La ultraderecha europea se inspira en Trump para llegar al poder

Donald Trump en el debate con Kamala Harris - PHOTO/REUTERS/BRIAN SNYDER
Donald Trump en el debate con Kamala Harris - PHOTO/REUTERS/BRIAN SNYDER
Trump y sus oligarcas con los que gobernará Estados Unidos en los próximos cuatro años están causando un enorme revuelvo en Europa
  1. Scholz condena la interferencia 
  2. Austria la ultraderecha formará Gobierno
  3. Meloni y Orbán los aliados

En los últimos días, el megamillonario sudafricano Elon Musk ha lanzado una campaña de odio en su red social X contra el primer ministro laborista de Reino Unido, Keir Starmer, acusándolo de contubernio durante su etapa de fiscal por no juzgar a diversos implicados en una trama de explotación sexual de menores en Reino Unido que habría sucedido hace más de una década. 

Desde la campaña electoral, ya el propio Trump en diversas intervenciones acusó a Starmer de “flagrante interferencia extranjera” en las elecciones presidenciales de Estados Unidos por un viaje de sus activistas para ayudar a la candidatura de Kamala Harris.

Los abogados de Trump presentaron entonces una queja contra el Partido Laborista de Reino Unido porque cien miembros de su partido viajaron a Estados Unidos para hacer campaña a favor de Kamala Harris en cuatro estados.

El primer ministro Starmer negó que fuesen enviados por encargo del Partido Laborista y refutó que solo eran activistas simpatizantes de Harris que iban como voluntarios de forma personal.

Desde la victoria de Trump, ha sido Musk el encargado en su red social de atacar de forma mordaz al Gobierno del izquierdista Starmer llegando a pedir su dimisión y en un arrebato publicó en su cuenta de X si “Estados Unidos debería liberar al pueblo de Gran Bretaña de su Gobierno tiránico”.

El primer ministro británico respondió al propietario de X que había “cruzado una línea”, acusando a Musk de “difundir mentiras e información errónea”. 

Antes de embarcarse en su carrera política, Starmer se desempeñó como director de la Fiscalía Pública de Reino Unido, dirigiendo el Servicio de Fiscalía de la Corona durante el escándalo de las bandas de explotación de menores en el país de 2008 a 2013.  Un caso que ya fue investigado y está cerrado.

La realidad es que Trump no quiere entenderse con el Gobierno de Starmer y pretende un cambio de liderazgo que permita un acercamiento en los temas que más le interesan al republicano: negacionismo del cambio climático; políticas y retórica antiinmigración; aislacionismo y nulo apoyo a Ucrania contra la invasión rusa. 

Scholz condena la interferencia 

Musk, junto con el empresario de origen hindú, Vivek Ramaswamy, dirigirá el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y se ha convertido en el principal aliado de Trump mostrando además una profunda sincronía ideológica de corte supremacista.  En Alemania, su red social, alienta el triunfo de los grupos de ideología Nazi. 

En plena efervescencia política-electoral en Alemania, ante las próximas elecciones generales del 23 de febrero próximo, también Musk pretende interferir maniobrando a favor de la extrema derecha: “Solo la AfD puede salvar a Alemania de la hecatombe”.

Su apoyo además es incondicional, de hecho, mantuvo una conversación en vivo transmitida por X con Alice Weidel, líder de Alternativa para Alemania (AfD).  Weidel es una economista y lesbiana además nieta del exjuez nazi, Has Weidel.

En su momento, la propia Angela Merkel, en sus años como primera ministra, dedicó constantes discursos para recordar a sus compatriotas toda la devastación y muerte que ocasionó el nazismo en su país. Merkel reiteraba una y otra vez que la democracia será imperfecta, pero es la mejor forma de Gobierno y la única en la que cuenta toda la ciudadanía. 

En las actuales encuestas electorales, la AfD se posiciona como la segunda fuerza política en el Bundestag, por detrás de los conservadores de CDU y por delante del Partido Socialdemócrata al que pertenece el actual canciller Olaf Scholz. Si se cumple ese pronóstico sería una victoria arrolladora y pasarían de tener setenta y siete diputados en el Bundestag y ser la quinta fuerza política para tener un rol mucho más preponderante en la política germana. 

Este partido, Alternativa para Alemania, fundado en 2013 es conocido en Europa como el más ultra dentro de la ultraderecha: xenófobo, ultranacionalista, discriminatorio, antiinmigración y antieuropeísta. Tiene en Turingia un gran apoyo como lo tuvo en su momento Adolf Hitler para lanzar su partido nazi. 

En su discurso de Año Nuevo, el canciller Olaf Scholz lanzó un claro mensaje: “Hacia dónde va Alemania a partir de aquí lo decidirán ustedes, los ciudadanos. No lo decidirán los dueños de los canales de las redes sociales”.

Y continuó: “En nuestros debates, uno puede ser perdonado por pensar a veces que cuanto más extrema sea una opinión, más atención obtendrá. Pero no será la persona que grite más fuerte la que decida hacia dónde va Alemania a partir de ahora. Más bien, eso dependerá de la gran mayoría de las personas razonables y decentes”.

Austria la ultraderecha formará Gobierno

La dialéctica tiene la peculiaridad de la repetición de los ciclos. En Austria, han empezado las protestas ciudadanas para evitar que la ultraderecha gobierne por vez primera desde el final de la Segunda Guerra Mundial tras la caída del nazismo. 

El Partido de la Libertad, contrario a la inmigración y euroescéptico, que se opone a las sanciones contra Rusia y está dirigido por Herbert Kickl, ganó las elecciones parlamentarias de Austria en septiembre pasado con el 28,8 % de los votos. El Partido Popular Austríaco del canciller saliente, Karl Nehammer, quedó en segundo lugar.

El presidente Alexander Van der Bellen dio la primera oportunidad de formar Gobierno a Nehammer, pero fracasó en su intento y ahora concede, a la ultraderecha del Partido de la Libertad, la formación de Gobierno. El Partido Popular ha dado un paso adelante señalando que estaría dispuesto a aliarse con Kickl.

Para el New York Times, los corresponsales en Berlín, Jim Tankersley y Christopher F. Schuetze, advierten que el partido político que está a punto de liderar Austria llevaría a un país ya conservador a un grupo creciente de naciones que se desplazan hacia la extrema derecha de la política europea. “Ha coqueteado con consignas nazis, se ha acercado a Rusia y ha provocado advertencias de grupos de sobrevivientes del Holocausto”.

De acuerdo con ambos corresponsales: “Si logran formar Gobierno, sería un shock para el sistema político austríaco y una nueva sacudida para Europa occidental”.

A diferencia de la vecina Alemania, donde todos los demás partidos se han negado a incluir al populista de derecha Alternativa para Alemania en las coaliciones federales gobernantes, otros partidos en Austria han permitido que el Partido de la Libertad comparta el poder durante años como socio menor.

El Partido de la Libertad (FPO) fue fundado en 1950 por exmiembros de las SS y ha ampliado su atractivo en las últimas elecciones con un mensaje antisistema. El partido ha ganado el apoyo de los obreros, los graduados universitarios y, sobre todo, de las mujeres. En las elecciones al Parlamento Europeo de 2024 fue el partido más popular entre los votantes “milenials”.

Meloni y Orbán los aliados

El primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, es la representación más manida de la ultraderecha europea con su partido Fidesz y es el dolor de muelas de la Unión Europea. “Es primer ministro de Hungría desde 2010, hasta la fecha, aunque ya   gobernó entre 1998 y 2002”.

Orbán se ha mostrado como el aliado más cercano de Trump en la Unión Europea y mantiene la misma sintonía con el dictador ruso, Vladimir Putin. Siempre se ha opuesto al apoyo europeo a Ucrania en la invasión que padece. 
El alfil húngaro se ha ofrecido de punto de enlace entre Putin y Trump y el año pasado creó un grupo propio dentro del Parlamento Europeo al que se sumaron diversos grupos políticos ultraderechistas europeos con escaño en el Parlamento Europeo. Su grupo, Patriotas por Europa, suma a ultraderechistas de Hungría, Austria y Chequia.

Luego está Giorgia Meloni que es la cara bonita de la ultraderecha europea. La primera ministra cuyo partido es Hermanos de Italia, herederos del fascismo de Benito Mussolini, ya se vende como amiga cercana de Musk y próxima aliada de Trump. 

¿Qué hay de la relación entre Meloni y Musk?  Cierta parte de la prensa europea llegó a deslizar un posible “affaire” entre la primera ministra italiana y el dueño de SpaceX. 

“Meloni es mucho más bonita por dentro que por fuera. Ella encara lo que es el verdadero liderazgo y los italianos deben estar orgullosos de ella por lo bien que hace las cosas”, aseveró Musk, en un acto en septiembre pasado, en el que entregó a Meloni el Global Citizen Award. 

Pero ¿qué pretende Musk en Italia? Quiere hacerse con los contratos de satélites de Italia y que su empresa Starlink sea el proveedor en lugar de Iris que es el programa europeo. Starlink provee información de inteligencia militar y de seguridad; el contrato se haría a través de SpaceX, otra de las empresas del multimillonario.

SpaceX está discutiendo un acuerdo de cinco años por un valor total de 1.500 millones de euros para proveer una serie de servicios para el Gobierno de la ministra Meloni.
    
Todas las alarmas ya han saltado para la oposición italiana que cuestiona las relaciones tanto personales como de negocios de Meloni con Musk, a lo que la premier ya respondió: “Simplemente estamos en la fase de investigación, por eso no entiendo todas las acusaciones que se han hecho. ¿El problema con SpaceX es que es una empresa privada, o son las ideas políticas de Elon Musk?”.

Italia está evaluando el uso del sistema de telecomunicaciones espacial de Musk para proporcionar comunicaciones entre el Gobierno, los diplomáticos italianos y los funcionarios de defensa que operan en áreas sensibles en todo el Mediterráneo.

Meloni insiste que Italia se enfrenta a un dilema sobre cómo proteger sus comunicaciones sensibles, ya que actualmente no hay sistemas alternativos a Starlink respaldados por Italia o la UE. No se espera el despliegue completo de la constelación de satélites Iris2 de la UE antes de finales de 2030.

Así es que Musk, Trump y sus aliados de la ultraderecha europea e internacional no van a dar paso sin hacer negocios entre ellos, además de nutrirse, de llevar a cabo una agenda política común en la que detestan a los inmigrantes, niegan el cambio climático y no moverán un dedo por defender a un tercero en conflicto porque su aislacionismo es más importante que cualquier regla escrita por el multilateralismo.