Un colectivo de musulmanes franceses se rebela contra el yihadismo
Por Jean-Claude Dufour
Foto: Unas musulmanas francesas protestan contra los crímenes terroristas del Estado Islámico.
Son médicos, políticos, abogados, profesionales, estudiantes, trabajadores… Y son musulmanes. Están en contra del terrorismo yihadista y rechazan el islam radical. Condenan el asesinato, la semana pasada en la región argelina de la Cabilia, del turista francés Hervé Gourdel. Desean vivir en paz en su país, Francia, y no quieren que nadie hable en su nombre. Y mucho menos cuando los que hablan en nombre del islam son vulgares asesinos y mafiosos, delincuentes sin dos dedos de frente pero con ganas de hacer daño, como son los combatiente del Estado Islámico (EI). En Francia, hay más de cinco millones de musulmanes. La mayoría de la población islámica es pacífica y son los musulmanes los primeros que sufren la dictadura que imponen los chulos y fanáticos islamistas radicales en los barrios pobres de muchas ciudades donde han conseguido asentar su poder. El imparable avance de las ideas de extrema derecha confunde a muchos franceses de buena fe que acaban creyéndose que es imposible ser musulmán, pacífico y demócrata. “Por eso hemos decidido salir a la calle y protestar públicamente. Soy francés y musulmán, y también demócrata y laico, y no quiero que los terroristas utilicen mi bella religión para matar y sembrar dolor”, comenta para Atalayar Yasine, un estudiante de Económicas de origen argelino que vive cerca de París. Muchos musulmanes piensan lo mismo que Yasine y expresan con fuerza la rabia y repulsa que les provoca el crimen de Hervé Gourdel.
Personalidades de diversos ámbitos
Entre los descontentos hay personalidades de diversos ámbitos: Bariza Khiari, vicepresidenta primera del Senado; Madjid Si Hocine, médico y militante asociativo; Saad Khiari, cineasta; Ghaleb Bencheikh, presidente del Foro Conferencia Mundial de Religiones para la Paz; Farid Yaker, presidente del Foro Francia Argelia; Kamel Meziti, escritor; Dounia Bouzar, antropológa; Said Branine, periodista; Anissa Meziti, presidente de la asociación Actuar contra el Racismo; Marwane Ben Yahmed, director de redacción del semanario ´Jeune Afrique’; Elie Melki, traductor; Majed Nehmé, director de redacción de la revista ‘Afrique-Asie’; Kamel Kabtane, rector de la Mezquita de Lyon; Faycal Megherbi, abogado… Hay muchos más. En un comunicado público manifiestan su dolor por el asesinato de Gourdel y dejan claro que “los musulmanes de Francia sólo pueden expresar su repulsa y denunciar enérgicamente los crímenes abominables perpetrados en nombre de nuestra religión cuyos fundamentos son la paz, la misericordia y el respeto a la vida”. “Los suplicios y la muerte que sufren nuestros hermanos cristianos, yazidíes o musulmanes, en Siria, en Irak o en Nigeria y en otros lugares, nos asquean y nos hacen muy infelices, y lo único que podemos hacer es expresar nuestra solidaridad y nuestra inmensa compasión”, señala este grupo de musulmanes franceses. El colectivo considera que “nuestro deber” es denunciar la barbarie yihadista. “Nosotros, franceses de Francia y de confesión musulmana, expresamos toda nuestra solidaridad con todas las víctimas de esta horda de bárbaros, soldados perdidos de un supuesto Estado islámico”, porque “nosotros también somos unos sucios franceses”, dice el comunicado. Después del secuestro de Hervé Gourdel, el EI amenazó de muerte a los ciudadanos de Estados Unidos, Europa y de los países musulmanes que se oponen al yihadismo, y citó expresamente a los “sucios franceses”.