No podemos gastar el concepto de los derechos humanos

El Observatorio de Derechos Humanos de España ha organizado en Málaga, en el Museo Thyssen, en colaboración con la Diputación y el Ayuntamiento de Málaga, un seminario sobre la inteligencia artificial y los derechos humanos, con motivo de la entrega de sus Premios Catalejo.
Las ponencias de la jornada se han centrado en dibujar el horizonte tecnológico y social de la inteligencia artificial en la sociedad y su impacto en aspectos relacionados con los derechos humanos, así como explicar el alcance de la nueva normativa aprobada por la Unión Europea en materia de inteligencia artificial.
Mario Rigau, presidente del Observatorio de Derechos Humanos de España. Málaga, marco incomparable para organizar esta jornada.
Sí, por supuesto. Empezamos nuestra relación con Málaga otorgándoles el distintivo como Ciudad Comprometida con los Derechos Humanos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ha sido la primera ciudad española en recibir este distintivo y, seguidamente, empezamos a trabajar con la jornada y la celebración de nuestros Premios Catalejo en un marco incomparable como es el del Museo Thyssen.

Señor Rigau, ¿por qué y para qué el Observatorio?
El Observatorio es una entidad sin ánimo de lucro, privada, compuesta por personas físicas, no por entidades ni empresas. Somos independientes de cualquier poder público y privado. En primer lugar, nuestra tarea prioritaria y fundacional es explorar, identificar y poner en valor acciones, iniciativas en favor de los derechos humanos que nos parecen referentes para que sean aplicados o replicados por terceros. Y, además, situar el papel de España como agente internacional en el derecho humanitario.

¿Qué premian los Premios Catalejo y por qué el nombre de Catalejo?
El nombre de Catalejo es por la similitud con otear el horizonte y descubrir cosas. Exploramos el horizonte en nuestro entorno y descubrimos iniciativas singulares, que nos parecen aportar algo distinto y, a partir de ahí, investigamos, generamos informes y, en este caso, en los Premios Catalejo de este año, son proyectos que realmente nos parecieron muy merecedores de nuestra distinción.

Veamos quiénes son los premiados. En categoría Empresa, ACCIONA, CIMATIC, Bodegas Clos Galena, la Cooperativa Gredos San Diego y, en categoría Mujer e Igualdad, Junior Female Leaders. En categoría España en el Mundo, la Real Academia de la Diplomacia del Reino de España y, en la Academia de Medios de Comunicación, Cruz Sánchez de Lara y, en la categoría Especial, Diputación de Málaga. Un elenco variado, sobre todo de la sociedad española. Yo creo que ahí la sociedad española debe ser más activa. El Observatorio es un ejemplo de que la sociedad, de manera privada, tiene que movilizarse más.
Por suerte, en el Observatorio sabemos que, por debajo o al margen de los conflictos que puedan estar muy presentes en la opinión pública y publicada en este país, hay muchas empresas, muchas entidades, muchas administraciones públicas que trabajan silenciosamente y con discreción y modestia en favor de los derechos humanos y de los objetivos de desarrollo sostenible.
Y eso es lo que a nosotros nos interesa. Nos interesa menos el foco y más la maquinaria. El trabajo discreto, diario, para construir derechos humanos en positivo y, sobre todo, aquellos que están en calidad de determinados colectivos que tienen dificultades.

El Observatorio ha elegido para tema del seminario la Inteligencia Artificial y Derechos Humanos. ¿Por qué? ¿Qué es lo que se ha tratado en este seminario durante la jornada?
Básicamente, el enfoque que queríamos dar a la jornada era, primero, contextualizar lo que se entiende por inteligencia artificial y lo que en realidad es la inteligencia artificial, que no es lo mismo, lo hemos comprobado con los magníficos ponentes que nos han acompañado. Y, en segundo lugar, trazar el mapa de impacto de esa inteligencia artificial sobre la vida cotidiana de las personas, tanto en su actividad social familiar como en su actividad laboral u otros ámbitos de la vida normal de las personas.
Nos ha parecido una combinación interesante y, realmente, pienso que hemos obtenido contrastes importantes y que abren camino para, en el futuro, trabajar en proyectos sobre el papel de la inteligencia artificial en lo que puede beneficiar a los derechos humanos, que pensamos que es mucho, y en lo que hay que vigilar por su impacto negativo sobre los derechos humanos.

Ya, por último, se habla muchas veces con enorme solemnidad de los derechos humanos y es algo que, quizá, hay que cuidar y respetar en el día a día de las personas. Recuerdo que, por ejemplo, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, hacía hincapié en la educación como aspecto básico para el respeto de los derechos humanos de las personas.
Bueno, yo diría una cosa, no sé si políticamente muy correcta, pero en el debate político, si los derechos humanos lo son todo, entonces no son nada. No podemos gastar el concepto de los derechos humanos. Creo que tenemos que atender con seriedad lo que realmente marca el espacio de los derechos humanos.
Todos conocemos la Carta Universal sobre los Derechos Humanos de Naciones Unidas, los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esa es la hoja de ruta y no situar todo esto en él “toma y daca” del debate político. Hay que exigir seriedad y rigor a las instituciones y a los poderes públicos al hablar de derechos humanos, sobre todo porque lo primero que tienen que hacer es predicar con el ejemplo.
Y eso quiere decir trabajar seriamente y muchas veces discretamente en favor de los derechos humanos, sin buscar tanto el alarde y sin buscar tanto la pasarela.