Los policías protestan en las calles de Argel y los marroquíes irán a la huelga general el 29 de octubre

Por Ahmed Brahim y Amina Adib
Foto: Una manifestación de policías descontentos  en  Argel. 
 
Los policías argelinos están hartos de cobrar sueldos bajos, de trabajar mucho y en  condiciones precarias  y de no disponer del material adecuado para cumplir con sus funciones de vigilancia y mantenimiento del orden y la seguridad. Y están cansados de que  la dirección  de la Policía Nacional y el Gobierno  no  les hagan caso. Para expresar este descontento, varios centenares de agentes abandonaron el martes de esta semana el cuartel de El Hamiz, en Argel, y organizaron una manifestación de protesta hacia  la Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN). Antes de la manifestación de Argel hubo otra protesta de 1.500 agentes procedentes de 28 regiones argelinas en Ghardaïa. En Ghardaïa, los antidisturbios cargaron contra sus colegas uniformados y desarmados delante de la sede de la wilaya (gobierno civil). “Seguiremos luchando”, dijo un agente. En la provincia de Ghardaïa, los disturbios callejeros por motivos sociales,  políticos y tribales suelen ser frecuentes últimamente y han causado muertos y heridos, y la Policía no tiene suficientes medios para mantener el orden, según denunciaron los agentes. Los policías descontentos quieren que el máximo jefe de las fuerzas del orden y de la seguridad del Estado, el general Abdelghani Hamel, les escuche. Nadie recuerda en Argelia desde la independencia de 1962 una protesta de esta naturaleza. En Argel, donde las protestas callejeras están prohibidas, los agentes se manifestaron en cuatro columnas desde distintos puntos y llegaron a recorrer una quincena de kilómetros antes de llegar a su lugar de destino: el Palacio de Gobierno. Allí exigieron una cita con el ministro del Interior, Tayeb Bebaiz, y pudieron hablar con el general Hamel. Los manifestantes reivindicaron el derecho a constituir un sindicato que defienda sus intereses. Centenares de policías pasaron la noche del martes al miércoles  delante del Palacio de Gobierno. No quisieron hablar con los periodistas que cubrían la protesta, pero finalmente les entregaron un manifiesto con sus reivindicaciones. Los policías exigen mejoras sociales y de las  condiciones de trabajo, una subida salarial del 100% y el fin de la represión interna, que convierte a los agentes en robots que no deben pensar y tienen que obedecer órdenes como tontos. “Queremos aplicar la ley a todo el mundo por igual, sin distinción de orígenes sociales y sin tener en cuenta el cargo o la función que desempeñe cada ciudadano”, declaró un joven policía. Este miércoles, unos 1.000 agentes intentaron entrar por la fuerza en la sede del Palacio de la República y exigieron que los recibiera el primer ministro del país, Abdelmalek Sellal. La Gendarmería  tuvo que asumir algunas funciones de seguridad, como la vigilancia de un partido de fútbol en Argel,  debido a la protesta de la Policía Nacional. Los partidos de la oposición aseguraron que las protestas policiales demuestran que Argelia sufre una grave crisis social y política y un vacío de poder, porque el presidente Abdelaziz Buteflika, enfermo y de 77 años, prácticamente ya no aparece en público y  no dirige los asuntos del país. 
 
Protesta en Marruecos
En Marruecos, los tres grandes sindicatos (UMT, CDT y FDT) hicieron un llamamiento a la huelga general para el próximo 29 de octubre. Es la primera vez que estas centrales toman una decisión unitaria de este tipo. Las tres organizaciones mandaron una carta al líder del sindicato UGTM, Mohamed Kafi Cherrat, para que se una al movimiento de protesta. La firme voluntad del Gobierno del islamista Abdelilah Benkirane de llevar a cabo una reforma de las pensiones puso en pie de guerra a los sindicatos. Las tres centrales sindicales se oponen a la reforma y denuncian la falta de “voluntad política” para el diálogo del Ejecutivo de Benkirane. La fecha escogida para la huelga general no es una casualidad, sino que tiene “clara voluntad simbólica y política”, según reconoció a Atalayar un militante de la FDT. El 29 de octubre de hace 44 años fue el día en que el dirigente de izquierda Mehdi Ben Barka fue secuestrado y después asesinado por los servicios secretos del rey Hasan II en París.  La huelga general es una consecuencia del descontento de muchos trabajadores en Marruecos que lamentan que el crecimiento económico del país no haya llegado a sus bolsillos. Los líderes de la UMT, la CDT y la FDT, Miloudi Moukharik, Noubir Amaoui y Abderrahim Azzouzi, respectivamente, han necesitado varias semanas para organizar esta protesta. El  Gobierno de Benkirane tiene dos semanas para convencer a los tres líderes sindicales de que renuncien a la huelga. Los tres sindicatos están bien implantados en la enseñanza, la sanidad, la justicia y la administración municipal. Culpan al Gobierno del “deterioro de la paz social” y lo acusan de “perseguir sindicalistas,  despedir obreros y  congelar el diálogo social y la negociación colectiva”, y de “no atender las reivindicaciones urgentes de la clase obrera”.