Atalayar
Pie de foto: niños sirios, en un campamento para refugiados en el Valle de Bekaa, en Líbano. (UNICEF/Alessio Romenzi)
La comunidad internacional, representada en Naciones Unidas, ha tomado la decisión de convocar la primera Cumbre Mundial Humanitaria. Con 125 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria, la situación se muestra crítica en 2015. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, subrayó, en el lanzamiento oficial de la cumbre en Nueva York, la necesidad de que se restablezca la confianza en el orden mundial y en la capacidad de las instituciones regionales y nacionales para afrontar los retos actuales. Entre ellos, mencionó conflictos brutales, el terrorismo extremo y el fanatismo, así como la creciente desigualdad y el cambio climático.
Para lograr ese objetivo, Ban Ki-moon convocó la cumbre, que se celebrará el 23 y 24 de mayo próximos en Estambul (Turquía), y presentó el informe “La Humanidad: Responsabilidad Compartida”. “A los millones de personas que viven en conflicto, con necesidades crónicas y un miedo constante, debemos mostrarles la solidaridad que esperan y merecen. La urgencia de estos retos y la envergadura de los sufrimientos significa que debemos aceptar que tenemos responsabilidades compartidas y actuar con compasión y decisión”, dijo Ki-moon.
Durante su intervención, enumeró los pilares fundamentales sobre los que descansará la nueva agenda humanitaria de la ONU, incluidos en el citado informe: los líderes deben asumir sus responsabilidades en prevenir y poner fin a los conflictos y los Estados deben cumplir con su responsabilidad de respetar las normas establecidas por el derecho internacional humanitario.
Múltiples actores para mejorar la respuesta humanitaria
Se espera que asistan a Estambul más de 5.000 participantes, que representarán el amplio abanico de actores involucrados en acción humanitaria y en cooperación internacional. Con un esquema poco habitual para las Naciones Unidas, al no tener una agenda prefijada, no sólo acudirán miembros de los gobiernos nacionales sino también la sociedad civil representada en las ONG como la Cruz Roja y la Media Luna Roja, la academia, miembros de organizaciones juveniles, personal militar o representantes de la diáspora.
Pero el mayor reto que se percibe es el convertir esta teoría en acciones prácticas. Por este motivo, diversas organizaciones han demandado a la comunidad internacional que se respeten los principios humanitarios centrados y abordados con una perspectiva local. Además, se pide definir quién debe aplicar las resoluciones y cuándo se deben poner en marcha, que se tengan en cuenta los derechos de los desplazados internos y que se subraye la importancia que deben tener las soluciones políticas en estas crisis que afectan ya a 37 países y que necesitan alrededor de 20 billones de dólares.