Pekín refuerza su apoyo al Gobierno de Hong Kong ante las crecientes manifestaciones

Javier García Gómez

Pie de foto: Yang Guang y Xu Luying portavoces de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao (HKMAO) del Consejo de Estado de China continental, asisten a una conferencia de prensa en Pekín sobre las protestas en curso en Hong Kong el 29 de julio de 2019. AFP/WANG ZHAO

El Gobierno de la República Popular China ha solicitado este lunes el restablecimiento de orden en Hong Kong a la vez que ha reiterado su apoyo a la jefa del Gobierno de la región semiautónoma, Carrie Lam, y a las actuaciones de la Policía frente a las protestas prodemocráticas que se llevan repitiendo desde hace semanas. Es la primera vez que el Ejecutivo de Pekín ofrece una rueda de prensa centrada en Hong Kong desde que la soberanía de esta fuera devuelta a China por parte del Reino Unido en 1997. 

“La tarea más urgente es acabar con esas manifestaciones violentas”, afirmó la portavoz de la Oficina de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado, Xu Luying, según ha recogido la agencia EFE. En la misma línea los encargados gubernamentales aseguraron que se “ha dañado gravemente” el Estado de derecho, el orden público y la vida de los ciudadanos hongkoneses, así como la imagen al resto del mundo de esta Región Administrativa Especial. Del mismo modo, ha mostrado “que seguirá apoyando a la jefa Ejecutiva (Carrie Lam) pese a las múltiples voces en la ciudad que exigen su dimisión”. 

A la pregunta sobre su opinión acerca de las actuaciones policiales y la demanda por parte de los ciudadanos de que se investiguen, el Gobierno de Pekín afirmó que “lo más peligroso es la falta de una gestión efectiva de las actividades delictivas violentas” y que las acusaciones de que la Policía ha intervenido de manera excesiva contra los manifestantes están “influenciadas”

Pie de foto: Mapa que muestra las principales protestas y escenas de enfrentamientos políticos en Hong Kong, 27-28 de julio. AFP/AFP

Esta rueda de prensa se ha celebrado un día después de que otro fin de semana más se sucedieran los enfrentamientos entre la Policía de Hong Kong y los manifestantes por la democracia de esta región china. Este domingo una marcha, declarada ilegal por las autoridades, dejó 49 detenidos y 16 heridos, los cuales se pueden enfrentar a penas de tres a cinco años de prisión.

El Ejecutivo de Hong Kong había autorizado un mitin en el céntrico parque Chater, pero prohibió una marcha de dos kilómetros por considerarla peligrosa. La Policía explicaba en su cuenta de Twitter que entre los motivos detrás de la prohibición de la marcha se encontraban los episodios de violencia ya vividos en anteriores protestas o la incapacidad de los organizadores de mantener la seguridad de los ciudadanos durante los actos. Precisamente, las manifestaciones de este fin de semana fueron convocadas para denunciar la violencia que están utilizando las autoridades contra los participantes, especialmente denunciando la intervención en los ataques, supuestamente, de las tríadas (mafias chinas) desde que se reiniciaron las protestas este mes de junio. Además, las movilizaciones del pasado mes comenzaron para denunciar la injerencia del Gobierno de Pekín en la región autónoma. 

Sin embargo, una vez acabado el acto en el parque, miles de personas vestidas de negro comenzaron a pronunciarse divididas por diferentes calles adyacentes, llegando a recorrer hasta seis kilómetros de distancia. A las tres de la tarde, un grupo de manifestantes ocupó la zona comercial de Chater Garden, ya conocido punto de protesta; por su parte, otro comenzó a manifestarse ante la Oficina de Enlace, sede de representación del Gobierno chino en el territorio autónomo. Conforme más participantes se unían a las protestas, más tensos fueron los enfrentamientos con grupos de policías antidisturbios que comenzaban a intentar disolver la manifestación disparando gases lacrimógenos y balas de goma. La violencia y altercados continuaron entre pequeños grupos en diferentes calles colindantes. 

Pie de foto: La Policía disparó gas lacrimógeno contra los manifestantes en Hong Kong el domingo por segunda noche consecutiva en otra escalada de semanas de protestas a favor de la democracia en el territorio semiautónomo chino. JEFF CHENG/HK01 via AP

“Esto es una ataque a nuestra libertad de expresión en Hong Kong”, afirmaba Ventus Lau, uno de los organizadores de las protestas, a la cadena CNN. Calificaba, además, la intervención policial como “incoherente” diciendo que estas acciones podrían evitar “manifestaciones pacíficas” en el futuro. Las fuerzas del orden público afirmaron que “manifestantes radicales” atacaron a los antidisturbios con ladrillos o botellas de cristal; indicando además que habían incautado “armas letales como arcos y flechas”, según recoge la agencia de noticias EFE. Por su parte, el Ejecutivo, en un comunicado oficial, condenó “enérgicamente” los altercados por parte de “manifestantes radicales que ignoraron la ley y el orden y alteraron de forma violenta el orden público”.

En esta misma jornada, el activista Max Chung fue arrestado, mientras estaba siendo entrevistado en la cadena de televisión RTHK, acusado de organizar una manifestación ilegal el sábado en el barrio de Yue Long, que se ha convertido en un constante punto de conflicto. La manifestación convocada por Chung en este barrio de la periferia buscaba denunciar cómo algunos activistas habían sido atacados por grupos de personas armadas con varas de hierro al volver de las protestas en el centro de Hong Kong el pasado domingo. En estos ataques, 45 personas fueron heridas antes de que llegara la Policía para detener a los atacantes y detuvieran a doce de ellos, algunos de los cuales tienen relación con organizaciones criminales o mafias chinas. 

La chispa que inició las protestas contra la fallida ley de extradición de Lam, que se entendió como una injerencia a los mecanismos soberanos de Hong Kong por los manifestantes, ha permitido que las manifestaciones se extendieran durante todo el mes de julio. Estas revueltas piden mayores reformas democráticas y se llevan a cabo contra la intromisión del Gobierno de Pekín en una región administrativa que conservará su soberanía al margen del gigante asiático manteniendo sus propias instituciones políticas hasta 2047, tal y como se comprometió China con el Reino Unido. 

Pie de foto: La Policía antidisturbios detiene a un manifestante durante una protesta contra la violencia policial en Hong Kong, China, el 28 de julio de 2019. REUTERS/TYRONE SIU

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