Sudán atraviesa una situación catastrófica solamente solucionable mediante un aumento masivo y rápido de la ayuda humanitaria global

Esperanza Santos Suárez, coordinadora de Emergencias de Médicos sin Fronteras en Sudán, pasó por los micrófonos del programa “De cara al mundo” en Onda Madrid para abordar la situación en la que se encuentra el país 
Esperanza Santos, Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO/MSF
Esperanza Santos, Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO/MSF

La coordinadora de Emergencias de Médicos sin Fronteras (MSF) en Sudán, Esperanza Santos Suárez, analizó en el programa “De cara al mundo” de Onda Madrid el brote de cólera que provocó decenas de muertos y más de 2.700 personas hospitalizadas en el país sudanés. Abordando la complicada situación que atraviesa la nación africana.

Además, consideró la importancia de la ayuda humanitaria.

Respecto al perfil profesional de Esperanza Santos Suárez, cabe señalar que es enfermera, empezó su carrera profesional en el Hospital La Princesa, y, desde 2015, en el Hospital Gregorio Marañón.

Desde 2006 alterna el trabajo en los hospitales de Madrid con misiones de Médicos Sin Fronteras en distintos países donde la organización está trabajando. En este tiempo, ha trabajado en 20 países diferentes, la mayor parte de las veces en respuesta a emergencias de diversos tipos: conflictos armados, epidemias, desastres naturales o crisis nutricionales, entre otros. Algunos ejemplos: conflicto en Siria, Yemen o Etiopía, epidemias de colera en Sudán del Sur o Haití, Ébola en Sierra Leona y Congo, crisis nutricional en Yemen o la respuesta al huracán Haydan en Mozambique.

Empezó con funciones de enfermera, y luego ha desarrollado distintas labores dentro del departamento médico y en coordinación de emergencias y proyectos con MSF. Ha ido alternando su trabajo en MSF con su plaza en la planta de Oncohematología del Hospital Gregorio Marañón.

En 2022 y 2023, estuvo un año como coordinadora general de MSF en Sudán del Sur. Desde junio de 2024, Esperanza ha sido coordinadora emergencias en Sudán, país del que ha vuelto recientemente.

Médicos sin Fronteras - PHOTO/IGOR BARBERO
Médicos sin Fronteras - PHOTO/IGOR BARBERO/MSF

¿Cuál es el contexto general de MSF en Sudán? 

La primera respuesta humanitaria de Médicos Sin Fronteras en Sudán fue en 1979. Antes de la guerra nuestros equipos trabajaban en 10 estados de Sudán. Cuando estalló la guerra en abril de 2023, muchas actividades se interrumpieron o cambiaron para responder a las nuevas necesidades y emergencias en todo el país, aunque algunas continuaron, especialmente en Darfur y el Nilo Azul, gracias al esfuerzo de nuestro personal de MSF contratado localmente.

MSF actualmente apoya 22 hospitales, 42 centros de atención primaria y clínicas móviles, y 15 centros de gestión de casos comunitarios. También está implementando programas de vacunación, tratamiento de la desnutrición, y respuesta a brotes de enfermedades. A pesar de estos esfuerzos, las restricciones del Gobierno y la insuficiencia de la respuesta internacional dificultan la ayuda.

En los últimos meses, MSF ha apoyado clínicas móviles en Bahri, distribuido alimentos en Darfur del Sur y realizado campañas de vacunación contra el sarampión. Sin embargo, algunas actividades, como en los hospitales de Bashair y Al Saudi, se suspendieron por razones de seguridad, aunque se sigue trabajando en la gestión de residuos en esos centros.

Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO
Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO/MSF

¿Cuáles son los temas prioritarios para MSF?

En primer lugar, la situación de cronicidad de la emergencia que va a agudizarse con la llegada de la época de lluvias. Se trata de un reto operacional para nuestros equipos ya que las necesidades médico-humanitarias de la población son extremas y se multiplican, la presencia de actores humanitarios que den respuesta es limitada y la financiación por parte de la comunidad internacional claramente insuficiente. Hay que actuar ya.

También, los ataques a la misión médica y contra la población civil: se están llevando a cabo ataques deliberados contra civiles, personal sanitario e infraestructuras médicas apoyadas por MSF, lo que ha dejado muchos centros de salud fuera de servicio. Entre el 70 y el 80 % de estos centros están inoperativos debido a la inseguridad, la escasez de personal y los saqueos. MSF ha registrado al menos 60 incidentes de violencia contra su personal, vehículos y edificios. La guerra en Sudán se ha convertido en un ataque directo a la población civil, y tanto el personal como las instalaciones sanitarias deben ser respetados y protegidos en todo momento por todas las partes en conflicto.

Las necesidades en el país son catastróficas y solo podrán ser atendidas mediante un aumento masivo y rápido de la ayuda humanitaria global.

Por otro lado, está la desnutrición: la crisis alimentaria en Sudán, exacerbada por el conflicto que ha interrumpido el suministro de alimentos y dejado a la población sin empleo, ha provocado una desnutrición crónica generalizada.

La mitad de la población (24,6 millones de personas) enfrenta altos niveles de inseguridad alimentaria aguda y casi dos de cada diez (el 18,3 %, lo que equivale a 8,5 millones de personas) se encuentra en una situación de emergencia o cerca de la hambruna. Se prevé que esta situación empeore en los próximos meses.  La falta de acceso a alimentos, sumada a alarmantes tasas de desnutrición y un sistema sanitario colapsado, agrava aún más la situación. Además, más de 12 millones de personas han sido desplazadas, lo que aumenta la urgencia de la intervención humanitaria.

Podemos hablar también de criminalización humanitaria: las restricciones al acceso de la ayuda humanitaria afectan a unos 25 millones de personas que la necesitan. El Gobierno de Sudán ha obstaculizado repetidamente la entrega de ayuda, especialmente en las zonas fuera del control de las FAS. Esta obstrucción ha causado una grave escasez de suministros médicos, dificultando la atención de necesidades vitales. En medio de la violencia, millones de sudaneses carecen de acceso a atención médica básica, lo que agrava las altas tasas de mortalidad materna e infantil y los brotes de enfermedades. La respuesta humanitaria sigue estando gravemente infrafinanciada y necesita ampliarse urgentemente para cubrir las necesidades de la población.

Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO
Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO/MSF

Desde junio de 2024, Esperanza ha sido coordinadora de Emergencias en Sudán de Médicos Sin Fronteras, país del que ha vuelto recientemente. Esperanza, destacamos lo tristemente más reciente, el brote de cólera en el estado de Nilo Blanco. Otra tragedia más, ¿no?, porque este país lleva sufriendo desde hace demasiado tiempo.

Sí, una tragedia sumada a la tragedia que está viviendo en el país desde los últimos años. Nosotros estamos trabajando en Nilo Blanco desde junio de 2023 y estábamos respondiendo la epidemia de cólera en varias de las zonas de Nilo Blanco desde octubre. O sea, que esto no es algo nuevo, pero cuando ya parecía que estaba otra vez controlado, tenemos el 20 de febrero un nuevo brote de cólera en Kosti, en el que llegamos a admitir a 800 pacientes en un solo día en el centro de tratamiento de cólera de Kosti. Y esto es inmanejable. Relacionado con la falta de agua, relacionado con que se está atacando infraestructura civil.

Tres días antes de este nuevo pico en la epidemia, había sido bombardeada una subestación eléctrica y había dejado sin electricidad y sin agua a toda la ciudad de Kosti y toda la región.

Esperanza es enfermera, ha trabajado en varios hospitales aquí en España y lleva muchos años recorriéndose muchas tragedias en el mundo. ¿Por qué Esperanza?

Siempre me ha llamado, siempre me llamó y creo que he tenido la suerte. Yo siempre digo que es una fortuna, porque me gusta mucho mi trabajo de enfermera y también me gusta mucho compaginarlo con misiones de Médicos Sin Fronteras, atendiendo en respuesta a emergencias.

Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO
Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO/MSF

Ha estado usted en muchísimos sitios.

Sí, en muchos países. Y, de hecho, hablamos de Sudán y Sudán fue el primer sitio al que yo fui con Médicos Sin Fronteras en 2006. Ya no solo muchos sitios, sino que voy repitiendo. Yo siempre digo que, después de España, el sitio donde más tiempo he pasado en toda mi vida ha sido en Sudán.

Son ya más de 15 años al pie del cañón. ¿Por qué Sudán? Un país al que yo tengo especial cariño, porque estuvimos allí en el año 15 haciendo un especial para la revista Atalayar, ¿por qué pasa esto en Sudán? Ya son intereses políticos, intereses económicos... Sudán ya se dividió con Sudán del Sur por el tema del petróleo, pero luego hubo guerra, ahora vuelve a haber guerra, Darfur. ¿Qué es lo que ocurre en Sudán?

Yo creo que hay muchos factores, está claro, pero yo creo que es una lucha por poder. Siempre ha sido la lucha por el poder y la lucha por el poder y por la economía. Nunca ha sido un sitio de conflicto.

Es verdad que, en los años 2018, 2019, 2020 incluso había un poco de esperanza hacia la democracia cuando cayó el régimen de Omar Al-Bashir​, pero luego vimos como en 2021 había otro golpe de Estado que inestabilizaba y los dos generales que fueron los artífices de este golpe de Estado son los que han empezado el conflicto en 2023 con luchas entre estos dos grupos armados, que son los dos grupos armados mayoritarios del país.

Son estos dos generales que ya habían hecho en su día el golpe de Estado los que han ocasionado una catástrofe humanitaria en el país porque realmente este conflicto empezó en la capital y se ha extendido por la mayor parte de las ciudades de Sudán. Entonces, otros conflictos habían afectado distintas regiones, pero ahora lo que vemos es un conflicto que está afectando completamente la totalidad del país.

Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO
Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO/MSF

Ahí el temor, recuerdo, era la construcción de la Gran Presa en Etiopía. Hubo ciertas tensiones entre Etiopía y Sudán porque eso estaba afectando al curso del Nilo y Egipto. Sin embargo, afortunadamente esa tensión no llegó a más entre esos países. ¿Hay intereses estratégicos regionales o de islamistas y/o de otro tipo de fuerzas? Porque Sudán, dentro de lo que es el norte de África, es un país estratégico.

Sí, está claro que es una región muy convulsa y hay intereses no solo a nivel regional sino a nivel internacional. No voy a hablar de política y tampoco soy experta en decirte los intereses a nivel internacional, pero está claro que en caso contrario no se podría mantener este conflicto durante dos años con los medios locales y con el armamento local.

Sigue entrando dinero y armamento de fuera en las dos partes del conflicto. Lo que más nos interesa es el impacto en la población. De los 50 millones de habitantes del país, hay 12 que ya han abandonado sus casas y hay 2 millones que han cruzado las fronteras. Uno de cada cuatro habitantes está desplazado ahora mismo.

¿Qué medios necesita Médicos Sin Fronteras para poder seguir manteniendo su ayuda y su trabajo en este país?

Las dimensiones de este conflicto son tan grandes que yo creo que todos los medios son pocos.

Es verdad que en Médicos Sin Fronteras somos una de las pocas organizaciones que realmente estamos consiguiendo mantenernos en el país y llegar a sitios donde otros no pueden llegar por la forma de trabajar que tenemos. Pero lo que llevamos denunciando o proclamando durante dos años es que hace falta mucha más ayuda humanitaria. Lo que nosotros hacemos es mucho. Estamos en 11 de los 18 estados. Estamos en más de 22 hospitales, 40 centros de salud, pero da igual, esto es una gotita. Yo creo que ha habido un fallo en la comunidad internacional y a nivel humanitario de llegar al nivel de lo que Sudán necesita ahora mismo.

Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO
Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO/MSF

Porque Sudán no está en las primeras páginas de los periódicos ni de las televisiones. ¿Por qué? ¿Tiene que haber una gran matanza para que los periodistas nos sensibilicemos? ¿O es que hay otros intereses que ahora mismo? ¿Trump está acaparándolo todo?

Sí, es verdad. Yo creo que sois más los periodistas los que podéis decir por qué no. Porque yo no lo entiendo. Porque hay matanzas. Es una guerra que va contra los civiles. Está habiendo masacres, está habiendo violaciones en masa, y está habiendo ataques deliberados contra determinadas comunidades y poblaciones. Y hay deliberado bloqueo para que no entre ayuda en algunos sitios. Hay ciudades sitiadas por meses.

Yo no entiendo por qué no hablamos de Sudán porque me parece que es la catástrofe humanitaria mayor del momento actual.

Yo recuerdo cuando volvía de Bosnia, por ejemplo, o del Golfo, sentir impotencia, frustración, incluso rabia, porque no había interés en este tipo de cuestiones. Estábamos más preocupados por cuestiones políticas internas, por estupideces. Una persona como usted, que se está jugando la vida, que está haciendo un servicio a los demás, que está atendiendo a muchísima gente, ¿qué siente? ¿O tiene ya una coraza que le permite seguir adelante, asumiendo que, por desgracia, las cosas son como son, pero que el trabajo que está realizando es muy necesario?

Creo que hay de las dos cosas. Creo que es necesario el sentir que tiene un impacto. Es verdad que no vas a cambiar la situación global. Y yo creo que en el mundo humanitario siempre lo decimos. Es el impacto que tú puedes tener en la vida de una persona, de una determinada persona. No cambiamos grandes situaciones, no cambiamos la situación de un Estado, pero sí que aliviamos el sufrimiento de determinadas personas. Y esto es lo que en el día a día te invita a continuar. Porque es verdad que también la frustración es muy grande y es una de las primeras cosas, yo creo, que aprendes a vivir con la frustración.

También siendo enfermera, yo creo que esto, el momento humanitario y el momento de persona a persona, te ayuda. Entonces yo creo que por eso al final sigues en el día a día. Es intentar ver en el día a día, pensar en la persona, no pensar en la situación.

Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO
Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO/MSF

¿Qué mensaje lanzarías a todas las personas?

Pues agradecer esta atención y que se hable de Sudán. Que realmente entiendo que es una cuestión humana el que te toque más cuando te toca más de cerca. Pero realmente que al final Sudán es una población de 50 millones de habitantes que están sufriendo una crisis que no tiene nombre. Entonces creo que la gente se acuerde de Sudán y que salgamos un poquito de nuestro círculo.  

Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO
Médicos sin Fronteras, Sudán - PHOTO/IGOR BARBERO/MSF

Sudán es norte de África. El norte de África, por decirlo llanamente, es nuestro patio de atrás y su estabilidad y su seguridad es la estabilidad y seguridad de España y de Europa. O sea, hay que entender eso también, ¿no?

Sí, claro. Y al final en un mundo global todo nos afecta. Pero bueno, es verdad que al final parece que a la gente le afecta más algo que está pasando cerca de Europa o la migración.

Pues sí, está claro que Sudán es el origen de muchos de los migrantes que cruzan y mueren en el Mediterráneo intentando salir de esta situación dramática. Entonces, claro que sí. Pero bueno, muchas veces la condición humana nos limitamos a ver un círculo muy pequeño de nuestro entorno y de unos cuantos kilómetros. Y a lo mejor vemos lo que pasa en el Mediterráneo, pero no vemos lo que pasa al otro lado del Mediterráneo.