Bruselas se la juega este mes

Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea - REUTERS/JOHANA GERON
Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea - REUTERS/JOHANA GERON
La Unión Europea afronta diversas cuestiones importantes
  1. La “cuestión ucraniana”
  2. Dos fronteras: el problema canario y el conato búlgaro
  3. Fraguando la crisis de 2026

La “cuestión ucraniana”

Y es que los problemas acosan a Úrsula von der Leyen y a su Ejecutivo, que se reunieron de urgencia en marzo de 2024 invitando a los principales presidentes de Estados miembros de la Unión Europea para desbloquear una situación en la que no terminan de participar con el protagonismo con el que se empeñan, ni con el que probablemente tengan en este momento, sabedores de aportan la carta más alta de la baraja: la iniciativa de la negociación.

Subrayo lo dicho en anteriores artículos desde el eje sobre el que bascula la “cuestión ucraniana”, ya que se debate veladamente solo entre dos jugadores: Trump y Putin, dejando de lado a una Comisión Europea débil en su empuje político internacionalista, mermado por la enorme maquinaria burocrática que enfanga los cientos de miles de procesos administrativos que pululan por los despachos de las sedes ejecutivas, por decirlo suavemente y no decir que en este ciclo está viviendo la mayor crisis identitaria desde su fundación. Se hace eco en todos los diarios nacionales, la subida obligatoria de los presupuestos internos en materia de defensa de los Estados miembros. La realidad es que ni los ciudadanos se han involucrado en este movimiento, ni hay una popularidad excesiva por incorporarse a filas.

Hadja Lahbib, la comisionada europea de Igualdad y más cosas, desde sus redes sociales ha mostrado el kit de supervivencia en tono de humor con algunos de los elementos que deben incluirse en esta mochila de “estar preparados y esperar 72 horas”. Y es que, bajo nuestra óptica, casi un 70 % de la población oposita esta directriz y optaría por la vía más estable ofrecida por la diplomacia favoreciendo un pacto entre los grandes bloques que pugnan por el territorio ya apodado “el granero de Bruselas” y no solo de cereales, sino que las tierras estratégicas son ahora las fichas de ganancias de esta mesa de póker.

Dos fronteras: el problema canario y el conato búlgaro

Sigue lastrando al Ejecutivo europeo el problema canario, donde el archipiélago es utilizado, sin duda alguna, como ruta de entrada preferente por los migrantes ilegales y las mafias que los dirigen para acceder a Europa, tras los drásticos cierres de la vía de Lampedusa. 

Las cifras de arribados son ascendentes, habiendo llegado a un aumento de hasta el 303 % de personas que han solicitado asilo, refugio o ayuda asistencial a las autoridades españolas. Aflora un nuevo flujo de personas que intentan acceder por la ruta Delhi-Dubái-Mauritania integrando entre sus filas a paquistaníes, bangladesíes y toda una suerte de nacionalidades índicas. Este hecho nos deja entrever que no solo transitan africanos hacia Europa, sino que el sueño de bonanza norteño ha nublado las expectativas de medio globo, inocentes de que, al llegar, las condiciones pudieran no ser las mismas que las del espejismo de un rico destino en el Viejo Continente, porque han de enfrentarse no sólo al proceso adaptativo propio, sino que deben homologar sus conocimientos profesionales a las tarifarias medidas laborales regulatorias que se exigen en destino.

Por otro lado, Europa está desbordada y no sabe qué más hacer con la crisis política en Bulgaria, donde la Comisión Europea ha estirado la legislación hasta el límite, obligando a retirar a uno de los candidatos por motivos de cercanía a la ultraderecha, dejando a la luz, entre cortinas de humo burocráticas, que no las tienen todas consigo en materia de unificación de criterios y que es un claro ejemplo de la diversidad social creciente dentro de los Estados miembros.

Fraguando la crisis de 2026

Y podemos estrujar más el limón añadiendo la orden europea más loca de todas que hundirá definitivamente a mi parecer al sueño europeo de ser nación de naciones: la creación del euro digital.  Apostaría con los ojos cerrados a que el día siguiente a la implantación de esa medida, los europeos empezarán a comerciar con efectivo internacional en cualquier moneda, dólares o dirhams, puesto ya que nada importará con tal de burlar la fiscalidad digital excesiva en una idea de “moneda canasta” en la ya mermada contabilidad familiar, que ha hecho que millones de ciudadanos busquen la alternativa del “part time” como medio de vida, ya que un solo salario no sirve.

Cientos de miles de trabajadores del Magreb y del bajo Sahel con residencia laboral en España así lo atestiguan y relatan a sus familiares en los países de origen donde las transacciones de dinero en plataformas de envío de dinero han bajado considerablemente.

Francisco de Torres, presidente de Sociedad Civil Atlántica y de Valores (SOCIAT-V)