Un fuerte terremoto sacudió el centro de Marruecos en la noche del viernes 8 al sábado 9 de septiembre, causando al menos 1.037 muertos, y 1.204 heridos, según el balance provisional del Ministerio del Interior.
El Centro Nacional de Investigación Científica y Técnica (CNRST), con sede en Rabat, indicó que el seísmo tuvo una magnitud de 7 grados en la escala de Richter y que su epicentro se situó en la provincia de Al-Haouz, al suroeste de la turística ciudad de Marrakech.

"Según un balance provisional, este seísmo causó la muerte de 1.037 personas en las provincias y municipios de Al-Haouz, Marrakech, Ouarzazate, Azilal, Chichaoua y Taroudant", indicó el Ministerio del Interior en un comunicado. Según la misma fuente, 1.204 personas resultaron heridas y fueron hospitalizadas.

Según los medios de comunicación marroquíes, se trata del seísmo más potente que ha sacudido el reino hasta la fecha. Las autoridades "han movilizado todos los medios necesarios para intervenir y acudir en ayuda de las zonas afectadas", añade el comunicado del Ministerio del Interior.
Según imágenes que circulan por las redes sociales y testigos, el seísmo causó grandes daños en varias ciudades. En una localidad de la provincia de Al-Haouz, una familia quedó atrapada entre los escombros tras derrumbarse su casa, según los medios de comunicación.

Un minarete parcialmente derrumbado en la plaza Djemaa El-Fna
Además de en Marrakech, el temblor se sintió en Rabat, Casablanca, Agadir y Essaouira, sembrando el pánico entre la población. Muchas personas salieron a las calles de estas ciudades, temiendo que sus casas se derrumbaran, según imágenes publicadas en las redes sociales.
En las fotos y vídeos colgados por los internautas se pueden ver grandes secciones de escombros en las calles de la medina de Marrakech. Pero también coches aplastados por las piedras.

"Estaba en la cama cuando todo empezó a temblar. Pensé que mi cama iba a salir volando. Salí a la calle medio desnudo y me fui directamente a mis riads. Fue un caos total, una auténtica catástrofe, una locura", cuenta por teléfono a la Agence France-Presse (AFP) el francés Michaël Bizet, de 43 años, propietario de tres casas tradicionales en el casco antiguo de Marrakech.
"Hacia las once de la noche, sentimos un temblor muy violento y me di cuenta de que era un terremoto. Pude ver cómo se movían los edificios. No tenemos necesariamente los reflejos para este tipo de situaciones. Entonces salí, había mucha gente fuera. La gente estaba en estado de shock y pánico. Los niños lloraban, los padres estaban angustiados", cuenta Abdelhak El Amrani, un vecino de Marrakech de 33 años, en conversación telefónica con la AFP.

Según imágenes publicadas en Internet, parte de un minarete se derrumbó en la famosa plaza Djemaa El-Fna, el corazón palpitante de Marrakech. El centro regional de transfusión sanguínea de Marrakech hizo un llamamiento a los habitantes para que acudieran el sábado a sus locales a donar sangre para los heridos.
Se sienten réplicas en Argelia
"Iba de camino a casa en el momento del terremoto. Mi coche se sacudió de un lado a otro, pero no tuve ni idea ni por un segundo de que se trataba de un terremoto", dijo otro residente de la ciudad, Fayssal Badour, de 58 años. "Me detuve y me di cuenta del desastre. Era muy grave, como si se hubiera desbordado un río. Los gritos y los llantos eran insoportables", añade.

El seísmo se sintió también en varias provincias del oeste de la vecina Argelia, pero la defensa civil argelina declaró que no había causado daños ni víctimas.
El 24 de febrero de 2004, un seísmo de 6,3 grados en la escala de Richter sacudió la provincia de Alhucemas, 400 km al noreste de Rabat, causando 628 muertos y numerosos daños materiales. Y el 29 de febrero de 1960, un seísmo destruyó Agadir, en la costa oeste del país, matando a más de 12.000 personas, un tercio de la población de la ciudad.