Inversiones extranjeras en Marruecos: ¿un éxito para todos o sólo para algunos?

Esta caída del 40% en los flujos de IED ha sido atribuida a varios factores, incluidos los desafíos económicos globales, la incertidumbre política en la región, y la competencia creciente de otros mercados emergentes que han comenzado a captar la atención de los inversores internacionales.
A pesar de esta disminución, el Gobierno marroquí ha mantenido un enfoque optimista, destacando los esfuerzos para diversificar las fuentes de inversión y modernizar la economía del país.
La economía de las grandes promesas
A pesar de la caída en los flujos de IED, Marruecos sigue atrayendo inversiones en sectores clave como las energías renovables y la manufactura avanzada.
En el primer semestre de 2024, el país captó 13.100 millones de dirhams, marcando un récord para ese período. Además, se prevén inversiones adicionales de aproximadamente 5.000 millones de dólares para la infraestructura relacionada con la Copa del Mundo 2030, lo que se espera que impulse el turismo y mejore la infraestructura deportiva y de transporte.
No obstante, estas cifras esconden un desafío fundamental: cómo asegurar que estas inversiones beneficien a toda la población marroquí, en lugar de concentrarse en unos pocos sectores o regiones.

El alto desempleo juvenil y la creciente desigualdad entre las zonas urbanas y rurales son indicadores preocupantes de que el crecimiento económico actual podría no estar alcanzando a todos. Aunque Marruecos ha logrado posicionarse como el tercer destino de inversión en la región MENA, el impacto de estas inversiones sigue siendo desigual. Las regiones rurales y las poblaciones más vulnerables corren el riesgo de quedar atrás, ya que la mayoría de las inversiones están dirigidas a áreas urbanas y sectores de alta tecnología. Esta concentración podría exacerbar las disparidades económicas y sociales existentes, creando una economía de dos velocidades.

El Gobierno, por su parte, ha implementado políticas para mejorar el clima de negocios y atraer más inversiones, pero estas medidas no han sido suficientes para asegurar una distribución equitativa de los beneficios. La planificación para la Copa del Mundo 2030 es un ejemplo clave de cómo las inversiones en infraestructura podrían tener un impacto más amplio, pero solo si se gestionan de manera inclusiva.
La necesidad de un desarrollo equitativo
El verdadero éxito de las inversiones extranjeras en Marruecos no puede medirse solo por las cifras. Es crucial que estas inversiones se traduzcan en beneficios tangibles para todos los ciudadanos. Esto requiere un enfoque en políticas públicas que no solo atraigan capital extranjero, sino que también promuevan un desarrollo equitativo y sostenible.

El reto para Marruecos es convertir estas cifras en mejoras reales en la calidad de vida de todos sus ciudadanos. Sin una estrategia clara para asegurar que el crecimiento económico sea inclusivo, el país corre el riesgo de crear un “Reino de promesas vacías”, donde las inversiones extranjeras aumentan las estadísticas, pero dejan a la mayoría de la población al margen.
Sin embargo, Marruecos también cuenta con una base sólida y un potencial inmenso para superar estos desafíos. Con un enfoque renovado en la creación de empleo inclusivo y el desarrollo sostenible, el país puede transformar estos flujos de inversión en un verdadero motor de cambio positivo, asegurando un futuro más próspero para todos sus ciudadanos.
Ahmed Khadraoui, experto en finanzas e inversión