en el Sahel.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) ha alertado de una "emergencia humanitaria sin precedentes" en el Sahel, debido a la existencia de 4,2 millones de desplazados forzosos por la violencia armada en la región. De esas 4,2 millones de personas actualmente desplazadas, un millón se vieron forzadas a abandonar sus hogares en el último año, indicó la jefa de la oficina de la OCHA para África Occidental y Central, Sophie Garde Thomle, en una rueda de prensa en Dakar. Destaca el número de personas desplazadas en Mali, Burkina Faso y Níger, que se multiplicó por cinco en comparación con hace un año, alcanzando ya en conjunto los 347.000 desplazados, según la Oficina de la ONU.
Esa situación humanitaria "no tiene precedentes" y "no para de deteriorarse", subrayó Thomle. La comunidad humanitaria ha solicitado 2.400 millones de dólares para asistir a 15.3 millones de personas en el Sahel este año pero al mes de junio solo se había recibido menos de un cuarto de los fondos, dijo la OCHA en una en una nota de prensa.
A las problemáticas propias de esta región, situada entre el desierto del Sáhara y la sabana, ocasionadas por el cambio climático y la mala gobernanza, se ha añadido en los últimos años la inseguridad causada por los grupos yihadistas, la criminalidad y los conflictos intercomunitarios, entre los que se encuentra la lucha por el control de las tierras de agricultura y pastoreo. Según la OCHA, en los últimos seis meses los grupos armados han intensificado sus ataques en Burkina Faso, Mali y el este de Níger, matando en cinco meses a más de 1.200 civiles.
Pie de foto: Una familia va en busca de agua en Burkina Faso, donde más de 950.000 personas padecen inseguridad alimentaria grave, especialmente en las regiones del norte afectadas por el conflicto.
"Desde principios de año hacemos frente a una situación de seguridad muy alarmante en la región del Sahel y el nivel de violencia no tiene precedentes", indicó el director para el Sur de África del Programa Mundial de Alimentos (PAM), Chris Nikoi. Actualmente los frentes abiertos se encuentran en el centro y norte de Mali, el norte y este de Burkina Faso, el este de Níger, el noreste de Nigeria, la región Extremo-Norte de Camerún y la zona del lago Chad. "Como hablamos de seguridad hay quienes piensan que es una cuestión militar, pero en realidad esa población que se adhiere al radicalismo no tiene otra alternativa. Si les propusieran otra cosa podríamos verlos trabajando por la cohesión social", declaró el director para África Occidental de Acción contra el Hambre, Mamadou Diop.
La inseguridad ha afectado a las escuelas, que han sido objetivo directo de los grupos armados, ocasionando el cierre de más de 4.000 centros en la región -más de 2.000 sólo en Burkina Faso-, donde 900.000 alumnos afectados no pueden asistir a la escuela, según la OCHA. Además, más de 7 millones de personas se enfrentan a la inseguridad alimentaria, mientras que la desnutrición amenaza la vida de 5 millones de niños. Más de 80 centros de salud han sido cerrados o bien ofrecen unos servicios mínimos que dejan sin cuidados médicos a miles de personas. De acuerdo con la OCHA, unas 22 millones de personas en el Sahel necesitan asistencia humanitaria y más de cinco millones de niños menores de cinco años sufre malnutrición.
Distintas agencias humanitarias de Naciones Unidas y la ONG Acción Contra el Hambre y el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) pidieron un mayor apoyo y esfuerzo para abordar las causas de las diferentes crisis de la región, para las que, de momento, solo han recaudado el 22% de los fondos necesarios.