Los bereberes de Imider se alzan contra la explotación de un mina de plata

Por Dunia Gattiui
Foto: Los habitantes del pueblo de Imider llevan tres años luchando contra los abusos de la empresa minera SMI.
La población bereber de Imider (provincia de Tinghir, en las montañas del Atlas) está harta de no verse beneficiada por la explotación de una mina de plata, y pide por ello que una parte de las ganancias de la empresa sean invertidas en el pueblo, donde la mayoría de la población vive en la pobreza, como en muchas zonas de la montañosa región del Atlas marroquí, de cultura mayoritariamente amazigh. Imider está a 220 kilómetros de la ciudad de Uarzazate, que es la puerta del Sáhara. Tres jóvenes de Imider del colectivo Movimiento Vía del 96 fueron detenidos y condenados a tres años de cárcel cada uno el pasado mes de marzo por haberse atrevido a denunciar los efectos devastadores que causa al medio ambiente la mina de plata, que es una de las más grandes de África. En términos de bienestar económico y social y evolución democrática, el denominado "Marruecos profundo e inútil" está alejado del "Marruecos útil", es decir de las zonas que han despegado, como el eje Rabat-Casablanca, Tánger, Nador, Fez o Marrakech. La Corte de Apelación de Uarzazate confirmó las penas de prisión para los tres jóvenes. Según el Movimiento Vía del 96, Omar Mujane, Brahim Hamdaui y Abdesamad Tinghir, fueron condenados por "constitución de banda criminal", "robo de dinero y comercialización", "concentración sin autorización", "perturbación de la vía pública" y "agresiones premeditadas". También fueron condenados a pagar una multa de 180.000 dirhams (unos 16.000 euros) cada uno. Los jóvenes fueron detenidos por los gendarmes durante una manifestación de protesta por la contaminación que provoca la mina, que pertenece a la Sociedad Metalúrgica de Imider (SMI), filial del grupo Ómnium Norteafricano (ONA), que es propiedad del rey Mohamed VI. La empresa se instaló cerca de Imider en 1969 y desde entonces produce 240 toneladas de plata. En 2010, su volumen de negocios alcanzó los 74 millones de euros. Los vecinos del pueblo llevan tres años luchando, y como dice Mina Uzzine, "voté a favor de la nueva Constitución porque esperaba un cambio, más igualdad. Somos iguales en la pobreza".
Edad de piedra
La empresa que explota la mina genera beneficios, pero los habitantes de Imider viven en la miseria y carecen de lo imprescindible. En 2012, el 'New York Times' realizó un reportaje sobre este mísero pueblo del Atlas. Su diagnóstico social fue terrible: "los habitantes viven en la edad de piedra, en la indigencia y la pobreza. No tienen carreteras, ni dispensarios, ni escuelas, ni red de Internet. El hospital más cercano está situado a 200 kilómetros". La población local está en pie de guerra contra la empresa, a la que acusa de haber contaminado el agua con cianuro y mercurio. Un agricultor local asegura que "en 1990 teníamos árboles, frutales, aceite, almendros, y ahora no, porque el agua está contaminada". Los responsables de la empresa SMI y las autoridades provinciales están al tanto de las reivindicaciones de la población de Imider, que básicamente plantea que una parte de las ganancias sean invertidas en el pueblo y que el 75% de las contrataciones se hagan en esta localidad duramente golpeada por el paro y la sequía. Hombres, mujeres y niños de Imider están dispuestos a seguir luchando por más justicia social, aunque nadie les haga caso y en Rabat ni siquiera sepan que existen.
Agosto de 2011
Las protestas empezaron en agosto de 2011. Basta con llegar a Imider para ver que junto a la riqueza que genera la mina de plata, la población no puede aguantar por más tiempo el envenenamiento de sus tierras y ganados, el desempleo crónico de sus jóvenes, la marginación económica y la exclusión social. Al calor de las manifestaciones y protestas, los habitantes de Imider establecieron un campamento permanente, situado en el monte Alban. Según diversas fuentes consultadas por Atalayar , la respuesta de las autoridades no fue la adecuada. En lugar de dialogar y fomentar un acuerdo satisfactorio entre las partes en conflicto, las autoridades utilizaron a la Gendarmería Real y a la Policía contra mujeres, hombres y niños enfadados pero pacíficos. El diálogo democrático e inteligente fue sustituido por la fuerza bruta, los engaños y las falsas promesas. La población local anunció que estaría dispuesta a manifestarse por medio país y llegar a Rabat si fuera necesario. El 10 de noviembre de 2013 hubo una gran marcha de protesta en la carretera nacional número10, que une Uarzazate con Rachidia -la llamada ruta de las Kasbas- en dirección a Bumalne Dades. Fue una marcha a pie de unos 20 Kilómetros ida y vuelta a la que se unieron habitantes de otros pueblos. 2.500 personas pidieron soluciones a los problemas, un programa de desarrollo minero y justicia social en lugar de porrazos en la cabeza y detenciones. Además, condenaron la actitud del gobernador de la provincia de Tinghir, que decidió poner fin al diálogo entre los habitantes de Imider y el resto de las partes interesadas. Finalmente, a finales del año pasado, el gobernador y la empresa minera elaboraron un acuerdo preliminar que fue calificado de "protocolo fabricado" y "arbitrario" por los damnificados de Imider. Desde entonces ha habido más protestas y detenciones, y sigue en pie la determinación de la población pobre de Imider para llegar a un acuerdo con la empresa. Lejos de Imider y de la marginación rural del Atlas, en los selectos círculos financieros de este planeta, la agencia de notación internacional Fitch Ratings atribuyó la nota "High Standards" a Valoria Management, la rama Gestión Colectiva de la compañía marroquí Capital Gestion Group, por la calidad de su dispositivo de control, su plataforma tecnológica y la disciplina de su proceso de gestión. Valoria Management, que es una sociedad de gestión de fondos de inversión y valores inmobiliarios (OPCVM) que se creó en 1999, ha conocido un fuerte dinamismo y desarrollo en los últimos cinco años.