El ayuno es una práctica que encontramos tanto en el judaísmo, como en el cristianismo y en el islam de formas diversas, una cuestión analizada en el último seminario de la Comunidad Musulmana Ahmadía

El propósito de los ayunos en las tres religiones monoteístas

photo_camera Mariam Azarkan

El tercer pilar del islam es el ayuno, cuya esencia aún es desconocida para la gente. La realidad es que una persona es incapaz de describir la condición de un área o estado que nunca ha experimentado. Para los musulmanes el ayuno no significa que el hombre deba simplemente abstenerse de comer y beber, sino que además tiene un propósito mucho mayor y su efecto solo puede comprobarse a través de la experiencia. 

Según la religión musulmana, en la naturaleza innata del hombre se ve que cuanto menos consume, más se purifica su alma y más se potencia su fuerza espiritual. Dios desea a través del ayuno que se disminuya una forma de alimentación para aumentar otra. Una persona que ayuna debe tener siempre presente que el propósito no es morirse de hambre, sino ocuparse en el recuerdo de Dios para desarrollarse en el ascetismo y la autodisciplina.Ciberespacio: ¿el Salvaje Oeste?

Por lo tanto, la esencia del ayuno es que el hombre limite una forma de alimentación (que nutre solo al cuerpo) y busque otras formas de alimentación, que satisfagan el alma. Aquellos que ayunan únicamente por el placer de Dios, y no solo como un mero ritual, deben ocuparse de la alabanza, el recuerdo y la adoración de Dios, que finalmente les proporcionará las otras formas de alimento.

La Comunidad Musulmana Ahmadía presentó este jueves el seminario web ‘La filosofía del Ramadán’, exponiendo las diferencias y similitudes entre el ayuno en las tres religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Como ponentes, ha contado con la intermediación y participación de D. Qamar Fazal, portavoz de la Comunidad Musulmana Ahmadía, D. Isaac Sananes, presidente de la Comunidad Judía de Valencia, y D. Iñaki Iraola, profesor de Filosofía del Colegio Montearagón de Zaragoza.

Según el judaísmo, el ayuno es el estado perfecto del cuerpo y, durante este, los judíos alimentan su espíritu. Romper el ayuno es el desayuno, se parte de estar alimentando al espíritu con el ayuno, y se pasa a una alimentación de la parte física. De esta forma, el pueblo judío ha practicado el ayuno para mostrar su conexión con su parte espiritual y al mismo tiempo para llenarse de conocimientos que consiguen que se eleve el espíritu. El día del ayuno judío Iom Kipur, el ayuno del gran shabaat, que se celebra el 10 de Tishri del calendario judío. Este ayuno de 24 o 26 horas permite el arrepentimiento hacia dios y el perdón de este.Mariam Azarkan

Se comprometen en tres aspectos, hacer teshuvá (borrón y cuenta nueva), tefilá (rogar a dios) y tzedaká (donaciones). El hambre puede promover el arrepentimiento, el resultado físico se una al espíritu, para que sea aceptado por Dios. Se trata de un ayuno total, dedicándose al alimento de su espíritu. Los judíos utilizan este ayuno como la sublimación de los deseos de comer, es una ofrenda, aprovechar el vacío para generar un nivel mayor de sacrificio, y apuntan que es una valiosa oportunidad para conectarse con Dios. 

En el cristianismo vemos que Jesucristo ayuna 40 días, y pide ayunar porque es bueno, pero sin embargo no lo manda como algo obligatorio. Los cristianos piensan que eso ya ha sido hecho por él y que ese sacrificio ya lo hizo él por ellos. Sin embargo, San Pablo apunta que hay una necesidad de sentir lo que Jesús hizo. Por lo que se ayuna dos veces al año, el Miércoles de Cenizas y el Viernes Santo. 

Ciberespacio: ¿el Salvaje Oeste?Se proponen seis cosas con el ayuno: quitar los ojos de las cosas de este mundo; demostrar a dios que es en serio la relación con él; cambiar el interior; sentir y cumplir la obligación de ser más espirituales, no aparentarlo, sino a serlo; dominar las inclinaciones; y por último, reparar todos los pecados.

En el ayuno islámico está prohibido comer, beber y mantener relaciones sexuales. La obligación esta prescrita en el Corán, se busca un progreso espiritual y una mayor cercanía a Dios. Con ello se realiza un acto de obediencia y sumisión para convertirse en mejores personas. Una forma de contenerse de las cosas lícitas, una paciencia que estará presente y hace a los musulmanes más preparados para retenerse frente a otras tentaciones de pecados en otros tiempos. Ciberespacio: ¿el Salvaje Oeste?

Este mes el satanás de cada uno, el shaytan de las tentaciones, se encadena, y esta abstención hace que el creyente aprecie las bondades que tiene. Desde el punto de vista científico, para mantener la longevidad, hay científicos que consideran al ayuno como una medida contra la obesidad. Muchos médicos apuntan que se recupera el cabello, y que cura el alcoholismo y la adicción al tabaco. Además, el Ramadán es una disciplina para enfrentarse a la crisis y la ira. 

Desde el punto del apego que tiene el mundo actualmente a la obsesión con lo material, para mejorar su estatus y la sensación financiera, gastando en cosas innecesarias (efectos del materialismo a los que nadie es inmune), el ayuno durante el Ramadán reafirma al creyente frente a todas estas necesidades materiales. Dios desciende al nivel más bajo de los cielos durante este mes.

El espiritualismo, el arrepentimiento y el perdón son las claves del ayuno en las tres religiones. Significa un acercamiento a Dios, una limpieza y purificación del alma. Una alimentación de la parte metafísica del ser humano. 

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