Mohamed VI en Palestina

El rey Mohamed VI - PHOTO/FILE
El rey Mohamed VI - PHOTO/FILE

Por el momento, se ha contenido el riesgo de escalada generalizada y sin control de los enfrentamientos en Oriente Medio.

Sin duda, es posible que todo pueda saltar por los aires si hay alguien especialmente empeñado en provocarlo, como ocurrió con los ataques terroristas del 7 de octubre contra Israel.

Pero, insistimos en lo circunstancial de estas afirmaciones, el peligro de una guerra abierta entre Israel e Irán, cada uno respaldado por sus aliados, parece que no es una opción viable para ninguna de las partes. Eso no quita que Israel siga con su objetivo de eliminar a Hamás de Gaza y a otros grupos respaldados por Teherán en el Líbano, Yemen, Irak o Siria, a pesar del alto coste en vidas humanas que conlleva, tanto de civiles palestinos que son utilizados como escudos humanos por Hamás y otras organizaciones terroristas, como de soldados israelíes en su lucha casa por casa y en los túneles en busca de los rehenes.

La población palestina, en su mayoría secuestrada y reprimida por la dictadura de Hamás en Gaza desde 2007, sufre las durísimas consecuencias del conflicto con Israel. En las negociaciones para lograr un alto el fuego, la entrada de ayuda humanitaria, la liberación de rehenes israelíes y de presos yihadistas el escollo más relevante ha sido la falta de confianza, de fiabilidad entre las partes. Sin embargo, en esta semana se ha producido un hecho muy relevante. La llegada por vía terrestre, por un lugar que no es el paso de Rafah en el sur de la franja de Gaza, de un convoy con más de 60 toneladas de alimentos y ayuda humanitaria organizado, financiado y realizado por iniciativa del rey Mohamed VI de Marruecos.

No es la primera iniciativa del monarca marroquí que en su calidad de presidente del Comité Al-Quds también ha lanzado una gran campaña de ayuda en varios barrios de la ciudad santa de Al-Quds, de Jerusalén a través de la Agencia Bayt Mal Al Quds.  

La acción de Mohamed VI se inscribe en una larga tradición de solidaridad activa y concreta con Palestina y en la continuidad su preocupación por el pueblo palestino y su defensa con posiciones rápidas y eficaces, a la vez que claras, inquebrantables e irreversibles, aseguran fuentes cercanas.

En este sentido, la solidaridad marroquí no está dictada por las circunstancias, sino que permanece constante y permanente porque los escritos de los historiadores atestiguan que la presencia marroquí en Al-Quds y Palestina se remonta a más de 1.000 años, esta ayuda es una prueba más de que Marruecos es un país comprometido con Palestina y fiel a sus tradiciones. La amenaza para la estabilidad de los países árabes y musulmanes radica en la ideología radical y los intereses autoritarios de quienes apoyan a grupos como Hamás.

En los tiempos actuales cuenta lo que se denomina el relato, la impresión y la opinión generalizada sobre lo que está ocurriendo y en este contexto la propaganda populista de quienes apoyan a los grupos terroristas, amparados en la causa palestina, se ha ido imponiendo por la manipulación de los hechos.  Sin embargo, más allá de la cruda realidad del coste en vidas humanas de la estrategia de enfrentamiento orquestada por los intereses iraníes y los deseos de desestabilización de los Hermanos Musulmanes en los diferentes países, la respuesta contundente y a la vez contenida y concentrada en los focos adecuados por parte de aliados como Estados Unidos, Reino Unido y otros países contra los ataques de los hutíes en Yemen localizan adecuadamente la amenaza y la neutralizan, aunque los efectos sobre el comercio internacional se dejan sentir. También ha ocurrido en Irak donde los norteamericanos han respondido a los ataques de las milicias proiraníes.

Es necesario, aunque no sencillo, discernir entre la causa palestina y la amenaza real que enfrentamos los países occidentales y los países árabes y musulmanes con las milicias terroristas respaldadas por Irán, con los Hermanos Musulmanes y con la colaboración rusa y de algunos gobiernos de países en América Latina, que utilizan la coyuntura para su interés de desgastar a Estados Unidos y Europa.