Así reclutan a las mujeres para unirse a las filas de Daesh

S.C/lainformacion.com/Atalayar

Pie de foto: María Cala Márquez, la joven empleada de hotel que quiso dejar Almonte (Huelva) por el califato en Siria

El caso de la detención de una joven española de 22 años  cuando pretendía volar a Turquía para unirse a la yihad recuerda al de muchas otras que son captadas en cuestión de meses a través de las redes sociales.

Personas masculinos como heróicos guerreros

¿Cómo actúan los captadores? Siempre hay un director y unas reclutadoras activas en la red, las que se hacen 'amigas' de la víctima. La falsa propaganda es una constante en estos casos. En gran medida, el reclamo de estos falsos sitios Web es promover la atracción de personajes masculinos representados como guerreros de la yihad.

Mientras que en los años 90, “los procesos de radicalización duraban cuatro años y medio como media, en la actualidad estos procesos son más intensivos y más cortos en el tiempo”.

Internet es sin duda la herramienta fundamental para el reclutamiento. De las investigaciones llevadas a cabo por la Policía española se ha podido determinar que el proceso de radicalización y captación estaba sometido a un protocolo y presentaba tres fases claramente diferenciadas:

Por un lado, a través de redes sociales como Facebook, las reclutadoras activas insertaban mensajes y propaganda en las que insistían en la “supuesta crisis de valores existente en la sociedad occidental actual” y que sólo puede ser compensada a través de la interpretación extrema de los valores del Islam. El mensaje está claramente dirigido a mujeres jóvenes.

Las reclutadoras eran las encargadas tanto de difundir el mensaje como de filtrar aquellas respuestas positivas o de aceptación, llevando a cabo una selección de víctimas que pasarían a la siguiente fase.

La siguiente fase es la de selección. Las víctimas elegidas eran redirigidas a foros privados de WhatsApp cuyas administradoras eran las reclutadoras activas. En estos foros los mensajes sutiles se tornan en consignas de reprogramación, hasta que en un momento dado se apunta la necesidad de “pasar a la acción”.

La siguiente fase es la final. Sólo aquellas víctimas que dan el paso son las que pasan a foros exclusivos en los que se duplican las medidas de seguridad, de manera que, cuando el proceso culmina y sólo cuando el objetivo del reclutamiento se encuentra conseguido, se produce el contacto personal previo al desplazamiento.

Jóvenes con escasas expectativas, las más vulnerable

El perfil de las jóvenes reclutadas por la red ahora desmantelada es heterogéneo, si bien todas cumplen con una serie de patrones comunes que evidencian su vulnerabilidad, tales como juventud (incluso algunas menores de edad), bajas expectativas socio-laborales o usuarias de redes sociales sin supervisión.

Otro medio de radicalización, es la propaganda de los muyahidines que afirma que la “verdadera musulmana tiene que estar ahí donde el islam se aplica de manera fidedigna y por lo tanto debe alejarse de una sociedad donde el pecado es presente y el islam no es puro”, según los expertos.

Cuando llegan a su destino las captadas se despojan de sus ropas, y a partir de ese momento deben acatar las directrices de la interpretación más estricta del Daesh. Cubrirse el cuerpo, con el hiyab por ejemplo, rezar y comer cuando se les mande… y en definitiva, pasan a ser “casi propiedad de los hombres”. Luchar o perpetuar la especie son los destinos que les esperan en su búsqueda del ideal. En realidad es menos romántico: limpian, cocinan o son explotadas sexualmente.

La estructura virtual de las organizaciones terroristas y el uso que hacen estas de las nuevas tecnologías se analiza en el estudio 'Todo el peso de la ley. Apuntes jurisprudenciales sobre las operaciones contra el terrorismo yihadista en España', publicado por el Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI).

María Cala, de empleada de hotel en Huelva a yihadista del EI en pocos meses

La joven de 22 años y de nacionalidad española, que responde al nombre de María Ángeles Cala fue detenida en la madrugada del martes cuando supuestamente pretendía viajar a Turquía con el fin de unirse a las filas del Estado Islámico. La Guardia Civil la detenía y la trasladaba a su casa para que estuviera delante del registro. Una vez en el domicilio, situado en la calle Federico García Lorca de AlmonteHuelva, los agentes del cuerpo de policía procedieron, principalmente, a registrar ordenadores y sistemas electrónicos. Los primeros indicios señalan que podría ser por internet por donde hubiera conocido a alguien que le hubiera incitado a alistarse en el grupo terrorista.

La joven vivía en la vivienda con su madre. Según han informado los vecinos se trataba de una joven normal, muy simpática, aunque varios han señalado que desde hacía poco tiempo utilizaba el velo, del cual sólo se desprendía cuando iba al recinto hotelero en el que trabajaba con su madre.

Su proceso de radicalización fue rápido, cercano a lo que los especialistas llaman un 'adoctrinamiento express'. Se trata de un fenómeno común desde la irrupción de las nuevas tecnologías en los procesos de captación. Se da especialmente en personas jóvenes. En cuestión de semanas pueden pasar de llevar una vida normal a querer dejarlo todo por hacer la yihad.

Su deseo era dejar todo y marcharse al califato donde las mujeres son mayoritariamente tratadas como esclavas. Las fuerzas de seguridad tienen constancia de que al menos 130 personas han abandonado España en los últimos años para hacer la yihad en el extranjero. Lo más común es que se les ofrezca una vida idílica como mujer de muyahidin y al llegar allí se den cuenta de su error y quieran volver.

Eso le sucedió en enero a una joven ceutí de 18 años captada por una red yihadista que fue detenida en Turquía antes de cruzar la frontera con Siria. Tardó apenas unas horas en darse cuenta de que el destino dorado que le habían prometido no era más que una pesadilla. Consciente de su mala decisión, tuvo tiempo de escribir varios mensajes de auxilio a una prima suya.