Resistencia iraní y francesa: inquietante similitud entre las calumnias

- 45 años de diplomacia mediante rehenes
- La confesión de un antiguo terrorista
- El precio para pagar: calumniar para liberar
- Un juicio espectáculo para intimidar
- Una máquina de difamación bien engrasada
- La misma calumnia, otra época
Estos dos rehenes no solo son víctimas de la brutalidad de una dictadura religiosa, sino también de una política de apaciguamiento que varios Gobiernos europeos, entre ellos el francés, llevan demasiado tiempo aplicando a este régimen. Este tipo de secuestros solo prosperan en un clima de complacencia y concesiones hacia la teocracia.
45 años de diplomacia mediante rehenes
Desde hace más de cuarenta y cinco años, los mulás en el poder en Irán han convertido la toma de rehenes en una herramienta diplomática. El propio expresidente Hassan Rohani lo reconoció: “Llevamos cuarenta y cinco años en conflicto permanente con la comunidad internacional”. Cada vez que fracasa la diplomacia clásica, el régimen recurre a los secuestros o los asesinatos selectivos.
Tras las oleadas de represión y las masacres de principios de la década de 1980, numerosos opositores —en particular miembros de la OMPI— encontraron refugio en Occidente, especialmente en Francia. Desde entonces, la toma de rehenes se ha convertido en un instrumento de represión a distancia. El régimen no ha dejado de presionar a los sucesivos Gobiernos franceses para que extraditen o silencien a los miembros de esta resistencia. En algunos momentos, algunos gobiernos cedieron.
La confesión de un antiguo terrorista
Anis Naccache, terrorista libanés al servicio de la República Islámica, que cumplió diez años de prisión en Francia, relató él mismo los mecanismos de este chantaje: “Estaba detenido en Francia. Cuatro rehenes franceses habían sido secuestrados en el Líbano. Un representante del Quai d'Orsay vino a verme. Le dije: hay que devolver un millón de dólares a Irán. Después, expulsad a Massoud Rajavi (líder histórico de la Resistencia Iraní) de Francia”. (Canal Ofogh, programa Jahan Ara, 11 de febrero de 2017).
El precio para pagar: calumniar para liberar
La liberación de Louis Arnaud en junio de 2024 parece haber estado condicionada a una amplia operación de difamación. Un prestigioso diario francés dedicó cuatro páginas a acusar a la OMPI de explotar a niños como soldados. Durante la liberación de otro rehén este año, otra publicación lanzó ataques difamatorios contra la líder de la resistencia iraní, acusada de utilizar los fondos del movimiento para fines personales.
Un juicio espectáculo para intimidar
El 12 de diciembre de 2023 se inició en Teherán un juicio público contra 104 miembros de la OMPI, que continúa hasta la fecha. El pasado 7 de mayo, el juez declaró: “Los países que acogen a estos acusados deben saber que esto constituye un delito según las convenciones internacionales contra el terrorismo”. Este juicio, que dura ya más de un año, tiene claramente como objetivo presionar a Francia para que extradite a refugiados políticos instalados en su territorio desde hace décadas.
Una máquina de difamación bien engrasada
El periódico Javan, órgano de los Guardianes de la Revolución, afirma: “En los últimos años, los muyahidines han alimentado los disturbios internos mediante acciones violentas y apoyo financiero”.
Dado el papel central que desempeña la OMPI en la contestación popular en Irán, el movimiento es objeto de una campaña continua de difamación: un día se le acusa de reclutar niños soldado; al día siguiente, de funcionar como una secta.
El objetivo es claro: romper todo apoyo internacional a la resistencia iraní, incluso en los Parlamentos europeos, especialmente en Francia.
La misma calumnia, otra época
El régimen iraní tilda de “terroristas” a quienes luchan por liberar su país, mientras glorifica a sus milicias responsables de atentados bajo la etiqueta de “resistencia”. En noviembre de 2022, el fiscal general Mohammad Jafar Montazeri afirmaba: “Este grupo es terrorista, está financiado desde el exterior y representa un peligro para la seguridad nacional” (Radio Televisión de la República Islámica de Irán, noviembre de 2022).
Pero esta retórica no es nada nueva. Recuerda palabra por palabra la del régimen de Vichy, cómplice de la ocupación nazi: “Los terroristas comunistas han vuelto a atacar... Siembran la muerte en nuestras calles y provocan la furia del ocupante. La sangre de los inocentes está en sus manos”. (Radio Vichy, verano de 1943).
El verdadero delito de la resistencia iraní —y de la OMPI que la encarna— es simplemente querer un Irán libre.
Publicado anteriormente en Dépêche.